95- Una noche buena (con Jon Bon Jovi)

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La mujer salió a caminar en pleno inicio de navidad para distraerse. No había podido viajar a casa de sus padres, pero tampoco se reunió con ninguno de sus amigos, entendible, ellos tenían pareja o si habían conseguido viajar.

Estaba abrumada, sola. Tenía que haberse ido a dormir, pero no, estaba muriéndose de frío en las calles de la ciudad mientras... si, nevaba, como en las películas, solo faltaba que le ocurriera algo genial o algo espantoso, algo romántico o algo desagradable y que la dejara con un recuerdo que viviera una y otra vez.

Por la misma vereda vio ir hacia ella a un hombre. Para la hora que era, pensaba seriamente en regresarse a su apartamento.
Cuando pasó por su lado a penas si la miró y creyó haber visto su cara antes, hasta que escuchó que la nombró.

—¿Olivia?

Se dio la vuelta temerosa. Siempre lo hacía cuando no reconocía a alguien o en temor de reproche.

— ¡Si, eres tú! —exclamó entusiasmado.

— ¡Hey, Jon! —dijo igual de exaltada que él— Vaya... hace tiempo no te veía.

—Lo mismo digo. ¿Qué haces afuera a esta hora?

—Solo... salí a caminar —respondió moviendo se cabeza como dudando de si contárselo porque seguramente debería darle explicaciones— ¿Y tú?

—Iba a un negocio aquí cerca. Creo que aún está abierto —dijo moviéndose a la dirección a la que iba— ¿Quieres venir? Digo, si no tienes nada de importancia que hacer.

Aceptó ir con él. En el camino charlaron de pocas cosas, hasta regresar a la esquina de la calle por donde se habían encontrado.

—Escucha... —dijo mientras la miraba con cierto brillo en sus ojos— Esto pensaba tomármelo solo. No me molestaría un poco de compañía —ella sonrió.

—De acuerdo —Jon se sintió feliz por que ella aceptara acompañarlo.

Al llegar al apartamento, Olivia agradeció el leve calor que hacía dentro y le acaricó su rostro devolviéndole la sensibilidad perdida por el frio en la calle.

Jon fue por unas copas para servir el vino que había comprado. La invitó a la sala ayudándola a colgar su abrigo, su bufanda y su gorro. Ella se adentró un poco más y el lugar era agradable.

—De momento, vivo solo —ella lo miró y asintió.

—Es un bonito lugar. Yo también vivo sola —sus palabras sonaron más a un lamento que a algo que quería contar para coincidir.

Jon le sirvió un poco de vino y le extendió la copa sonriendo. Olivia la tomó agradeciéndole y la chocó despacio con la copa de él.

—Salud.

—Salud —ambos bebieron.

Jon no podia evitar ver los labios de ella sin rouge, al natural. Nunca la había visto con poco maquillaje, de hecho, recordaba que siempre tenía algún labial de un tono rojizo resaltando su boca. Sus mejillas aún lucían pálidas y en sus ojos faltaba el brillo de estar feliz por la fecha, como la mayoría de las personas, pero supuso que no era su festividad favorita.

Olivia veía el cabello corto en él, le quedaba bien. No recordaba haberlo visto con ese corte, la última vez lo tenía por encima de los hombros y también le quedaba igual de bien, pero ahora, destiliba más hombría, más sensualidad. Su sonrisa la estaba poniendo a temblar o quizás era la falta de costumbre a beber, aunque solo había tomado una medida de vino, no era para tanto.

— ¿Quieres comer algo? Mi madre preparó un postre exquisito y estoy seguro de que te va a gustar —ella recordó a su madre y lo idiota que fue al no sacar el pasaje un mes antes para poder ir a visitar a su familia.

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora