~Capítulo 18~

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Cuando Liam entró en su coche apretó el volante con fuerza. Lo de hace un momento había sido...Extraño, para que negarlo, y...Provocativo.

Hubo...Tensión.

Su teléfono empezó a sonar.

—Dime.—Descolgó poniéndolo en manos libres.

—Por fin coges la llamada.—Dijo una voz al otro lado de la línea.

—Sí, bueno, estaba ocupado.—Rodó los ojos.

—Como sea. Ya es un poco tarde así que pásate mañana.

—Claro.—Contestó irónicamente.

—Liam.—Regañó.

—Pasaré por ahí si tengo tiempo. No prometo nada.

—¡Li-!—Colgó.

Definitivamente no se pasaría. Sería lo mismo, seguro querrá insistir con esa propuesta tan anticuada.

Su ceño fruncido se esfumó al recordar la cara pecosilla del menor. Fue muy lindo.

Liam se encontraba sonriendo ampliamente hasta que se dio Cuenta de que no debía pensar así.

Oh, por dios. Que cosas se le venían a la cabeza. Era su maldito alumno. Y peor aún: el hijo de su mejor amigo. O para fastidiar más: el Chico era menor.

Rió internamente. Era algo divertida la situación. Pero eso solo era momentáneo. ¿No?

Como sea, hoy saldría de fiesta.

(...)

Cuando Lucas y Darío entraron a casa la mañana siguiente, Rubén se encontraba en el salón, tumbado en el sofá.

—¿Seguirán dormidos?—Preguntó Darío.

Al parecer no se habían percatado de que estaba ahí el chico. Ellos estaban por el pasillo.

—No creo, así que iré a la ducha.—comentó Lucas.

—¿Y si nos bañamos juntos?—Rubén notó un tono coqueto en la voz de su padre.

El pecoso menor se iba quejar para que dejaran de ponerse melosos, hasta que Lucas habló.

—Liam me ha escrito.

—¿Y que dice?—Ben escuchó el sonido húmedo de besos mientras Darío preguntaba.

Seguramente Darío estaría besando el cuello de Lucas.

Lucas suspiró.

—Tengo que ir a buscarlo. Parece que ayer salió.

—¿Fue donde su padre?

—No. Salió de fiesta.

A Rubén eso le sorprendió. No esperaba que Liam fuera del tipo de salir, bailar, beber.

—Bueno, ve.—Darío le sonrió dándole un beso.

—Sí. Así le pregunto si ha hablado con su padre.—Caminó hacia la puerta.

—Yo apoyo a Liam en no hacerle caso a Tom. Es realmente muy "pasado de moda" hacer lo que él quiere hacer.—Darío lo acompañó.

—Lo sé.—Le dio la razón Lucas.—Pero ya sabes, cosas de ricos.—Rió.

—Y que lo digas.—Sonó otro beso y el cerrar de la puerta.

Cuando Rubén confirmó que su padre había subido las escaleras se levantó.

¿Cosas de ricos? ¿A que se referían? ¿Y que era lo que estaba pasado de moda? ¿Y que papá Darío estuviera apoyando a Liam? ¿Era eso posible?

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora