Mente confusa

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Narra Katia

- Dime, ¿Qué éramos en el pasado? - pregunté tras ir hacia él y mirarme fijamente. Necesitaba aquella respuesta, ya que por alguna razón mi cuerpo y mi corazón habían estado actuando raro, haciendo que incluso mi mente perdiera la cordura. 

- Éramos amigos de la infancia. - expresó un tanto inseguro de sus palabras, lo que me hacia sospechar que había algo más allá de todo aquello.

- ¿Nada más que eso? - pregunté al saber que aquella respuesta no podía darme una explicación coherente, no al menos una que me llevará a explicar el simple hecho de haberle dado parte de mi alma y haber decidido salvarlo la vida. 

- ¿Esperabas algo más? - preguntó con una pequeña mueca en su semblante. 

- Olvídalo, parece que solo era eso. - me di media vuelta y seguí mi camino hasta aquel jardín.

- Es el paraíso en el infierno, ¿No crees? - interrumpió Jungkook.

- ¿Te convertiste en demonio para escapar? - aquella era una de las tantas preguntas que se estaban amontonando en mi cabeza, por lo que al sentir que estábamos solos, la dije en voz alta.

- Me convertí en demonio porque amaba a una humana, porque cometí un pecado.

- ¿Cuál es mi pecado entonces? - pregunté.

- Bueno, creo que aún no pecaste, no más que pequeñas cosas, pero tú.... Tú naciste del pecado de tus padres, del amor entre ellos. 

- En mi cabeza, mi padre es un traidor y mi madre esta muerta. Sé que no es así y que ella esta viva, pero no puedo dejar pasar aún aquellas ideas, son como sí...

- Como sí tuvieras que creer ciegamente en ellas.

- Veo que lo entiendes. - respondí tras fingir aquella sonrisa, llena de dolor y de ira. 

- Pasé por lo mismo, pero aquí ves, en mis sentidos, desperté y eso es lo único que te hace falta a ti.

- Dime, ¿Cómo puedo despertar? - pregunté tras mirarlo fijamente a esos ojos oscuros, tal vez y solo tal vez, en aquel entonces era un pariente lejano, alguien con el que me había criado, pero en ese momento, solo podía juzgarlo por la esperanza y fortaleza que me había dado en cada uno de esos momentos.

- Creyendo en tus instintos, en tus sentimientos y en lo que dicta tu corazón.

- Bonitas palabras para un rey del infierno. - expresé tras desviar mi mirada.

- Es mi forma de decirte... Sí sientes que quieres ir tras Teahyung, hazlo. - en ese momento pensé en aquel chico y aunque quería o al menos eso pensaba, ahora no podía evitar pensar en él, en Jungkook, el único que albergaba en mi mente, el único al que no consideraba un enemigo pese a ser el verdadero rey del infierno

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora