¿Qué eres tú?

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Narra Katia

- Tae, ¿En qué estabas pensando? - pregunté ante su silencio.

- Solo me quede pensando en el día en el que nos conocimos. - expresó con una pequeña sonrisa.

- ¿Por qué pensar ahora en eso? -pregunté con una sonrisa de solo pensar en aquel día. Era el día en que mis tíos me dijeron que Tae iba  a vivir ahora con ellos.

- No sé, simplemente llegó a mi mente. - caminó hacia las gradas por lo que le seguí, me senté a su lado y después comencé a ver llegar a mis compañeros.

- Katia, ¿Estás segura de tu decisión? - preguntó nuevamente, pero esta vez estaba dispuesto a escucharme.

- Sí, quiero estar en este mundo por un poco más de tiempo. - Siempre había dicho que todo aquello era por mi madre, pero otra parte de mí quería entender porque Tae odiaba tanto su propio mundo. Pesé a descubrir que era humano, siempre lo trate como un demonio. Sin embargo, aquel secreto se volvió en causa de mi curiosidad tras llegar a los 12 años.

- Esta bien, respetaré tu decisión, pero prométeme que no te enamorarás de ningún humano. - pronunció tras mirarme.

- No puedo prometerte eso. - expresé tras mirarlo, después de todo hasta el mismo era humano. Decir aquello, era como decir que lo odiaba y no era así.

- Al menos no confíes en ellos tan a la ligera, son traicioneros y manipuladores. Ten eso en mente. - expresó tras mirarme fijamente.

- Esta bien, no tienes porque preocuparte, prometo cuidarme. - me apoyé en su hombro y después miré a mis compañeros. 

- Y yo preocupado por como sería el primer día de mi pequeña princesa. - ambos nos levantamos al escuchar la voz de mi padre. - Parece que Tae es un poco rápido. - se acercó a él y después pasó su brazo por encima de su cuello.  - Cuidado con lo que haces a mi pequeña.

- Papá. - pronuncié mientras que miraba a Suga.

 - Solo estaba bromeando. - pronunció tras venir hacia a mí y besarme ligeramente en la cabeza.

- ¿Y mamá? - pregunté tras mirarlo.

- Se fue arreglar unos asuntos al cielo. Está con Hoseok. - expresó tras mirarme ligeramente.

- Ya veo, fueron a discutir algo sobre mí. Hoseok me lo dijo.

- ¿Qué fue lo que dijo? - preguntó tras mirarme.

- Qué el cielo me quiere allí, pero que es mi decisión.

- Este Hoseok, siempre soltando las cosas cuando no debe. - chasqueó su lengua.

- Tu puedes ser lo que quieras, después de todo eres mi pequeña.

- Si, si lo que digas, pero iros antes de que os vean. - pronuncié mientras que los miraba.

- Más bien antes de que pienses que estas loca. - añadió Namjoon.

- ¿En serio? - pronuncié. - Vamos iros.

- Sin un abrazo no me voy nada. - pronunció mi padre.

- Vale, pero rápido. - extendí mis brazos y todos nos abrazamos. - Vamos, ahora iros.

- Hija, no sé de quién sacas tanta bordería. - añadió Suga.

- ¿Seguro? - pronunciaron Tae y Namjoon a la vez, por lo que comencé a reír. - ¿Acaso queréis que os mate? - se giró hacia ellos y les miró con furia. - Nos vemos en casa. - expresó antes de marcharse los tres.

- Parecía que te divertías, ¿Quienes eran esas personas? - en ese momento me giré hacia Jimin, como había podido verlos. ¿Qué es lo que era?

Hija del cielo y del infierno (tercera parte de enamorada del diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora