39- ¿Estás disponible? (con Joey Tempest)

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Estaba abrazando a mis compañeras felicitándonos por al fin terminar la preparatoria. La universidad nos esperaba y no volveríamos a vernos hasta nuevo aviso.
Joey estaba con sus amigos, nadie creía que él terminaría con los estudios y pocos sabían si continuaría una carrera, lo más extraño fue que no había invitado a nadie a la fiesta de graduación, algo más que esperado por todos.
Por el rabillo del ojo, me di cuenta de que alguien de su grupo nos miraba y al ver de la manera más disimulada posible, él estaba viéndome, o al menos eso pensaba, le sonreí y el correspondió. Me sonrojé y continué hablando con mi mejor amiga que me hablaba de tener que ir por su vestido porque se lo tendrían preparado para el medio día.
Lo vi caminar hacia nosotras pero uno de sus amigos lo interceptó antes y lo tironeó del hombro diciéndole que debía apresurarse.
Ir a una fiesta de graduación sin pareja, era algo vergonzoso, pero no me importaba demasiado. Kelly y John me harían el favor de pasar por mi para llevarme al salón Sky, el más gigantesco de la ciudad y reservado exclusivamente para nosotros.
En cuanto llegamos, bajamos del auto con poca delicadeza pero cuidando de nuestra ropa, sobre todo John que había alquilado su smoking.
Pasó media hora antes de que empezara la fiesta. Las luces se apagaron y todos fueron a la pista de baile. Habré parecido una borracha porque quedé al lado de la mesa de bebidas sin nadie que me invitara a bailar.
Iba por una deliciosa tercera brocheta y a punto de beber de mi refresco sin agregado de alcohol alguno cuando lo escuché saludarme. Al voltearme estaba detrás de mi. Su elegancia era única, decir que estaba mucho más lindo que el resto de nuestros compañeros no era para nada exagerado.

—Hola, Joey —sonreí—. ¿Cómo estás?

—Bien. ¿Están ricas esas cosas? —me sonrojé de la pena que me hubiese visto comerlas casi desaforada.

—Deliciosas —asentí y extendí hacia él, lo que me quedaba de la que tenía en la mano—. Prúebala, creo que hoy sobrará comida.

Y comió lo que quedaba porque el apetito se me fue de solo tenerlo cerca hablándome como si nada.

—¿Tampoco tienes compañía? —negó despacio mientras terminaba de tragar lo que había estado masticando.

—No. De hecho, tampoco invité a nadie porque quería invitarla hoy, pero no pude. Tuve que irme.

—Ah... Y, ¿al menos ha venido? porque si estás aquí no es solo porque has venido por gusto, ¿o si?

—Si, vino... De hecho, estoy hablando con ella —no entendí muy bien lo que había dicho, pero esperé que por «hablando con ella» se refiera a que estaba hablando realmente con esa chica pero la dejó sola un instante para acercárse a mi y comerse la brocheta que era mía.

—Ah... y... ¿Vas a bailar?

—Si. —Tomó una servilleta de papel, se limpió las manos y la boca. Tomó de una de mis manos y me arrastró hasta la pista.

La sorpresa fue enorme. No solo bailaba conmigo frente a toda la preparatoria, si no que lo hacía estupendo mientras me sujetaba de las manos, sus suaves y tersas manos.
Kelly que estaba entusiasmada con John, lo palmeó ligeramente y nos señaló. Ambos me levantaron sus pulgares mientras sonreían y continuaron bailando.
Estuvimos así durante media hora hasta que cambiaron el ritmo. Fue en "Endless Love" que me tomó de la cintura y me acercó a él. Pasé mis brazos detrás de su cuello y pegó su frente contra la mía.
Estaba nerviosa. Sentía su respiración, y en un momento inesperado, sus labios tocaron los míos. Despacio, con tranquilidad. Las mejillas me cosquilleaban, cada vello de mi cuerpo se puso de punta, sentía que mis piernas se aflojaban. Joey Tempest, el chico considerado como el más guapo de nuestra generación por mi y todo el alumnado que había votado por él como el rey del colegio por dos años consecutivos, estaba esa gran noche conmigo, besándome.
Dos semanas después de la fiesta, Joey me frecuentaba más a menudo. Maldecía eso porque me había confesado que le gustaba desde hacía tiempo y ahora la universidad nos separaría. No me dejó disfrutar de él el tiempo suficiente.
Una noche estando en su auto, la temperatura dentro comenzó a subir, sus manos me tocaban por debajo de mi camiseta mientras yo me dejaba llevar y desprender su camisa.
Al tocar su pecho ardiente, supe que no quería que nos detuviéramos. Pasamos al asiento trasero y quedamos en ropa interior mientras recorría cada centímetro de mi piel muy despacio, volviéndome loca con cada lamida, llegando al borde de mis bragas y subir de nuevo.
Mi brasier quedó tirado en el piso del auto y su boca se apoderó de mis senos intercalándolos mientras los apretaba con sus manos.
Gemía y jadeaba. No había conocido ese placer en mi vida. Mi anterior novio directamente ni le interesaba explorarme por completo, solo satisfacerse rápido y adiós. Que Joey me hiciera aquello, me hizo mojar el asiento.
Una de sus manos dejó mis pechos en paz para tocarme sobre mi braga.

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora