La expresión en su rostro al pasarle la libreta, es profunda. Sus pupilas se dilatan como imagino, las de Da Vinci se habrán dilatado al admirar a su Mona Lisa. Pasa la yema de sus dedos por encima de la leyenda y la repite solo moviendo sus labios; no quiero interrumpir ese momento, esa conexión, así que solo desvío la mirada a otro lado para no incomodarlo.
—Sabía que tenías mucho talento, pero esto...
—No se trata de como lo hagas, sino, de lo que sientes cuando lo haces —interrumpo.
—¿Y qué sentiste?
—Nunca me ha gustado decirle a las personas como es que me siento, porque eso te hace vulnerable ante ellas.
—Entonces, ¿crees que yo podría actuar ante esa vulnerabilidad?
—Tal vez —. Levanto el hombro con ligereza.
—Danger, no más filtro. Déjame conocerte —... cierro los ojos e intento decirle que no insista—. Solo por hoy, si tú quieres, después de hoy, me olvido por completo de todo lo que me cuentes —. Levanta la mano en son de juramento.
—No puedo —. Tal vez si quiero contarle pero, no lo sé, hablar de esto podría remover tantos sentimientos dentro de mí.
—Si quieres, no miro, me mantendré con los ojos cerrados cuando me cuentes —. Sonrío ligeramente, sé que sus intenciones no son malas.
—¿Por qué insistes tanto? —ladeo la cabeza y apoyo mi brazo de la barda.
—Porque sé que tienes mucho dentro de ti.
Es verdad, tengo mucho dentro de mí; tengo miles de sentimientos cruzados, tengo recuerdos, solo recuerdos de personas que no regresarán jamás. ¿De qué sirve? De qué sirve hablar sobre algo que sucedió y que al final no tiene solución ni nada parecido, la muerte es infinita, no regresas a la vida, no resucitas, no reencarnas o tal vez sí pero, no de la misma manera. No voy, no puedo hablar sobre esto y no se trata de ser positiva o pesimista, simplemente no lo haré porque mi corazón, mis labios, aun no tiene el valor de expresar mi dolor y exponer la situación tan abiertamente sin llorar, sin pensar, sin tener esa ganas de dejar de existir.
—Lo descubrirás.
Sin decir nada más, miro hacia abajo y el vértigo se apodera de mi sentir. De un momento a otro siento el aire correr por mis brazos extendidos en el vacío. Mi cuerpo se siente más ligero, ni siquiera siento ansiedad, solo siento paz como si el dolor del choque fuera nulo a todo ese pesar que he acumulado al paso de los días. Abro los ojos y miro a Nicolas frente a mí. Mira el vacío de la misma manera en que yo la miré, sé que sigue analizando lo que dije y para este punto ya me siento un tanto arrepentida, no quiero que me trate de forma distinta. Sus pupilas se dilatan ligeramente cuando se cruza con mi mirada, estamos a pocos metros del otro; da el paso que nos separa, mi vista periférica hace más tenues las luces de la ciudad que están ante nosotros. El viento sopla con la misma calma, puedo sentir mis manos heladas con los dedos temblando. Su respiración está más cerca de mí, inclina de poco la cabeza, su mirada se centra en mis labios y entre abre los suyos, su mano busca la mía. Y el momento se acerca aún más, mis ojos se enrojecen lo puedo sentir porque un ardor punzante aparece.
—No va a suceder —. Abre los ojos al sentir algo que no son mis labios en los suyos. Mi dedo medio está en sus labios entre abiertos.
Retrocede luciendo apenado, intenta excusarse con el típico >> yo, yo...<< o el >> no es lo que parece << no presto importancia a eso, me causa risa su reacción, debió saber que no accedería a aquello.
Cuando llegué a casa verifique rápidamente que todos estuvieran durmiendo. Agradezco que no haya sido la escena cliché en la que llego y mamá está sentada en el sofá del recibidor, enciende la lámpara cuando me ve pasar para las escaleras, pronunciando un >> ¿Dónde estabas? <<. Me envolví entre mis sabanas nuevamente y dormí como si nada hubiera pasado. Como si jamás hubiese salido por la ventana, como si no hubiese dibujado a la luz de la luna, como si no hubiese pensado en ti.
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SOBRIA, DANGER...
Teen FictionMis manos tiemblan, el corazón comienza a latirme más rápido, su voz... El móvil cae de mis manos. En la pantalla ha dejado de correr la llamada y solo puede verse su nombre, quien diría que sería la última; quien diría que incluso estaría con él ha...