SOBRIA, DANGER...

CAPÍTULO 19

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Despierto a la mañana siguiente con una sensación de los labios secos al igual que la garganta, incluso siento que si intento hablar mi voz no saldrá. Bajo a la cocina cuando todos se van, escuché los autos arrancar temprano, nadie se despidió de mí, a veces creo que ni siquiera me notan y cuando lo hacen es porque tienen que hacerlo no porque en realidad me tomen como prioridad.

Paso por la meseta y me saco una jarra de agua fría del refrigerador para servirme un vaso enorme de ella, la bebo de un solo trago, en serio tenia sed. Enciendo el cigarro que bajé junto conmigo y me siento por un momento en el sofá del recibidor, me quedo en ese lugar por unos segundos, recuerdo que Nick me escribió ayer por la noche así que tomo el celular del sillón para contestar. Antes de hacerlo me percato de que dejaron una carpeta aquí, la abro por curiosidad, imagino que debe ser de Susy o de mamá, sí, debe ser de ella es algo del despacho. Cuando la cierro una fotografía cae al suelo, cae boca abajo, pienso en levantarla pero un aire de inseguridad me susurra al oído; abro de nuevo la carpeta y paso la vista en una de las hojas, el apellido capta mi atención y la cierro instantáneamente.

—Papá —susurro al aire.

Cierro los ojos recobrando el aliento. Solo a eso vino ayer, le dejé en claro que no quería nada de él, le dije que no quería su ayuda y mucho menos ahora.

Desde que todo sucedió no tuve el valor de acercarme al caso, no quise involucrarme aún más porque sé que eso terminaría por aniquilarme. Los padres de él, lo han estado manejando junto con mamá, yo me aislé pero eso no significa que no me importe lo que sucedió. No importa lo que se haga, nada a devolvérmelo.

Tomo la foto del suelo, la levanto lentamente sin voltearla, no quiero mirar, tengo miedo que sea algo que me afecte aún más o incluso si no es así, no me lo permito. Mamá tiro nuestras fotos o al menos la mayoría, la otra parte las guardó tan bien que no las volví a encontrar. También obligó a Di para que eliminara mis cuentas y que cambiara mi contraseña de la nube, desde entonces no volví a mirar una foto tuya. Ella cree que es una buena manera para olvidarlo, pero no es así, no tiene ni idea. Trato de entenderla porque el momento en el que lo hizo fue un momento de impulso cuando ya no sabía que hacer conmigo, fue como si quisiera enderezarme de esa manera, después se disculpó, en serio estaba arrepentida pero todo ya estaba hecho.

—No creo que sea este el momento para mirar una foto tuya, amor —. Deposito un beso en el reverso de la foto y la dejo dentro de la carpeta nuevamente.

Recobro el aire poco a poco, dejo el sillón y voy escaleras arriba para tomar una ducha. Esta mañana mi único desayuno será ese vaso de agua.

Cuando termino de alistarme me dirijo a tomar el transporte, en la parada, noto que Josué no está, lo que se me hace extraño porque ayer estaba aquí y no suele desaparecerse. Tomo el autobús y me coloco los auriculares para despejar mi mente un momento. Mientras miro por la ventana alcanzo a ver un auto gris muy particular, miro discretamente para ver quien lo conduce; es una mujer, una señora, no alcanzo a verle la cara pero me esfuerzo por hacerlo. Como si ella sintiera mi mirada va volteando lentamente, es ell...

—¿Puedo? —Nicolas se sienta alado mio así que volteo a verlo rápidamente, me tomó por sorpresa— ¿Qué? —pregunta como si hubiese notado que acechaba por la ventana. Miro de nuevo pero el carro se ha ido. Regreso a mi postura, me siento confundida podría afirmar que era ella, su madre— ¿Está todo bien?

Me toma unos segundos responder— Sí, solo intentaba recordar algo.

—¿Tus pastillas?

—Eso —asiento y disimulo mi actitud sacándolas de la mochila y tomándome unas cuantas.