CAPÍTULO 20

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Recupero el aliento en los brazos de Lara. Escucho mis respiraciones hacerse más suaves pero eso no me hace soltarla aun; ella acaricia mi cabeza suavemente. El silencio reyna la habitación por largos minutos hasta que decido alejarme poco a poco y recuperar mi postura. Evado el contacto visual con ella agachando la mirada.

—Lo venciste, Danger —su voz suena serena.
—Vi sangrar mis manos…
Silencio de nuevo.
Levanto la  mirada hacia ella para notar su reacción, luce preocupada aunque intenta ocultarlo, es psicóloga tiene que hacerlo.
—¿Crees haber presentado alucinaciones antes, Danger? —su pregunta me hace sentir tan marginada.
—No sabría diferenciarlas si las he tenido, supongo —me mantengo seria de nuevo.
—Agendaré un cita con el psiquiatra, necesito que te valore nuevamente. Le pasaré el reporte y él sabrá que hacer —. No más psiquiatras por favor… no me queda más que asentir con la cabeza— Mañana asistirás al consultorio porque retomaremos las terapias individuales, ¿está bien?

Asiento nuevamente y después de unos minutos me dispongo a salir del consultorio no sin antes agradecerle a Lara con una sonrisa.
Lo primero que hago al salir de la clínica es encender un cigarrillo mientras me dirijo al parque para encontrarme con Nicolas. Al llegar, está sentado en uno de los columpios, me mira caminar hacia él, solo muevo la cabeza en señal de que nos iremos, sin decir nada se pone de pie y me sigue. En todo el camino permanecí en silencio con el cigarro encendido y de vez en cuando encendía y apagaba mi encendedor. Él, respetó mi silencio por todo ese tiempo hasta llegar a la azotea en donde por fin soltó algunas palabras.

—¿Quieres café? —pregunta a unos metros de mí.
Lo ignoro por completo mientras miro mi alrededor apoyada en la barda. Enciendo el siguiente cigarrillo y me lo fumo con la mente perdida en el vacío, muchos pensamientos desean entrar a mi cabeza pero no les doy paso del todo. Nicolas se mantiene lejos de mí, se aclara la garganta por un momento, pienso en no voltear pero lo hago al percatarme de que no volvió a hacerlo. Toca su garganta y noto que tragar su misma saliva le causa dolor, cierra los ojos y se toca su pecho masajeándolo. Volteo los ojos y arrojo la colilla al suelo.

—¿Ahora no puedo fumar libremente? —me dirijo hacia él con un tono molesto. Nick levanta la mirada y entre abre los ojos frunciendo el ceño.
—No te dije que no lo hagas —contesta desconcertado pero de forma tranquila.
—Tan solo mira cómo te pones —…
—Oye relájate, ¿qué sucede? —guarda la calma ante la situación y se pone de pie para acercarse a mí.
—Aléjate —susurro mientras extiendo mi brazo a un costado para que no se acerque. Toma mi mano en el aire y la aprieta para llevarme hacia él.
—Que un día difícil no te arruine —. Me aprieta a su costado, pero intento alejarme tratando de zafar mis brazos—No me importa Danger, hazme daño si quieres —susurra a mi oído.
Dejo de intentar alejarlo poco a poco hasta que cedo a su abrazo dejándome llevar por el momento. Acaricia mi cabello suavemente.
—Me hace tanta falta —susurro casi imperceptible. Creo que si lo escuchó porque me abraza aún más fuerte.
—Está bien, Dan…
—Nicolas, tengo miedo —susurro de nuevo en su oído.
—¿De qué Dan?
—De vivir…

Se escuchan únicamente nuestras respiraciones por un largo momento hasta que nos separamos. Me alejo rápidamente para que no me mire llorar, él entiende y se dispone a bajar mientras yo me acomodo en el suelo enrollando una cobija en mi cuerpo. Varios minutos después, aparece a mi vista con las tazas de café. Toma asiento alado mío, le comparto un poco de cobija.

—¿Qué sucedió ahí dentro?
—Destruirás aún más mi estómago con el café —digo antes de beber de mi taza— Lara me dijo que tengo algunos problemas gastrointestinales. Estoy bajando mi peso nuevamente.
Nicolas abre los ojos sorprendido.
—Danger —… su voz suena preocupada.
—Está bien, será la última —. Levanto la taza chocándola con la suya— Quiero olvidarme de hoy, será distinto de ahora en adelante.

Asiento con la cabeza y él hace lo mismo con una sonrisa de orgullo.
Me he escuchado repetir esta mentira en mi cabeza una infinidad de vez. Ya perdí la cuenta de las veces que he pensado que todo estará bien, que saldré adelante superando lo que sucedió pero, ¿cómo?... En ocasiones me siento capaz de mandar todo a la mierda y salir nuevamente a enfrentarme a la vida, siento que puedo vencer mis miedos… otras veces quiero irme a la mierda. Quiero dejarme caer de una vez por todas y no despertar jamás. Quiero, deseo que sea diferente, te lo prometí y esta vez voy a cumplirlo.
Me pongo de pie dejando a Nicolas ahí sentado en el suelo. Me acerco a la barda y saco una pluma y una hoja de mi bolsillo.


Gané esa maldita batalla…

Probablemente no la gané para siempre, la vencí momentáneamente pero es un paso hacia delante. Estoy confundía sobre qué hacer, guíame…
Cariño, júrame que tú no tenías ni idea de que ese idiota de mierda tenia sentimientos hacia mí, júramelo por lo que más quieras… al parecer jamás fue honesto con nosotros, no le importaba, no le importó que yo fuera tu chica… es un maldito traidor.
Vamos a estar bien amor. Vamos a salir de esto porque tú estás conmigo, ¿verdad?...
Le confesé a Lara lo que me sucedía. Parece ser que todo es “normal” en mi situación pero ella no puede determinarlo así que regresaré con el psiquiatra. Mi peso disminuyó ligeramente de nuevo, pero te juro que no ha sido mi intención, en serio no quisiera seguir bajando.
Esther está mejor, creo que le gusta un chico del grupo, un drogadicto. ¿Crees que sea bueno para ella? Tal vez… no quisiera juzgarlo sin saber su historia pero como de igual forma no me interesa pues no hay mucho que decir.
Me aislaron de nuevo de las terapias de grupo, tomaré terapia individual, prometo ser honesta para que estés orgullosa de mí. Comeré mejor, voy a intentar vivir lo que a ti te arrebataron…

Siempre te amaré…

SOBRIA, DANGER...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora