~Capítulo 3~

13.4K 1.1K 134
                                    

—Bien, aquí va a haber muchos cambios.

—Estás loco.

Liam se giró hacia el chico.

—No te he dado permiso de hablarme así. Y no me insultes.

Ben apartó la mirada frunciendo el ceño.

—Como usted diga.

A Rubén le parecía una estupidez. Liam había estado con él y con Mateo desde que nacieron, era como un tío, dado que era el mejor amigo de su padre.

Pero estaba claro que no era el "tío cariñoso".

Liam solía pasar algo de tiempo en casa de Los Michaelson-Fiels, pero no con los gemelos cuando eran niños. Solo saludaba, daba algún regalo y ya.

Si había pasado con él, literal, toda su vida, ¿por qué ahora debería llamarlo de "usted"? Mateo también le llama de "tu".

—Estos pósters, estos objetos,—Liam frunció el ceño al verlos.

—Son figuras de anime.—Corrigió.

Inculto. Lo hubiera dicho, pero eso hubiera sido insensato, ya que este "señor" sería su tutor por algún tiempo. Convenía no molestarlo.

—Lo que sea. Todo esto puede distraerte. Además, ¿este desorden? ¿Darío no te dice nada?

Ben no contestó.

Claro que su padre le decía cosas, le regañaba y lo castigaba.

Pero, ¿qué iba a hacer? Cada que ordenaba, luego todo se volvía a descolocar.

—Las cosas no se mueven solas.—Le había dicho Darío unos días atrás.

El recuerdo de su padre cabreado se fue cuando el señor rubio habló.

—Bueno, primero, ordena.

—Mis padres no te pagan por hacer que ordene.

—En sí, tus padres no me pagan.—Liam le miró aburrido, y se sentó en la cama.

Ben bufó.

—Cuando esté todo listo y desocupado, comenzaremos.

Rubén miró el escritorio. De solo observarlo le daba pereza.

Había de todo: estuches, libros, cuadernos, bolis, rotuladores, reglas. Calcetines. Algún plato y algún vaso.

Ben se mordió el labio, tenía ganas de golpear algo. No le gustaba que le dijeran que hacer.

Comenzó guardando los rotus y lápices en cada estuche.

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora