~Capítulo 51~

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La noche llegó rápidamente y cada pareja se encontraba en sus habitaciones respectivas, todos se habían o estaban duchándose. El día había consistido en dar vueltas por la zona, viendo las vistas o lagos. Todo era bonito y silencioso.

—No debes cenar.—Dijo Liam desde el baño.

—¿Por qué? Van a hacer una hoguera. Tiene buena pinta.

—Tengo una pequeña sorpresa, tienes que tener el estómago vacío.

Rubén estaba terminando de colocarse su sudadera cuando Liam salió del baño sin camisa.

—¿Qué clase de sorpresa?—Rubén miró a través del espejo el pecho desnudo del rubio.

Él también quería tener un buen cuerpo como el mayor. Debería hacer más ejercicio, solo que de pensar lo que debería hacer para conseguir el propósito, le daba muchísima pereza.

—Si te lo digo no sería una sorpresa.—Liam se acercó por la espalda y lo abrazó, dándole un beso en la sien.

Rubén sonrió poniendo sus manos encima de las de Liam.

—No te tenía como alguien abrazador y cariñoso.

Liam besó su cuello encogiéndose de hombros,—Digamos que sacas cosas de mi que no pensé que sería.

Rubén se dio la vuelta, pasando sus manos alrededor del cuello del más alto.

—Eso es halagador.—Rubén miró el rostro de Liam, luego sus ojos bajaron rápidamente al torso y subió la mirada tan deprisa como la bajó.

—¿Qué mirabas?—Liam sonreía descaradamente.

—No es mi culpa que estés provocando.—Dijo Rubén antes de besarlo.

Liam apretó el agarre en la espalda de Rubén, acercándolo. Rubén hizo lo mismo, acercó más la cabeza de Liam, como si quisiera acercarlo más. Parecían no tener suficiente cercanía. Más, más, más.

Rubén soltó un suspiro al sentir la lengua de Liam juntarse con la suya. Una mano del moreno acarició la amplia espalda, Liam mordió el labio inferior del chico, haciendo que este se quejara y sonriera.

Entre besos fueron caminando a ciegas a la cama. Habían dos, pero una era suficiente.

Liam les dio la vuelta, haciendo que Rubén cayera sobre su espalda, con él encima suya. Rubén por inercia abrió las piernas, Liam quedando entre ellas. Ambos movieron sus caderas inconscientemente, buscando el contacto del otro. El mayor empezó a besar su cuello, chupando, succionando, no tan fuerte, no debería dejar marcar. Sería problemático, pero no le desagradaba la idea. Rubén soltaba gemidos pequeños, se mordió el labio para contenerlos.

Rubén soltó el cuello y espalda de Liam, y buscó la cremallera del pantalón del rubio.

Cuando fue a desabrochar el botón, unos golpes en la puerta le hizo detener, así como se pararon los besos de Liam en su cuello.

—Hay que bajar.—Dijo una voz femenina. Claire.

Rubén resopló.

Liam maldijo pero se apoyó sobre sus codos, sonriendo al ver el rostro con mejillas sonrojadas de Rubén, junto con su pelo despeinado.

—Tranquilo, no te exasperes. Ya habrá tiempo.—Liam le dio un besito en la nariz.—Arréglate un poco. Te espero abajo.

Fue lo que dijo antes de darle un beso rápido -el cual tuvo lengua y mordidas- y se levantó colocándose su camisa y peinándose rápidamente.

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora