Narra Katia
Cuando desperté Tae no estaba a mi lado, estaba sola en su cuarto y no había rastro de él. Sentía una opresión en mi pecho, por alguna razón sentía que el nuevo camino que había tomado nos estaba separando.
- Voy a llegar tarde. - expresé tras mirar el reloj y ver que faltaba realmente poco para que las clases empezarán. Creé un portal y salí del allí. Tras llegar a mi cuarto, me vestí y después me fui rápidamente hacia la escuela. Ni siquiera tuve tiempo de ver a mis padres, aunque por lo que parecía no estaban en la casa.
De nuevo estaba en aquel instituto, cuestionándome si hacia bien en pisar aquel pasillo, aquel lugar que para Jimin era su refugio y su hogar. Había llegado y había alterado su paz, ¿Acaso eso estaba bien? Ya no importaba porque estaba allí y era posible que él no estuviera allí. Sin embargo, parecía que esa teoría era incorrecta cuando cruce la puerta de la clase, Jimin ya estaba allí y para mi sorpresa no evitó mi mirada. Caminé hacia mi asiento mientras que lo miraba ligeramente.
- Esto... siento mi reacción de ayer. ¿Podemos hablar después de clases? - preguntó tras girarse hacia mi asiento.
- Chicos, antes de que empecemos, tengo que presentarlos a un nuevo alumno. - ¿Un nuevo alumno? Quién sería la persona que se estaba incorporando en ese momento.
- Sí, está bien. - pronuncié tras desviar mi mirada hacia Jimin. - Tae. - pronuncié tras volver mi mirada hacia la puerta y verlo entrar con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque tal vez lo que realmente me fastidiaba era como las chicas cuchicheaban sobre él.
- Me llamo Tae, espero que nos podamos llevar bien. - después de aquello clavó su mirada en mí. Ninguno de los dos estaba dispuesto a evadir la mirada del otro. Antes de que el profesor dijera algo, caminó hacia a mí y se sentó a mi lado.
- ¿Qué haces aquí? - pregunté mientras que lo miraba.
- Pues que voy hacer, acompañarte en esta estupidez tuya. Además, no pensabas que iba a dejarte con ese Cat síth cuando te falto el respeto, ¿Verdad? Jungkook me lo contó todo. - en ese momento miró Jimin con cierta ira.
- Maldito, siempre metiéndose en todo. - pronuncié a regañadientes.
Aunque no podía negar que me alegraba que estuviera allí, después de todo uno de mis deseos era que viviera como lo que era, un humano. Sabía que quería ser un demonio, pero no quería que cargara a su espalda la maldición de ser uno.
El hambre por las almas, la frialdad de las acciones. No quería que se convirtiera en lo que tantas veces había visto con Hoseok, no todos los que se convertían en demonios, podían controlar esa ansia por obtener almas.
ESTÁS LEYENDO
Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)
FanfictionEs la tercera parte de enamorada del diablo. Después de un tiempo de tranquilidad y de paz. La pequeña Katia ha crecido hasta convertirse en una adolescente. Es ahora cuando comienza a expresar su curiosidad por las cosas que hay más allá de su mund...