~Capítulo 64~

11.1K 797 571
                                    

—No debería haber venido.

Rubén se cruzó de brazos y suspiró mirando a otro sitio.

Darío contuvo una risa al ver a su hijo.

—Bueno, aún tienes la opción de irte, estás a tiempo.—Se encogió de hombros.

—Ya me quedo.—Rubén se hizo el "ya que estoy aquí, me toca"

Ahí tienes la salida.—Darío sonrió, molestando a su hijo.—No te obligo a quedarte.

Rubén no contestó, su pie se movía por debajo de la mesa impacientemente mientras observaba la puerta por donde se suponía que salían los retenidos.

—¿Nervioso?

Rubén miró a su padre.

—No.

Darío asintió. Ya, claro.

Aquella mañana le había ofrecido a Rubén venir a visitar a Liam, habían pasado dos días y el rubio había sido trasladado a una prisión masculina, a la espera de juicio. Porque al parecer, Lucas tenía pruebas y eso complicaba un poco las cosas. Aunque Rubén testificaría que él consintió todo, así todo saldría bien. O eso esperaban.

Todo había sido muy exageradamente rápido.

Rubén ni siquiera había pensado en ir a verlo, aunque quería. Había estado ocupado con los exámenes finales del curso.

Ninguno de la familia, incluido Darío, le hablaban a Lucas. El primero había tratado de convencer que quitara la denuncia, sin resultado alguno, solo consiguiendo ser ignorado.

—¿Crees que así se solucionan las cosas?—Le había dicho la noche anterior Darío.

Lucas no contestó nada.

—No pensé que fueras capaz de algo así.—Darío negó.

Lucas apartó la tablet y por fin miró a su pareja.

—Yo tampoco creí que Liam se fuera a meter con nuestro bebé, nuestro hijo, pero lo hizo, ¡él es como su tío!—Contestó haciendo rodar los ojos a Darío.

—No empieces con eso. Si nos ponemos a mirar cuan familia eran, también tengámoslo en cuenta con nosotros: tú y yo éramos como hermanos y eso no nos impidió tener tres hijos.—Espetó.—¡Crecimos juntos! Nuestras madres también eran  muy amigas, como hermanas, por lo que nosotros también éramos así. Así que, ¿Qué problema hay con que Liam haya visto a tu hijo desde que era un bebé? No tienen la misma sangre, no hay ningún problema con que hayan estado juntos.

Lucas alzó las cejas.

—No entiendo como puedes apoyarlos, tu hijo está con alguien que no soportas.

Darío negó.

—No es que les apoye a ellos, apoyo a su amor. Rubén es joven, si ahora está enamorado de Liam, es libre de sentirlo así, tendrá tiempo de equivocarse y también de crecer. Si sigues así de sobreprotector no va a conseguirlo y no Sabrá como enfrentarse en el mundo adulto.

Lucas se quedó mirando a Darío, el moreno había madurado tanto. Ya no era aquel chico inmaduro y hetero que solo tenía sexo con Lucas para luego irse con su novia y hacer como si eso fuera lo más normal y sano de una amistad y noviazgo. Ahora Darío se avergonzaba de lo estúpido e infantil que fue en ese tiempo. Ahora Darío no buscaría excusas tontas, él reflexionaría y sacaría sus conclusiones. Él ya era un hombre casado con familia, no podía permitirse ser como lo fue en su época adolescente y universitaria.

Él en definitiva había cambiado. Y Lucas estaba orgulloso de él.

—Te amo tanto.—Soltó acariciando el rostro del moreno.

Juguemos a ser heteros (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora