—¿Qué tal el nuevo grupo? —. Como si te interesara...
—¿Por qué le hablaste sobre mi diagnostico? Acaso no te parece que ya es demasiado con todo lo que cargo como para que los demás se enteren —. No me importa hablarle así a mi madre, aunque me cueste un buen regaño.
—Intento ayudarte hija, no puedo sentarme a ver cómo te destr...
—Eso no es ayudar, me estás hundiendo. Nadie puede ayudarme ya lo sabes —...respiro profundo e intento cuidar mis palabras, no quiero que me envíen a más terapias— lo siento, yo... mamá, es difícil —oculto mi rostro y dejo que mis excelentes dotes de actuación salgan a flote.
Mamá se queda en silencio un momento, al parecer la he convencido.
—Yo me preocupo por ti Danger. No debí hablarles sobre ti, solo quiero ayudarte —. Guarda sus ganas de gritarme y sigue conduciendo.
Miro hacía la ventana y volteo los ojos. "Él" siempre decía que yo era una excelente manipuladora cuando me lo proponía; era la reina del drama en muchas ocasiones. Era divertido cuando él me lo decía, cuando ambos disfrutábamos de ello; me comportaba así cuando quería que se quedara un rato más en casa, ahora lo utilizo para llegar pronto a él...
Al llegar a casa, bajo del auto y encuentro a mi padre junto con un ramo de flores esperando en la entrada.
—Hi...
—Vete —. Paso frente a él sin siquiera mirarlo, entro a la casa y subo las escaleras rápidamente.
Desde mi habitación, puedo ver por la ventana como se queda afuera discutiendo con mamá. Ellos nunca han llevado una buena relación desde que tengo uso de razón y después de lo que sucedió, menos. Este señor, no ha tenido el valor para venir a verme desde aquel día. Sé que ha visto a Di y que le pone miles de pretextos para evadir mi situación. Es increíble que haya pasado año y medio y no haya tenido tiempo para mí. No lo culpo, probablemente se avergüenza de tener a una estúpida hija en recuperación.
Miro a mamá tocarse la frente y señalar la puerta, él, en cambio niega con la cabeza y entra a la casa.
—Maldita sea —susurro girando los ojos.
Me despego de la ventana y segundos después él ya está en mi habitación con ese ridículo ramo.
—Hija —. Soy experta en fingir, es evidente que él está haciendo. Ahora veo de quien lo heredé. Lo miro con los brazos cruzados, intenta acercarse pero mi cara de desagrado lo aleja— E-Estás muy delga...
—Son 43 kilos, debiste verme cuando pesaba 38... ah, claro, no tenías tiempo —mi gesto de indiferencia no cambia.
—Yo, siento tanto lo de Ei...
—¡NO TE ATREVAS A MENCIONARLO! ... por qué no me haces un favor y te vas. Eres experto en eso, ¿no? Lo hiciste hace 10 años, no fue difícil, hazlo de nuevo —. Señalo la puerta con mi mano.
—No tienes por qué ser tan dura con las personas que te queremos, Danger —. Papá finge tan bien...
—Quien me quería ya no está, así que no me importa si alguien se preocupa por mí o no. El papel de víctima me queda mejor a mí, así que ya, por favor... vete y déjame sola —. Me doy la vuelta y comienzo a recoger las cosas del suelo.
—Yo sé cuánto lo querías, pero el alcohol no es la solución —susurra.
—Llevo tres malditos meses sobria por si no lo sabías. Eres el menos indicado para hablarme sobre el alcohol. ¡Lárgate antes de que mis tres meses se vayan a la mierda! —susurro furiosa— No sabes absolutamente nada de mí, así que por favor no opines, no intentes ayudar, a menos que vengas aquí con un frasco de pastillas que puedan acabar conmigo —. Papá queda anonadado por cómo le he hablado.
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SOBRIA, DANGER...
Teen FictionMis manos tiemblan, el corazón comienza a latirme más rápido, su voz... El móvil cae de mis manos. En la pantalla ha dejado de correr la llamada y solo puede verse su nombre, quien diría que sería la última; quien diría que incluso estaría con él ha...