Dentro de Mi (Erotic Rock)

72- Jugar con Fuego (con Joe Perry)

—¿Y no regresó temprano?

—No... nada de eso. Ni siquiera me llamó para decirme "buenas noches", o un mensaje... nada...
Me sentía con los nervios crespados, pero ella no sabía la verdad y ni siquiera decía sospechar, solo le preocupaba que él hubiese cambiado.

—Quizás está muy ocupado y cansado...

—Puede ser. El último mensaje decía que iba a ducharse a las 19:00 hrs.¿Te llamó esta mañana?

—Si. Pero no dijo porqué no había escrito después de la ducha. Es algo raro. Le preguntaré que ocurre.

—Te preocupas demasiado. Además, lo ves poco por su trabajo como para decir que está cambiado o que sospechas de algo.

—No. Sé que me ama demasiado como para engañarme.

—Entonces, réstale importancia-intenté animarla- ambas sabemos que te ama y que no se atrevería a engañarte. Seguro lleva trabajo a casa.
Tras unas horas juntas, entre charlas y café, me marché a mi departamento. Media cuadra antes de llegar al edificio, vi que estaba en el umbral esperándome.

—¿Qué haces aquí? -pregunté alarmada en cuanto llegué a su encuentro.

—Si voy a mi apartamento, ella llegará. Me dijo que quería hablar y que iría. No quiero verla. Hoy no al menos -me tomó del rostro e intentó besarme pero lo esquivé y saqué mis llaves con prisa para poder entrar tan siquiera al hall.

En cuanto entramos, me sujetó de mi cintura y mi rostro para llevarme contra su cuerpo y besarme como si no hubiese un mañana. Nos separamos entre risitas y subimos las escaleraa con prisa.Al llegar a mi apartamento, metió sus manos debajo de mi chaqueta, fue quitando mi camisa de adentro de mi pantalón y cuando la puerta estuvo abierta me giré para volver a besarlo. Una vez dentro, interrumpí sus besos para dejar mis cosas sobre un mueble y quitarme mi abrigo.

—Ella sospecha. Es eso de lo que quiere hablarte -dije preocupada pero excitada-. No de mi, pero si de que la engañas -lo besé-. No podemos seguir con esto aunque me vuelva loca cada vez que me tocas, o de solo escuchar tu voz -comenzó a desvestirse despacio.

—No me interesa que sospeche. Mientras no se de cuenta de que es contigo, ¿qué más da?
—Pero es mi mejor amiga. Le haría mucho daño acertar con su sospecha y peor aún que sepa que soy yo quien sabe todo, es protagonista de este engaño y que la traiciona de una manera horrible. Tú porque no pierdes nada, Joe, pero yo...
—No deberías haberme dejado entonces años atrás y esto no estaría ocurriendo.

Volvió a tomarme del mentón y me sus labios tocaron los míos de manera muy suave. Cada vez que hacía eso, mi cuerpo se volvía débil, y solo quería una cosa: tenerlo dentro de mi tan profundo y tanto tiempo como fuese posible.Terminé de sacarle su camisa mientras estaba aferrada a su cuello, con él desabrochando mi prenda para apretar mis pechos y bajarlas a tomar mi trasero con fuerza.Me tomó de los mulsos para que me enrrollara en su cadera y me llevó a mi habitación, camino que aún con las pocas luces encendidas de mi apartamento, conocía muy bien.Me dejó caer sobre la cama muy despacio, mientras su boca rodaba desde mi cuello hasta mis senos, intentando tocar mis pezones con su lengua cosa que solo logró corriendo mi brasier.Me retorcía bajo sus lamidas y caricias. Era increíble lo que producía en mi cada roce de sus manos, cada beso. En ese momento ni siquiera pensaba en mi amiga, ni en como la haría pedazos, en nada, solo que él estuviera dentro de mi, sintiendo su cuerpo contra el mío, su calor, su sudor. Se respiración golpeaba en mi piel y mientras con una de sus manos apretaba uno de mis pechos, con la otra desabrochaba mi jean. No esperó a deslizarlo por mis piernas, simplemente metió su mano dentro de mi braga para que sus dedos lleguen a mis pliegues, pero sobre todo, a tocar mi clítoris muy lento, que lo sentía una tortura.Bajó a besar sobre mi vientre sin dejar de tocarme. Con su otra mano apenas bajaba mis pantalones mientras yo con mis pies intentaba quitarme las zapatillas cuyos cordones estaban muy ajustados. Le pedí que se detuviera para poder quitarme el calzado pero tuve que levantar su cabeza para que me viera a la cara porque sabía que no iba a hacerlo si se lo seguía pidiendo entre jadeos.Cuando volví a sentarme, él estaba sobre la cama casi desnudo esperándome. Terminé de desvestirme para deleite de su mirada con la cual me devoraba entera mientras se mordía los labios. Me acerqué a él de rodillas sobre la cama. No me sentía culpable, al contrario, disfrutaba de estar con él. No me habían bastado los años que estuvimos juntos que ahora que solo éramos ex pareja, teníamos que estar jugando con fuego y jugando con la confianza de una persona que al menos yo quería.Estando a centímetros de su rostro lo besé, tomándome de la cintura me hizo subir encima de sus muslos.Nos quedamos besándonos un rato mientras masajeaba mis pechos y pasaba su lengua cada tanto.