Rubén suspiró, claramente no estando de acuerdo, cuando Liam se separó. Una sonrisa tirando de sus labios hacia arriba.
—He cerrado la puerta, pero eso no significa no vayan a venir tus padres aquí. No hay un motivo lo suficiente bueno para haberme quedado ahora aquí, aún después de que Mike se haya ido.—Mientras Liam hablaba, Rubén rodeó su cuello con las manos, entrelazando los dedos en su nuca.
—¿Y qué vas a decir si vienen?— Sonrió, fingiendo timidez. Lo miró pestañeando rápidamente las pestañas, su inocencia era bastante falsa.
Oh, este era un nuevo lado de Rubén que Liam no había esperado ver. Pero definitivamente no le desagradaba.
—Estás un tanto travieso.—Murmuró, colocando las manos en la espalda baja de Rubén, por encima del pequeño trasero.
—Mmm...—miró el pecho de Liam, pensativo. Su rostro neutro.
Liam podía decir en qué estaba pensando Rubén, soltó una carcajada.
—Lo que sea que estés pensando, olvídalo. Aquí no.
Rubén puso su mirada en los ojos acaramelados de Liam. Se sonrojó levemente.
—¿Qué se supone que estoy pensando?—Dijo a la defensiva, pero no se separó, ambos seguían bastante pegados.
—En unas cosas que no estarían bien hacerlo con tus padres y hermano abajo.—Atrapó la pequeña nariz de Rubén entre sus dedos, con pequitas en ella.
Se inclinó para besar su nariz, dejar tiernos besos en su mejilla, en la otra, en la frente y luego en su cuello.
Rubén rio.
—Estamos siendo tan...estúpidos.—Soltó con una sonrisa.
Liam no contestó. Era un hecho que se estaban volviendo ridículamente raros, desde que se habían arreglado en su casa -en su cama- todo estaba bien, no era incómodo y parecía que todo iba a mejor.
Liam no era fan de arreglar problemas en la cama. Lo consideraba incluso algo tóxico. Su filosofía era "primero hablar y luego tener sexo de reconciliación increíble. No al revés". Aunque claro, ellos ni si quieran habían tenido sexo, tal vez ese era la primera cuestión del problema.
No habían tenido relaciones sexuales hasta el final, y ya estaban pegados uno al otro como adolescentes hormonales. Por dios, ¡Ben era uno! La realidad lo golpeó.
Rubén dejó De reír cuando Liam se detuvo.
—¿Todo bien?—Preguntó.
Liam se echó para atrás sin soltarlo, solo para observarlo.
Rubén le ofreció una pequeña sonrisa, sus ojos verdosos brillando con diversión inocente y felicidad al ver a Liam.
El estómago de Liam dio un vuelco, de repente se sentía feliz. Ver esos malditos ojos lo hacían feliz. Esto realmente lo asustaba.
Él era consciente de que el amor era algo bueno, tal vez en su mayoría, pero era también consciente de que era algo terrorífico. A lo mejor solo para él.
Los nervios, la aceleración cardiaca, impulso para cometer idioteces, la sensación dolorosa e incómoda al pensar en otra persona con Rubén y el sentimiento en sus entrañas cada vez que el muchacho lo miraba o le sonreía...Era malo, malamente bueno.
Liam asintió. Sabía que estaba cayendo, mal, pero no le importó. O si, tal vez un poco, más de lo que le hubiera gustado admitir. Él estuvo cuando Lucas la pasó mal por Darío.
Él tenía miedo de sufrir así como su mejor amigo en su entonces. La pareja acabó bien; feliz, enamorada y con una familia. Eso tal vez se veía venir. Pero, ¿y ellos?
Liam acarició la cara tierna y sonrió.
¿Ellos podrían acabar bien? ¿Tener su final feliz?
Realmente se estaba volviendo ridículo por tener estos pensamientos de un enamorado inseguro y precoz.
Le dio un beso corto.
Realmente no le importaba si no tenían un final feliz, él solo quería estar con el pequeño moreno de ojos verdes.
El tiempo que se pudiera.
Ni siquiera volvió a recordarse que el chico que estaba besando era el hijo de su mejor amigo. Muchas cuestiones tenía en mente como para añadir más.
No podía hacer promesas vacías, sabiendo que tal vez no las podía cumplir, pero el pensamiento rondó su cabeza. Lucharé por ti como sea.
Abrazó a Rubén. Solo llevaba meses con él, pero sentía algo tan fuerte que no podía explicarlo, algo tan diferente, único y confuso que lo nublaba.
Rubén por otro lado, no había tomado a Liam como alguien cariñoso. Pero ahí estaba el rubio, apretando el agarre alrededor suyo. A Rubén no le importó la falta de aire en sus pulmones ni sus costillas siendo oprimidas en su interior. Le gustaba estar entre sus brazos. Se sentía protegido y confortable.
Quería estar así por bastante tiempo. Tal vez para siempre. Se rio ante el pensamiento. Esto estaba tan mal pero se sentía tan bien.
Liam permanecía callado, eso le preocupó un poco, pero no forzaría al mayor.
Solo correspondió el abrazo.
—¿Quieres salir a cenar algo?—Murmuró en el oído de Rubén, haciendo que este cerrase los ojos por estremecimiento.
—Sería Algo extraño. ¿No crees?
—¿Por qué?
—Estoy seguro de que quieres que vayamos solos. Sin Mateo.—Sus ojos permanecían cerrados, sintiendo la respiración de Liam en su oreja.
Si Liam le decía a Lucas y Darío de llevarse a Rubén y no solo a Mateo, podría ser raro. Podría, seguramente, confundirse con favoritismo. Todos sabían que el "favorito" era Mateo, si ahora preferiría llevarse a Rubén Antea que al chico de ojos azules, sería insólito. Había que mantener la fachada.
Liam no negaba que su "sobrino" favorito era Mateo, pero lo que tenía con Rubén era diferente. Muy diferente.
—Tienes razón. Entonces, ¿mañana? Almorzar. Al finalizar las clases.
Rubén asintió.
—Bien.—Dijo Liam, besando su sien.
(...)
—¿Liam no baja?—Lucas cambió de canal.
—¿Qué estarán haciendo?—Darío abrazo más fuerte a su esposo.
Mateo levantó su mirada del móvil, observando a sus padres.
—Tal vez Rubén tenía dudas y Liam está resolviéndolas.
Liam, baja ya. Detén lo que estés haciendo con mi hermano y baja.
Mateo se sentía nervioso. Esperaba con los dedos cruzados que no estuvieran haciendo algo...ajá.
Si a sus padres les daba por ir a ver, él debería inventarse algo e interrumpir para que no se dirigan arriba.
Mateo esperaba el momento en que alguno se levantara para ir y comprobar que todo estaba bien, pero no llegó. Parecieron aceptar de forma pasiva la explicación de Mateo.
Este suspiró aliviado cuando Liam bajaba junto con Rubén.
Ambos se acercaron a ellos. Mateo le fulminó con la mirada brevemente, para que nadie lo note.
Liam se encogió de hombros. Repentinamente ahora estaba siendo tímido.
Rubén se sentó después de despedirse de Liam cuidadosamente. Este último se despidió de la familia y salió del hogar.
Rubén empezó a hablar de su sesión con Mike.
Mateo volvió a su móvil, si iba a cubrirlos esperaba algo más emocionante y divertido.
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Juguemos a ser heteros (2)
Ficção Adolescente¿En común? Estudios. ¿Diferencia? Son profesor y alumno. #1 en chicoxchico 17/07/2020 #1 en Completa 15/09/2020 #1 en amorgay 27/12/2020 #1 en embarazomasculino 16/01/2021 #1 en profesoralumno 16/01/2021 #1 en profesor 20/02/2021 #1 en alumno 01/08...