~Capítulo 70~

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Liam estaba en el sofá cuando el timbre sonó.

Se levantó empujando con fuerza el sofá y cogió las muletas.

Esto empezaba a cansarle pero debía ser paciente.

—¡Voy!—Gritó para que dejen de tocar el timbre. Él iba lentamente.

Cuando estuvo en la puerta miró por la mirilla, esta estaba oscura, Liam frunció el ceño, cogió una muleta con la otra mano y abrió la puerta.

Se sorprendió al ver a Rubén, completamente mojado.

—¿Ben?

Rubén asintió.

—Sí, soy yo.—Se encogió de hombros y sonrió un poco, se veía nervioso.

—¿Qué haces aquí?

Rubén miró por encima del hombro de Liam, este se echó a un lado.

—Pasa.

Rubén entró y se quedó en el pasillo.

—Deberías dejar de hacer esto.—Liam se apoyó en la pared y miró al joven.

—¿Hacer qué?

Liam suspiró.

—Venir a verme y no decir nada. Me haces daño. Siento esperanzas y...

—Lo sé.—Rubén lo interrumpió.

Liam asintió y desvió la mirada.

—Hace más de un año vine aquí muy furioso y terminé con nosotros. Me arrepiento muchísimo, no hubiera perdido tanto tiempo sin ti. Ahora, un año después, vengo a hablar con sinceridad y calmadamente.

Liam alzó las cejas y asintió.

—Te quiero.—Soltó.—Y si piensas que porque soy joven te olvidé fácilmente, estás bastante equivocado.

Liam no tuvo tiempo ni de reaccionar, fue bastante rápida aquella noticia. Únicamente pudo entreabrir los labios, sin saber qué decir .

—Es decir, yo mismo pensé que te había superado...Pero verte cambió las cosas, saber que estabas con Christian tan...amablemente me mataba.

Liam abrió y cerró la boca sin saber que decir.

—Es cierto que estuve con otras personas, y sé que no justifica nada pero...Pensé que ya no querías estar más conmigo, me preguntaba siempre que dónde había quedado aquel amor que nos teníamos. Siempre estaba triste o enfadado, no respondías los mensajes, en unos meses había rechazado a bastantes personas...Por ti. Vi que no me contestabas y entendí que no querías saber nada de mí, por lo que decidí seguir con mi vida. Costó demasiado, siempre que estaba con alguien tu rostro o simplemente tú, todo tú, aparecías.

Liam siguió sin decir nada.

—Pero estabas en coma. No tenías nada de culpa. Todo lo que pensé era erróneo. Fui...Soy demasiado estúpido. Pensando que te odiaba pero realmente me odiaba a mí mismo por no poder olvidarte. Me molestaba "saber" que mientras yo no podía quitarte de mi cabeza, tú estuvieras por ahí disfrutándo.

—No podías estar más equivocado.—Liam sonrió.

—Lo sé. Y siento asco por mí. Por hacer esas cosas mientras tú estabas en coma. Y sé que no cambia nada, no puedo quitarte todo lo que has tenido que pasar y vivir por estar conmigo pero quería decírtelo. De verdad que entiendo que no quieras verme más después de tanto...Solo..Que sepas que aún te quiero. Sigo enamorado de ti.

Liam miró a otro sitio.

—¿Cómo estás tan seguro? Hasta hace poco parecías confundido.

Me alegro solo con verte, mi corazón empieza a latir con fuerza cuando estás cerca mío y me pone demasiado feliz cuando me miras a mí...Solamente a mí. Estaba confundido, sí, pero como te he dicho: en mi cabeza estaba que no te quería, no de esa forma, ya no, se suponía que ya estabas superado. Pero mi corazón...Maldición, en serio te quiero. No voy a negarlo, no. Ya hemos perdido suficiente tiempo como tener que añadir mis inmadureces.

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora