9- El Precio del Silencio (con Richie Sambora)

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-Vas a quedarte todo el día en la cama?
-Si...- dijo tapándose hasta la cabeza con la sábana y dándole la espalda.

El se le acercó y le frotó la espalda, luego puso su mano en su cintura y comenzó a hacerle cosquillas. Se retorcía mientras soltaba estruendosas carcajadas.

-Déjame tranquila. Acaso no tienes que irte?
-Si... pero... también tienes que irte tú también.
-No... te dije que me quedaré acostada todo el día...
-Tienes clases, chiquita... vamos... anda... no puedo permitir que faltes.

No contestó, siguió tapada por un rato más. Richie salió al balcón a desayunar mientras esperaba que Sara no bromeara y se apresurara a alistarse. Se le acercó por detrás y lo abrazó. Le gustó sentir su calor en su pecho. Al darse la vuelta, la descubrió aún cubierta por la sábana.

-Es en serio, Sara... tenemos que irnos...
-Pero quiero quedarme contigo.
-Sabes que no es posible- se lamentó -anda, ve a vestirte y salgamos.

Se metió al baño a asearse un poco. La noche había sido salvaje y sentía la arena en algunas partes de su cuerpo. Necesitaba sacársela por completo. No había dormido bien porque le picó el cuerpo en lo poco que pudo conciliar el sueño. Pensó en irse a dormir a la bañera, pero morirse allí ahogada mientras dormía y generar un gran escándalo, no sería lo ideal, menos para él.
Se metió en la ducha y pasó el jabón por cada centímetro de su cuerpo. Quedó cubierto de arena en segundos, ya no podía seguir utilizándolo porque le raspaba la piel y necesitaba un shampoo para su cabello que estaba igual de sucio que el jabón.
Salió desnuda y mojada del baño buscando sus cosas. Richie entró a la habitación de nuevo y le sorprendió verla desnuda y humedecida, a pesar de que ya la había visto así en la noche.

-Qué estas haciendo?
-Estoy buscando mis cosas para bañarme. Estoy llena de arena. Tengo comezón por todo el cuerpo.
-Te dije que te apresuraras.
-Oye! Que me molesta todo, no escuchas?

Tomó la botella de shampoo y terminó de enjabonarse con eso. De haber sabido que así se desharía de la molestia más grande de esa mañana, lo hubiese utilizado en un principio.
Salió del tocador apresurada, esperando que no le dijese nada o terminaría todo en discusión y lo sorprendió acostado en la cama masturbándose desenfrenadamente. Haberla visto desnuda por la habitación, lo había excitado más de la cuenta. Sintió un calor intenso en la entrepierna y al apretarse sobre la toalla con la que se cubría para hacer pasar esa sensación, un líquido caliente atravesó la tela y lo supo: quería ayudarlo a sacarse la calentura invitándolo a entrar en su femineidad.
Sin perder el tiempo y silenciosa, subió a la cama. Él mantenía los ojos cerrados. Corrió su mano y sintió como se sentaba encima de él. Su miembro erguido y completamente enrojecido estaba dentro de ella que se movía con una soltura felina que podría quitarle el aliento a cualquiera. La tomó de su cintura y la ayudó a subir y bajar con rapidez, despacio, suave, en cuanto decidió cambiar el ritmo a rápido y fuerte, si los gritos y gemidos de ambos se escuchaban a través de la puerta, las paredes, e inclusive llegaba a oídos de las familias que podrían estar disfrutando el día en la playa desde temprano.
La acostó sobre la cama con delicadeza y le introdujo un par de dedos en su boca los cuales ella succionaba gustosa, sabían a su verga y le encantaba. Su miembro jugueteó en sus labios hasta que entró en su boca y soltó su semen caliente.
Sara lo tragaba sin chistar, y Richie disfrutaba ver su rostro de colegiala ninfómana mientras jadeaba y los espasmos del orgasmo lo hacían contraer todos sus músculos.
Volvió al baño a asearse de nuevo. Al salir, preparó su bolso. Él ya con su ropa acomodada y su maletín en mano, la esperaba con una sonrisa pícara.
Salieron del hotel y directo al colegio. Unas cuadras antes de llegar a la secundaria, decidió frenar y dar espacio a que Sara caminara para no levantar sospechas.

-Aquí es donde comienzo a llamarte profesor de nuevo.
-Qué le inventaste a tus padres?
-Que iba a casa de Melany.
-Te creyeron?
-Mamá estaba con su trabajo en la computadora así que me dijo "ajam" y papá no había vuelto. Melany siempre me cubre.
-No sabe de lo nuestro?
-Despreocúpate. Nada de nada. Sería como que yo me preocupara por saber si tu esposa lo sabe, cuando sé perfectamente la respuesta.
-Eres muy inteligente- sonrió y le dio un beso corto en los labios.
-Nos estaremos viendo, profesor Sambora.
-Claro que si, señorita Pauline- metió despacio su mano debajo de la falda de la chica y estaba húmeda.
-Lo siento... ya pagó su cuota de que no diga nada acerca de su romance prohibido con la profesora de educación física.
-Eres una tremenda maldita, Sara.
-Una tremenda maldita a la que le paga su silencio con sexo, profesor... y no finja que no le gusta- se acercó a él con la intensión de besarlo pero con su otra mano, abrió la puerta del acompañante y se bajó velozmente del auto. Lo saludó desde la acera extendiendo su dedo del medio para después lamerlo descaradamente.

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora