—¿Vas a irte ya?—Si —retocó su rouge por última vez.
—Más me gustaría que te quedes —la tomó por su cintura y dio un ligero beso en su cuello—. Estás preciosa.
—Gracias, amor. Si, pero ya sabes que debo que irme.
—Hueles delicioso —tomó su bolsa, se dio la vuelta y le sonrió.
—Ya te tocará —tocó la punta de su nariz divertida y apresuró su paso a la puerta de la entrada-. Además, siempre estoy contigo.
—De acuerdo. No olvides lo que acordamos, ¿si?
—No lo olvidaré —le lanzó un beso en el aire.
Se subió al auto y salió disparada hacia aquel lugar. Al llegar al edificio, le envió un mensaje de texto «—Estás listo, ¿verdad?», y de inmediato recibió una respuesta «—Para ti, siempre estoy listo, nena». Abrió la puerta del coche y dejó ver sus piernas torneadas a través del tajo de su largo vestido negro.
Su cabello ondulado acompañaba su caminar sensual. Eran altas horas en la noche, así que nadie la molestaba con ningún tipo de mirada, piropo o silbido. Se anunció mediante el timbre y la puerta del edificio sonó haciéndole saber que era más que bienvenida.
Presionó el botón del ascensor y esperó a que bajar mientras seguía acomodándose el vestido. Al subir al elevador y marcar el número de piso al cual quería ir, se reflejó un poco más en las paredes cromadas y volvió a retocarse el maquillaje un poco más.
Cuando estuvo frente a su puerta, estaba nerviosa a pesar de haberlo visto innumerables veces. Cuando abrió, él despedía una intensa y deliciosa fragancia. Se colgó de su cuello de inmediato y hundió su lengua en su boca.
A penas si logró cerrar la puerta mientras la sostenía con un brazo. Estaba incontrolable. Él sentía que perdía el aliento, que se pondría azul en cualquier momento si ella no dejaba tranquila su boca. Cuando por fin lo hizo, ambos jadearon buscando recobrar el aire.—Hola, Chloe... ¡Dios! Que hermoso beso —ella sonrió con su frente apoyada en su pecho.
—¿Te ha gustado?
—Demasiado —resopló.
La tomó de la mano y la dirigió al comedor donde, sobre la gran mesa, estaba todo listo para la cena.
Su predilección por lo romántico rozando lo cursi, se hacía real pocos días en el año pero los aprovechaba al máximo.—¡Es hermoso! —dijo volviéndose a él.
—Y está preparado para ti, preciosa —ella acarició su rostro y dio besos cortos mientras su otra mano, se posaba indiscretamente sobre el bulto que comenzaba a formarse en su pantalón por su entrepierna. La separó lentamente de él—. Creo que deberíamos cenar, ¿no te parece?
Si bien Duff no era un gran cocinero, se desempeñaba muy bien a la hora de complacer a una mujer, gastronómicamente hablando en una primera instancia.
Alguien le había enseñado a preparar codorniz al horno con papas y vegetales cocinadas con una exquisita salsa. Cada vez que Chloe se llevaba una pequeña porción a la boca y la devoraba, limpiaba sus labios con su lengua y su rostro demostraba todo el placer que aquello le generaba.—Exquisito, simplemente, exquisito —su voz era sensual cuando algo le encantaba, sobre todo cuando provenía de él o de su esposo.
—Me alegra que te guste.
—No, no me gusta... me encanta. Es increíble que seas tan buen cocinero... tan bueno en la cocina como... —relamió sus labios— entre las sábanas —le dedicó un guiño.
Él estaba a la deriva desde que recordaba que fecha era, el acuerdo de su hora de llegada y que sería suya otra vez.
Se había masturbado dos veces en el día pensando en su tersa y pálida piel, su aroma, su cabello moviéndose junto con ella cuando estaba montándolo desesperada, sus pechos rebotando delicadamente, con sus pezones en punta y completamente para él solo. Su precioso trasero, sus piernas, sus muslos, saborear su coño mientras ella arqueaba su espalda y tiraba de su cabello casi obligándolo a que no se detuviera por nada del mundo.
Su pene latía de deseo. Creía que no podría contenerse por los siguientes veinte minutos, en los que tenía que arrastrarla a su habitación y follársela hasta quedar dormidos del cansancio.
Intentaba despejar su mente concentrándose en lo importante: comunicarse con su amigo y mantenerlo al tanto de todo lo que sucedería en unos minutos.
Terminó de lavar los platos. Cuando se dio la vuelta secando sus manos, su miembro se puso duro en menos de un segundo.
Ella estaba con su antebrazo contra el marco de la puerta de la cocina. Sus piernas estaban cubiertas de medias negras, transparentes, sujetas con un portaligas, su braga negra y una muy diminuta falda de encaje, su sostén que hacía juego con toda su otra ropa interior, a penas si lograba ser llenado por sus exuberantes pechos. Sus labios tenían el rouge retocado, rojo intenso, salvaje y sus ojos furiosamente delineados.
Desbordaba sensualidad. Se acercó provocaticamente a él con la punta de sus dedos, acarició sus labios, manteniendo una distancia prudente.
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Dentro de Mi (Erotic Rock)
Fanfic⚠Alto contenido sexual explicito⚠ Fanfics con diversos rockeros de los 80's, sobre todo. Espero sean de tu agrado "Dentro de mi" es una serie de relatos cortos que te harán acelerar la respiración, el pulso y desear ser la protagonistas de una o...