79- Nuestro secreto (con Sebastian Bach)

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Solía salir con mi amiga a almorzar o cenar juntas, pero hacía tiempo que su novio se nos unía. Me molestaba que no nos diera la intimidad que a veces necesitaba para confiar mis cosas a su novia, pero según mi amiga nunca le decía a donde iba a ir y menos si era conmigo.

Una noche en que una lluvia torrencial caía sobre la ciudad, estaba relajada viendo una película. No tenía ganas se cocinar y decidí salir por mi cena a un negocio a la esquina del edificio. Salí de mi apartamento y bajaba las escaleras cuando lo vi subiendo y sonrió. Estaba empapado por completo, por alguna razón lo encontré sexy cuando levantó su vista y sonrió al verme. No entendía que es lo que hacía en mi edificio.

-Qué sorpresa, Sebastian. No sabía que conocías a alguien que viviera aquí -fue mi manera de saludarlo.

-Si, conozco a alguien que vive aquí y de hecho, estoy hablando con ella.

Lo miré muy extrañada y accedí a regresar a mi apartamento acompañada por él.

-Quitate eso. Vas a enfermarte -le dije de una manera fría tras entrar a mi apartamento e ir de camino al baño por toallas.

Cuando regresé a la sala, estaba sin camiseta y quedé atónita. Su anatomía era impresionante y realmente se veía muy sensual con su cabello mojado y el agua corriéndole por su torso. No fui muy específica sobre donde podría quitarse la ropa.

-Ah... si quieres, puedes... -no podía dejar de mirarlo y trataba de modular las palabras sin que mi quijada cayera al piso por verlo sin camiseta- cambiarte en el baño. Creo que puede irte algo de la ropa que tengo -le dije intentando no generarle confusión. Me miró extrañado y sonrió.
-De acuerdo -dijo y fue al baño dejando una hilera de sus huellas humedas y un rastro de agua.

Fui a mi habitación por una remera grande y unos pantalones cortos de playa que me había comprado en alguna ocasión en la que había salido de vacaciones, aunque no tenía ropa interior para prestarle. Golpeé la puerta y cuando abrió, le alcancé la ropa.Esperé un momento y al salir, realmente le quedaba muy bien mi camiseta de Kiss y mis pantalones.

-Sabía que hacía las cosas bien al fijarme en ti -dijo mirando la remera-. Te gusta Kiss. Eso es más que una buena noticia -me miró y no entendía demasiado lo que decía.

-Voy por algo para cenar. ¿Te gusta el sushi?

-Si. ¿Quieres que te acompañe?

-Puedes venir si eso es lo que quieres -le resté importancia.

-Ah, no, mis zapatillas... -dijo señalándose sus pies.

-No tardaré -di por seguro.

Pensaba en llamar a mi amiga y decirle que su novio estaba en mi departamento, que había llegado mojado de la cabeza a los pies, pero seguro él lo haría. Tras recoger la cena y regresar, lo hallé buscando platos y algo para beber.

-Quería preparar la mesa -dijo sonriente.

Saqué el sushi en completo silencio y separé las porciones para cada uno. Sentí su mirada sobre mi. Lograba ponerme nerviosa. Nos encontrábamos cenando mientras seguíamos viendo la película que había dejado por la mitad cuando decidí interrogar a cerca de su inesperada visita. A penas posando los palillos en el plato, tras beber su vaso con agua y secarse los labios, me miró y sin esperarlo, tomó de mi rostro y me besó con fuerza. Se atrevió a robarme un beso en mi propio hogar, pero decir que puse resistencia era mentira. Intentaba respirar profundo y no tocarlo, pero cuando pasó su brazo por mi espalda llevándome contra él, no pude evitar acariciar una de sus mejillas para terminar correspondiéndole por completo. Cuando dejó de besarme, se puso de pie y tomó de mi mano para llevarme a no sé donde, y lo detuve.

Dentro de Mi (Erotic Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora