CAPÍTULO 42

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Despedir a las personas que amamos nunca será un acto fácil de realizar. Tememos al "adiós" y por eso no lo utilizamos para una despedida casual o temporal; usualmente preferimos los términos "hasta luego" o "nos vemos pronto" porque decir adiós puede marcar el fin definitivo. De una u otra manera nunca estamos listos para despedirnos de nuestros seres amados, mucho menos encontramos las palabras correctas, ni las frases suficientes, porque queremos que la palabra "adiós" se estire hasta hacerse infinita como el amor que sentimos hacia quien nos despedimos.


Diego:

Tantas veces di vueltas alrededor de mi habitación pensando en cómo iba a comenzar una despedida a quien me dio la bienvenida al amor. Tantas veces comencé esta nostálgica carta con cosas típicas como "perdóname" "Amor mío" "Debo decirte adiós..." pero la verdad es que ningún título calza el número infinito de nuestro amor. No quiero dedicarte palabras ya escritas por poetas muertos, ni colocar letras de nuestras canciones favoritas porque seguro ya han sido dedicadas miles de veces. No tengo idea de cómo despedirme de este amor que solo tú y yo sabemos cómo es que funcionó.

Esta tarde te vi merodeando en mi habitación mientras tarareabas una de esas canciones que dices que te recuerdan a mí, entonces una ola de arrepentimiento me revolcó pensando que esa canción la tararearías de nuevo pero con nostalgia infinita porque tendrás que extrañarme eternamente. También te vi echarme una que otra mirada mientras yo te decía que escribía una solicitud para otra escuela, cuando en realidad escribía la carta de Eli. Quisiera haber tenido el valor de dejar la laptop abierta cuando bajé al baño para que así tú leyeras aquella carta, pero no me atreví a hacerte cargar con esa responsabilidad.

Sé que esta es una carta a la que regresarás una y otra vez cada que te sientes solo así que debo decirte un par de cosas que no quiero que olvides jamás y que te hagan extrañarme menos:

¿Cómo estuvo tu día hoy?

Dile a tu hermanito que haga la tarea.

No fumes mucho que los pulmones no son eternos.

Tus audífonos están en la bolsa pequeña de tu mochila.

Te prometo que tu madre está orgullosa de ti.

Descuida, mañana será un mejor día...

Te amo.

No sé qué es lo que me espera de ahora en adelante, y en realidad siento mucho no poder contarte si llegó un tren por mí, si aparecí mágicamente entre las nubes o en un jardín lleno de flores. No importa dónde es que mi alma viaje ahora, porque siempre podrás encontrarme en tu pecho y en tu mente, de ahí te prometo que no me moveré hasta que estés listo para dejarme ir.

Dentro de mi segundo cajón dejé unas cuantas cartas más, te pido por favor que las entregues a quienes corresponden y si alguien pregunta si no hay una para él o ella diles que no me alcanzaría la vida para agradecerles. Ya habrás visto que le escribí también a mis mejores amigas, sin embargo te ruego que les digas a las chicas que esta no es culpa de nadie, es una decisión en la que pensé por mucho tiempo. Dile a Eli que se acabe sus almuerzos, que rompa todos los corazones posibles, pero que sobre todo no deje de ser la chica tan increíble que siempre ha sido. A Danger dale las gracias por confiar en mí, por contarme sus pesares y ser honesta justo en el momento que la necesitaba. Por último, no dejes que se agarren a golpes nunca, porque Danger hará pedazos a Eli.

La sala de un par de risas al escuchar lo último.

Es muy predecible decir "esto no es un adiós, es un hasta pronto" así que lo intercambio por: estaré aquí cuando la vida decida que sea momento de que descanses. No importa cuántos años pasen, tú tomate tú tiempo que siempre esperaré. Tampoco quiero que te prohíbas amar y ser amado, al contrario, quiero que encuentres a una chica que te enseñe todo lo que yo no pude enseñarte; alguien con quien compartas tus sueños, tus metas, tus logros, con quien formes una familia, un hogar. Espero que cuando estas puertas se abran y te mire entrar por allí, me encuentre con un hombre que dio todo en la vida, un hombre que me cuente las travesuras que sus hijos y nietos hicieron, así como la bella esposa que lo acompañó hasta el último suspiro.

SOBRIA, DANGER...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora