Esta mañana desperté con ansias de no hacerlo más; desperté con un sabor de boca amargo y no por el alcohol, sino, porque sabía que asistir a terapia no sería lo mismo. Intenté convencer a mamá para no ir, le dije que me sentía con temperatura pero ella no me creyó así que no dejó que yo faltara. Dice que si dejo que esto me afecte será aun peor para el recuerdo de Esther.
Bajo del auto de mamá sin siquiera despedirme aunque ella me dice que pasará a por mí cuando la sesión termine. Tomo aire antes de entrar a la sala en donde me encuentro con Eli; luce bastante mal, lleva el cabello en un moño bastante desordenado, las ojeras le resaltan en el rostro y de esa manera puedo observar que en realidad si está bastante delgada ya. Los demás permanecen en silencio con la mirada agachada, Diego no se molestó en venir... lo comprendo. Unos minutos transcurren hasta que Lara entra a la sala y repasa la mirada por todos nosotros como si sintiera pena por cada uno. Como la mayoría, detiene la vista en aquella silla vacía que dejó nuestra amiga; sus ojos demuestran tristeza y desilusión.
La sesión comienza dando unas palabras en nombre de Esther para recordar el increíble ser que era; después nos pregunta a cada uno cómo nos sentimos, que de hecho ni Eli ni yo contestamos y creo que eso la incómoda. Se da por vencida, sabe que no le contestaremos aunque seguramente al terminar nos hablará a cada una por aparte. Todo transcurre con "naturalidad", nos pide que digamos algo sobre nuestros avances, nuestro diagnóstico, nuestras metas, toda esa sarta de estupideces.
Jorge y Damián hablan sobre ellos como si no hubiese ocurrido nada. Todo va bien hasta que llega el turno de Eli.
—Gracias Jorge, ahora es el turno de Eli. ¿Quieres contarnos sobre tu progreso? —Lara mira a Eli intentando encontrarse con su mirada.
Yo mantengo la mirada fija en mis tenis, pero puedo sentir que el aura de Eli es pesado así que temo por lo que dirá.
—Mi progreso —... menciona antes de dar un largo suspiro— hace un tiempo que mi vida se convirtió en una mierda gracias a que el idiota de mi padre mantenía negocios ilegales con unos tipos que tiempo después me secuestraron —habla con tanta rabia que es fácil descifrarlo por su mirada—. Estuve semanas en esa puta habitación donde me daban de comer cosas asquerosas, abusaron de mí tantas veces que ni siquiera puedo mirarme desnuda frente a un puto espejo. Me convertí en anoréxica para calcinar todas aquellas manos que me tocaron —... eleva la voz y Lara intenta calmarla— Después entré a este circo de fenómenos para que tú me ayudaras —señala con el dedo a Lara—. Me obligaron a que haga amistades y cuando al fin lo logré... me arrebatan una de ellas y sé que las posibilidades de que ella —me señala— lo haga son aún más grandes...
—Eli por favor...
—Y me preguntas cúal es mi pinche progreso ¿Lara? Mi puto progreso es que mi amiga terminó enterrada metros bajo tierra cuando se supone que vino aquí a sanar. No esperes que tenga un puto progreso cuando una de tus pacientes termina suicidándose en tus narices. Que nos engañara a nosotras es creíble, ¿pero a ti? ¿Qué clase de psicóloga eres Lara? Porque si voy a seguir pagando para terminar suicidándome como ella, entonces mejor lo hago pudriéndome en ese dinero.
Toda la sala se mantiene en un silencio estremecedor. Lara no menciona ni una sola palabra y tal vez sea lo mejor. Eli mantiene los ojos llenos de lágrimas en el rostro de la psicóloga hasta que se cansa y después toma su mochila para salir de ahí. Voy detrás de ella para asegurarme de que no cometerá una estupidez. Ni siquiera llega a la puerta de salida cuando cae al suelo para soltar su llanto, me agacho a un lado de ella para tomarla entre mis brazos y que sienta la confianza de desahogarse. Miro hacia el otro lado del pasillo donde me encuentro con Lara acercándose a nosotras, le hago una seña con la mano para que aguarde un momento.
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SOBRIA, DANGER...
Teen FictionMis manos tiemblan, el corazón comienza a latirme más rápido, su voz... El móvil cae de mis manos. En la pantalla ha dejado de correr la llamada y solo puede verse su nombre, quien diría que sería la última; quien diría que incluso estaría con él ha...