63- Parque de diversiones (con Vince Neil)

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Acepté salir con él porque insistió demasiado y solo quería complacerlo para que no volviera a insistir de nuevo, de todas maneras, lo medité de que si la salida terminaba siendo buena, volvería a aceptarle otra invitación.

—Se ha acostado con medio colegio, ¿de verdad quieres salir con él? —preguntó mi amiga con
cara de asco volviendo su mirada a la revista.
—Es solo una salida. No tengo porqué acostarme con él —respondí mientras me probaba distintas prendas para que me dijera cual iba mejor.
—Me gusta ese vestido, aunque te diría que te preocupes por llevar calzones sin agujeros —rió pero uno de mis peluches más a mano voló contra ella.
—No ocurrirá nada con él. Además, es solo una salida de una noche.
—¿A donde irán?
—No lo sé. Simplemente acepté y pues aquí me tienes, probándome ropa.
—Seguro te llevará a un hotel, al mismo al que lleva a todas para cogerse y tu aceptaste como si nada.
—Ni siquiera me atrevo a preguntarte si confías en él.
—Es obvio que no.

Tras media hora más escogiendo ropa esperando a que Vince pasara por mi, terminé por quedarme con unos shorts de jeans cortos y una blusa ligera. Para ser una noche de verano era algo fresca, pero quería dejar ver mis espectaculares piernas de las que mi amiga siempre opinaba que no tuve infancia o que si la tuve, pero sin rodillas lastimadas.Vince llegó en su auto, uno que según él, pudo comprarlo gracias a su trabajo, otras opiniones eran que se prostituía con mujeres mayores y una de ellas se lo compró.

—Estás muy linda —dijo sonriendo.
—Cállate —'nunca se lo agradezcas Elle' pensé.
—De verdad. Lo estás y lo eres...
—Ok —dije tratando de esconder mi rubor— ¿vamos?
—Si.

Ni siquiera le pregunté a donde iríamos, solo me subí a su auto y lo dejé conducir. En el camino me preguntó por la música que escuchaba y sorprendentemente coincidimos en varias bandas en lo que él insultaba a otros grupos. Entre charla y conducción tranquila, llegamos al parque de diversiones. Uno donde habían más turistas que gente del pueblo, lo habitual del verano aunque estuviese terminando. Bajamos del auto y cuando me alcanzó, me tomó de la mano. No entendía muy bien porqué lo hizo. Miré nuestras manos juntas y al verlo a la cara, sonrió. Me sentí muy rara y sonreí irónicamente. Él con su habitual atuendo de "chico duro", no tendía a mostrarse con ninguna chica conocida, ni desconocida tampoco, así que todo lo que dijera, vestido con su chaleco de cuero y su pantalón de cuero, su cabello rubio, sus botas texanas increíbles, no daba aspecto de ser sensible o romántico, mucho menos, de comprometerse de verdad con alguien.

—Mira... ¿quieres ir al carrusel?
—Estoy un poco grande para este —dije mirando como había más niños que personas de más edad —algunos de esos niños iban acompañados de sus padres—.
—Podemos ir a tirar unas latas y te ganas un oso de peluche.
—Creo que deberíamos recorrer un poco todo esto y decidir que hacer.

Caminamos juntos siempre uno a la par del otro, y no me soltó la mano en gran parte de la noche.
En verdad se decidió a tirar unas latas con bolas de baseball, pero no me animó a hacerlo en ningún momento, porque a la primera bola y tumbar todas las latas, se sintió motivado en que ganaría los tres tiros. Pensé que era algo que solo ocurría en las películas, pero parece ser que cada tanto también ocurría en la vida real y estaba pasándole justo a él... y a mi. Se ganó un oso de peluche de la mitad de su altura y me lo regaló directamente.

—Eres muy tierno para ser un rockero —dije riendo burlona. No, tampoco le dije gracias por eso.
—¿Y cómo quieres que sea?
—No lo sé. Deberías saberlo tú. O solo lo haces para llevarme a la cama más tarde que temprano?

No respondió, solo se puso serio y supe que aquello, por extraño que me pareciera, no había tenido otro tipo de reacción.
Compré algodón de azúcar para los dos y en un momento, una sonrisa se dibujó en su cara mientras me miraba. Después de que no respondiera a mi pregunta, aquello me daba ciertos escalofríos. Caminamos puesto por puesto a encontrar un juego donde él pudiera ganar algo que lo hiciera feliz, pero desistió de cualquier cosa, así que pasamos a subirnos a uno de los juegos hasta que quisiera cenar algo, por precaución.
Subimos a la vuelta al mundo y allí cruzó su brazo por detrás de mi espalda. Simulé que aquello no me importaba y puse mi mano libre sobre su pierna hasta ponerme de costado y nos miramos. Intentó besarme pero lo esquivé y llevé mi mano hasta su miembro sobre su pantalón y comencé a masajearlo con fuerza. Echó su cabeza hacia atrás y lo besé en el cuello solo unos segundos. Sentí sus músculos tensarse y lo dejé con ganas de más pues estaba comenzando a detenerse la rueda. Me miró y al percatarse de lo mismo que yo, maldijo.
Durante nuestra cena improvisada, no dejó de mirarme con cierta maldad en su rostro. Sentía escalofríos. Quizás había despertado una bestia en él y no era consciente de eso.
Subimos a los carritos de la casa del horror y comenzó el juego. En medio de la oscuridad y los gritos de otras personas, él metió su mano debajo de mi blusa y me alcanzó un seno, apretado por el peluche, mientras me besaba en el cuello. No se veía absolutamente nada y me tiró de la mano invitándome a salir del carro. En un principio me negué hasta que acepté salir del juego. No supe como logró encontrar una puerta en medio de la oscuridad. Nos metimos a un cuarto donde tampoco había luz. Metió su lengua en mi boca de modo casi salvaje mientras sus manos se aventuraban por todo mi cuerpo sobre mi ropa. Dejé caer en algún lugar el muñeco y levanté su remera, pero él subió mi blusa y bajó un poco a lamer lo que sobresaliera de mi sostén, hasta correrlo con una de sus manos desocupadas y poder juguetear con mis pezones. Estaba con el vértigo de que alguien nos encontrara, porque parecía ser un pasillo para empleados, sentía el frío de algunos aires venir de todos lados. Mientras apretaba su cabeza y me pegaba más aún a la pared, no me percaté de cuando bajó mi short y mi ropa interior pero sentí su lengua tibia lamiendo mis pliegues en lo que intentaba separar un poco mis piernas. En un momento se detuvo y lo escuché romper algo en esa inmensa oscuridad.

—No te asustes —dijo y acercó su cara a la mía y luego bajó a mi cuello— tengo un preservativo aquí, es por eso que estoy algo callado —lo escuché soltar una leve risa y yo también lo hice.
Me dio la vuelta y poniéndome de frente hacia la pared, hizo que llevara hacia atrás mi trasero y su verga en cuestión de segundos estaba dentro de mi.
Ambos soltamos un gran gemido, de todas maneras, no se oía nada, nosotros estábamos más aturdidos por los gritos de la gente que pasaba una y otra vez. Me cogía que era un sueño. Jamás lo había hecho así con nadie. Pensaba en parte que iba a ser una chica más para su colección pero no importaba. Si, que bien cogía. De un momento a otro, sus embestidas eran más y más duras.

—Grita, Elle —susuró y eso hice, aunque ahora con guarradas incluidas que lo excitaban y eso hacía que cada vez más y más fuerte me penetraba.— Vamos al piso —sugirió y mientras intentábamos acostarnos, me quitó el short y la braga dejándola a un lado haciéndome subir sobre él. Me guió hasta que su verga entrara de nuevo y ahí estaba haciendo que entrara por completo.

Me tomó de la cintura y me ayudaba a cabalgarlo. Eran tan enérgico que llegué al climax de inmediato y aún así, continuó moviéndome. Llegó un momento después, cuando me sentía lista para otro orgasmo, pero necesitaba uno intenso como el que acababa de tener.
Intentamos acomodarnos la ropa lo mejor que pudimos, y que suerte que dejó mi ropa de abajo cerca. Tomé mi muñeco y nos largamos de ahí como pudimos.
Al día siguiente, recibí varias llamadas de él. Mamá estaba molesta porque no había dejado de llamar en todo el día y yo estuve durmiendo y luego fui a trabajar. En la noche llamó tres veces más, inclusive mi hermana dijo que lo había visto pasar con su auto, pero no se detuvo.

—Eres una perra —dijo mi amiga a carcajadas— ¿De verdad no vas a responderle?
—Se va a cansar. Se va a dar por vencido —dije con total seguridad.
—Si te invitó a salir tantas veces hasta que dijiste que si, no creo que se rinda tan fácil.
—No quiero nada serio con él. Esquivarlo va a ser lo mejor.
—Creo que te vengaste por todas las que se enamoraron de él y jugó con ellas.
—Solo le di una pequeña probadita de mi. No obtendrá más nada —dije riendo mientras continuamos viendo la película.

***

HOLA!!
Otra one shot para mis lectoras ;) Espero que les gusteA ver si adivinan con quién será la próxima historia.Tengo una pregunta, que si llegaron hasta acá, me gustaría que me respondan solo por MD para no exponer sus opiniones o si quieren dejarlas en comentarios, está bien: ¿qué piensan de las historias de incesto?. No es que quiero escribir sobre eso, pero he leído un par de otras escritoras aquí en wattpad y un poco me sentí, no sé, extraña... me da cierta cosa, pero me gustaría saber su opinión sobre eso.
Saludos!!

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora