Juguemos a ser heteros (2)

~Capítulo 22~

2/?
———————

Cuando Liam entró otra vez al acogedor hogar de su mejor amigo , vio a Lucas, Darío y Rubén sentados en el sofá. El menor estaba de espaldas.

—¿Qué haces ahí? Venga arriba.—Ordenó escondiendo la bolsa detrás de él.

La familia se giró a verlo.

Liam se dio cuenta que habían más pecas de lo normal y los ojos eran azules.

—Oh, eres tu Mateo, pensé que era Rubén. Aún no os distingo por detrás.—Sonrió dejando de esconder el postre.

—¿Nos has traído algo?—Lucas preguntó.

—Nop, esto es para Rubén.

—¿Y para mi?—Mateo reprochó.—Creo que hay favoritismo de gemelos.

—Ya te daré algo. Ahora iré a cumplir con mi profesionalidad.—Dijo haciendo burla de lo que se quejaba Rubén.

Mateo y Lucas se rieron. Darío negó.

Antes de subir, pasó por la cocina cogiendo una cuchara.

Cuando Liam entró a la habitación del menor, vio que este estaba en su escritorio escribiendo y con audífonos puestos.

Se acercó a él sigilosamente y puso el postre encima de su cabellera morena.

El moreno saltó un poco de la sorpresa.

Liam le quitó un audífono.

—Veo que estás trabajando solo. Me alegro.—Susurró a su oído.

Rubén se estremeció.

—¿Qué haces?—Preguntó retóricamente quitándose el otro audífono.

Liam puso lo que trajo delante suyo.

—¿Qué es esto?

—Un regalo.

Rubén confundido abrió el paquete y vio un pastel cremoso, un mousse.

Moría por comer ya. Tenía una pinta deliciosa, pero le daba pereza bajar a por algún utensilio para comer.

Liam quería reírse al ver el rostro del menor.

En la visión de Rubén apareció una cuchara plateada.

El moreno rió.

—Piensas en todo.

—Claro.—Liam sonrió.

Rubén cogió la cuchara y probó. Cerró los ojos degustando y miró al rubio.

—¿Como sabes...?

—¿Tus sabores favoritos?—Terminó la pregunta por él.

El menor asintió.

—Aunque sigas sin creerlo, te he visto crecer. Sé algunas cosas.—Contestó poniendo una mano en el hombro del moreno.

Y apretó varias veces, como haciendo un masaje.

Rubén cerró los ojos inconscientemente disfrutando del toque.

Liam puso ambas manos. E hizo un masaje en condiciones.

Rubén estaba tenso por lo que dolía un poco. Las manos del mayor subieron a su cuello, haciendo algo de cosquillas. Todo bien hasta que de repente...

—Ah...

Un pequeño y bajo gemido hizo que ambos se paralizaran.

Rubén quería morirse. Oh, dios, estaba tan avergonzado.

Joder, joder, ¿por qué debió salir eso de su boca? Dolía pero era relajante.

Liam quería reírse pero también se había avergonzado un poco.