60- Fuego en la habitación (con Steven Adler, Izzy Stradlin y Duff Mckagan)

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Tenía sueños constantes de estar en una orgía con varios hombres, caras que no reconocía o ver a mi prometido indignado por estar metida entre tantos cuerpos desnudos que me hacían gozar de una manera que jamás había conocido; momento en el que solo atinaba a mirarlo y a decirle "mi culo sigue intacto para ti, solo me han tocado" a lo que él sonreía. Era entonces cuando despertaba muy despacio y me notaba transpirada, sola, en mi habitación, con una temperatura agradable, mucho menos infernal que la de mi sueño. A veces tenía mis dedos tocando mi sexo por dentro de mis bragas, o estaba desnuda, como si realmente la realidad superara a mi ficción mental. Mis damas de honor me preguntaban por los colores de las flores, blancas con ¿qué?, ¿rosadas o amarillas?, y solo respondía que si, ¿si qué?, "si, esas", "esas, ¿cuales?". Me imaginaba el lugar solo con las mesas, los grandes ventanales con cortinas blancas, una fiesta sexual interminable. Las ganas intensas de masturbarme sin parar se apoderaban de mi cuerpo. Parecía una jodida adolescente con los hormonas más que alteradas. Solo me concentraba cuando trabajaba o estaba viendo una película sola, y que sea una comedia donde no hubiese referencias sexuales, así que terminaba viendo películas animadas, esas para niños, porque no todas las animadas son para criaturas hoy día. Mientras Steve dormía profundamente después de otorgarme más orgasmos de los que solía tener, me sentía insatisfecha, quería más. Pensaba en la posibilidad de tener otra persona que me follara mientras dejaba descansar a mi prometido, que me diera nalgadas fuertes, me mordiera, me dijera cosas obscenas mientras su verga salía y entraba en mi coño extremadamente... y detenía mi fantasía. Intentaba no pensar tanto y me quedaba dormida. Inclusive, con él a mi lado, volvía a soñar, no eran dos, tres o cuatro hombres, a veces hasta aparecían mujeres completamente desconocidas a lamerme toda mientras alguien me hacia lamer su clítoris y un hombre la penetraba analmente. Podía ver rostros que jamás había visto en su máxima expresión de placer, me parecía escucharlos pelear por follarme hasta saciarme. En cuanto desperté, Steve tenía sus dedos tocándome el clítoris y volvimos a hacerlo. Pensaba que me había convertido en ninfómana, ideando todo el tiempo donde hacerlo, si con mucha o poca gente, pero así no es siempre como aquello funciona. Lo mío era más una fantasía que ante mi poca experiencia parecía extrema, pero me volvía loca la idea de realizarla, aunque estaba a nada de casarme, a Steve eso no le haría gracia, lo tomaría como un engaño, pero sentía que si no la llevaba a cabo, mi vida sexual estaría inconclusa.Una tarde charlando con mi mejor amiga, le confesé todo lo que soñaba, lo que ocurría con mi prometido al despertar siempre y cuando estuviese a mi lado, las cantidades de veces que me masturbaba en el día y ella me escuchaba atónita.

-Creo lo mismo que tú... eso de hacer realidad todo lo que sueñas, es un riesgo, ¿pero te casarás sin experimentarlo tan solo una vez?
Aquello me hizo pensar profundamente. Tenía razón pero no conocía a nadie que estuviese en un club swinger o que hubiesen grupos de reunión con fines meramente sexuales.Mi amiga me pidió que le relatara alguna escena, curiosa y fascinada por mis sueños e ideas, cuando iba por la mitad de uno de ellos, Steve entró campante. Ni siquiera lo había escuchado llegar. Dejé de hablar asustada, no sabía si había escuchado algo, pero prefería no averiguarlo. Solo saludó y salió al balcón a fumar un poco mientras veía su celular.
-Oye... es genial lo que me cuentas -dijo mi amiga en voz baja- espero que puedas seguir contándome un poco más -dijo tomando su cartera-. Ahora tengo que ir a la peluquería o perderé el turno- se apresuró a levantarse.

Seguí relatándole todo por mensajes la mitad de mis sueños e imaginaciones sentada en el living cuando Steve cruzó la sala para ir a recibir a su amigo. Izzy entró muy relajado pero con prisa a la vez.

-Oh, Brooke... lo siento por la prisa -se dirigió a saludarme- debo llevarme a tu prometido a un lugar.

Le resté total importancia a todo lo que dijera porque sabía muy bien a donde se lo llevaría. Estando tan cerca la boda, no era tan difícil dilucidar al lugar al que se lo llevaría. Steve tomó su chaqueta y me besó en los labios.

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora