CAPÍTULO 23

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El mismo jardín verde. La inmensidad del terreno no permite que yo mire otra cosa más que pasto a lo largo de todos los lados. Toco mis piernas y noto que llevo puesto un vestido negro, mi cabello está suelto y hace juego con el color del vestido. Miro a todos lados en busca de alguien pero nadie aparece así que camino hacia adelante intentando encontrar algo diferente. A lo lejos miro una silueta femenina con un vestido blanco, mientras más me acerco voy notando con más detalle a esa mujer la cual es muy linda. Es de peso medio, cabello castaño hasta los hombros y está esperando a alguien... ¿a mi? Volteo hacia atrás pero no hay nadie así que la miro de nuevo y me llama con la mano. Camino hasta llegar a ella, es muy linda.

—Ambos estamos contentos —pronuncia con delicadeza examinando mi rostro.

Mi gesto de confusión es evidente, no sé de qué está hablando, ni siquiera sé quién es.

—¿Quiénes? —pregunto en mi mente pero como si ella lo escuchara, sonríe.

—Nosotros —su sonrisa brinda tranquilidad.

Intento preguntar algo más pero al escuchar un sonido detrás de mí volteo, nada aparece. Cuando regreso la mirada al frente ella ha desaparecido. El ambiente se hace distinto de manera repentina, quiero regresar y al girar me doy cuenta de que ya estoy en otro lugar, bajo la mirada y llevo ropa diferente. Miro hacia todos lados hasta que me encuentro con él. Mis ojos se inundan de lágrimas e intento correr a él justo cuando nota mi presencia y me mira sonriendo. El ambiente comienza a cambiar de nuevo, a mis costados hay otras personas; logro reconocerlo a él pero lo ignoro. Estoy a punto de llegar a tus brazos, amor. El sonido de un arma hace que me detenga en seco, miro al frente justo en el momento en el que la bala atraviesa tu cabeza y caes al suelo...

—¡NICOLAS!

Despierto de golpe sentándome en la cama, mi pecho sube y baja con desesperación. Ese grito abandona mi garganta fuertemente. Me tomo un segundo para voltear al lado de la cama en busca de Nicolas pero él no está. La sabana que le había ofrecido está sobre mí cubriéndome las piernas. Escucho ruido en el pasillo y antes de que entren a mi habitación miro la hora en el móvil, son las 3:30 de la madrugada. Ni siquiera había dormido mucho.

Didier entra rápidamente a mi habitación. Escucho a mamá y Susy subir las escaleras. Busco desesperadamente con la mirada a Nicolas por toda la habitación pero no está por ningún lado, incluso la puerta del baño está abierta, él no está aquí.

—¿Danger qué pasa contéstame? —. Miro a mi hermano a quien no escuchaba porque mi mente estaba tan confundida— ¿Qué pasa? ¿A quién le hablabas?

Ellas entran a mi habitación, mamá se mira un poco agitada por subir las escaleras corriendo. Se detienen alado de mi cama. Di se sienta en la orilla esperando mi respuesta.

—Voy por agua, está pálida —Susy me mira preocupada y después sale de la habitación.

—Dime algo —insiste Di.

—Fue —, recuerdo el sueño nuevamente— fue solo una pesadilla.

Susy llega con el vaso de agua del cual bebo lentamente. Mamá me ofrece unas pastillas, las reconozco estas me harán dormir. Las tomo con un poco de temor porque no quiero volver a tener ese tipo de pesadillas.

—Esta mañana iremos con el psiquiatra —mamá me mira con el ceño fruncido.

Un miedo interno se apodera de mí, con el psiquiatra no...

—¿Puedes tomarle la presión? —Di mira a Susy y ella asiente antes de salir de nuevo de la habitación.

Siento mis brazos temblar aun. Hace mucho que no me sentía tan temerosa por una pesadilla pero esto. Lo vi...

SOBRIA, DANGER...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora