Dentro de Mi (Erotic Rock)

84- Engaño Permitido (Trío Rachel Bolan- Dave "Snake" Sabo)

Rachel había llegado a la ciudad para visitar a sus amigos. Eran pocas las veces al año que podía hacer un viaje de dos semanas para disfrutar de viejos recuerdos y llevarse otros. Era algo tedioso cuando venía a casa, tenía que limpiar a fondo y cocinar su comida favorita aunque usualmente, llegaban todos los amigos de Dave para una parrillada en el patio mientras alguna esposa y yo conversábamos cerca de la piscina mientras bebíamos tragos.

En esa noche, Rachel se veía muy apuesto, más que otras veces. Sacudí mi cabeza intentando aclarar mi mente porque lo había visto en otras fachas que lo dejaban malditamente sexy. Llevaba su cabello suelto, chaqueta de cuero y unos jeans desgastados ajustados, fiel a su fanatismo por Los Ramones, solo que su camisa marrón y sus botas de vaquero no eran demasiado punk. Sentí un calor arrollador apoderarse de mi cuerpo mientras él me preguntaba por Dave.

—Ya baja. Estaba terminando de vestirse —intentaba destrabar mi garganta.

—Te ves muy bien —dijo acercándose a mi peligrosamente.

Llevaba un vestido celeste estilo cóctel con los breteles caídos, algo tranquilo por ser una pequeña reunión en casa y mis sandalias bajas color marfil, lo más parecido a andar descalza. Corrió un mechón de cabello despejándome el rostro y acarició mi hombro izquierdo desnudo con el reverso de su mano. Jadeé. Se inclinó hasta estar cerca de mi oído del mismo lado donde bajaba por mi brazo con sus dedos.

— ¿Aún recuerdas la última vez que estuvimos más que cerca? —tenía mi vista anclada a la escalera mientras mi cuerpo temblaba. Si Dave nos veía, no imaginaba como iba a reaccionar.- No he dejado de recordar como me masturbabas esa noche —susurró, lo empujé despacio apartándolo y fui a la cocina.

Puse mis manos sosteniéndome de la mesa con mis brazos abiertos intentando sofocar el pequeño incendio en mi que Rachel inició al recordarme sobre la última noche que nos acostamos. Dave había bebido demasiado en una salida de las que organizaban y mientra él estaba en nuestra habitación durmiendo de la borrachera, su amigo me cogía practicamente por cada uno de los rincones de nuestra casa, hasta en el borde de la piscina ubicada en medio del patio, sin temor a que algún vecino nos viera. Me había asombrado su capacidad de duración y de las veces que había logrado acabar sin necesitar mucho tiempo o algo de bebida o comida tan siquiera para reponerse.

Durante la cena, la charla entre amigos fue muy bien encaminada, hasta que hablaron sobre Scotti y su esposa. Ella lo había engañado con un compañero de su trabajo y Dave consideraba que su amigo sería un tremendo imbécil si la disculpaba y regresaba con ella.

—No seas tan duro con Scotti. Esta enamorado.

—Te repito: será un grandísimo estúpido si la perdona.

— ¿Y que hay de Mallory? —empecé a temblar. ¿Por qué me metía en su diferencia de opiniones? A pesar de que tuviera razón para hacerlo— Estás muy enamorado de ella, ¿no es asi? —Dave asintió tras tomarme de la mano— Entonces, ¿la perdonarías si te engaña? —mi esposo miró a su amigo y al verme a mi, quedó unos segundos pensativo. Claro que no lo haría.

— ¿Qué tal si probamos algo? —sugirió— Besa a mi esposa ahora —dijo poniendo sus manos a sus lados sobre la mesa simulando despreocupación o eso supuse. Quedé petrificada, con mi mandíbula tan baja como podía caer.

Rachel se echó a penas hacia atrás como intentando saber a donde quería llegar proponiendo eso. Dave irguió una de sus cejas a modo de pregunta gestual y con su mirada desafiante.

— ¿Por qué tendría que hacer eso?, ¿Qué ganarías? —preguntó Rachel simulando estar molesto. Conocía su tono de voz.

—Si mi esposa sigue ese beso, es porque le gustas y no solo eso, si lo sigue, pensaré si merece que disculpe una posible infidelidad.