~Capítulo 59~

10.9K 829 283
                                    

Rubén se reía mientras Liam lo cargaba como una pareja recién casada.

—¡Dame vueltas!—Pidió, balanceando sus pies colgando.

—No, seguro vomitas.—Liam entró en su departamento.

Rubén hizo un puchero y se recostó en el hombro del rubio, su nariz pegada al cuello, aspirando su olor. Olía tan bien.

Liam trató de no sonreír. Podía ser de cosquillas fácil algunas veces. Subió arriba, para acostar al chico en su cama.

—Si Lucas y Darío se enteran de lo que hicisteis, la van a matar.—Liam podía imaginarse la reacción de los padres.

De todas formas, él había echado a toda esa gente mientras Rubén lo esperaba en el coche medio dormido. La casa había quedado vacía y él había subido para comprobar cómo estaba Mateo. No pudo hacerlo, la puerta de su habitación estaba cerrada y cuando iba a llamar, unos gemidos de dentro lo congelaron.

Se dio media vuelta y caminó hasta el coche.

Fuera lo que fuera, Mateo parecía estar bien. Demasiado bien.

Liam hizo una mueca mientras recordaba. Rubén se removió entre sus brazos, besando su cuello.

Liam suspiró agitado, ¿cuándo habían crecido tanto aquellos niños? Se burló de sí mismo por preguntarse aquello. Él había sido quien corrompió al chico de sus brazos.

Lo acostó en la cama.

—Ven.—Dijo el moreno, estirando sus brazos para que Liam volviera a él.

Liam lo ignoró y le quitó los zapatos.

—Ve a la ducha.

Rubén negó.

—Sabes que no me gusta que duermas sucio en mi cama.

Ellos habían dormido varías veces juntos a lo largo de los meses. Gracias a la excusa de "ir a dormir con Sian" "noche de chicos".

Liam se preguntaba el porqué se comportaba como un adolescente con su primer noviazgo. Estaba llevando por "malos" pasos a Rubén, haciendo que mintiera a sus padres. Eran mentirillas piadosas, pero eso no quitaban que era engañar.

Todas las veces que habían dormido juntos, -con sexo increíble incluido- Liam había obligado a Rubén a darse una agua después de todo el día o después del sexo.

Y esta vez, tampoco se libraría de ello.

—Ve.

—Me siento muy mareado.—Se dio la vuelta, encogiéndose.

—El agua te refrescará y te sentirás mejor. Te traeré algo para ello.—Dijo, quitándole la ropa, ahorrándole tiempo.

Parecía que estaba cuidando de un hijo. O de un bebé.

—¿Y si me duchas tú?—Rubén se sentó, sonriéndole.

Liam no lo miró.

—Ve. Te llevaré ropa.

A lo largo del tiempo, algunas prendas -casuales e interiores- y pijamas de Rubén habían terminado en el armario de Liam. Así si se quedaba a dormir, tendría ropa y no dormiría desnudo o con alguna camisa de Liam.

Eso solo excitaba al mayor. Y eso lo hacía sentirse un pervertido asaltacunas.

—Es que...Tengo mucha calor.—Rubén intentó alejar la idea de irse a meter baja el agua.

—Pues ve a ducharte.—Repitió Liam, levantándose.

—Te necesito.—Murmuró el moreno.

Liam lo miró.

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora