Capitulo 39

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— ¿Estás segura amor? — preguntó la madre, por decimosexta vez en el día.

— Si, tengo que vivir mi vida sin esperar a nadie, como lo hice siempre... — Dahyun sonrió, tratando de grabarse sus palabras.

— Recuerda que sea como sea, Chaeyoung y Tzuyu estarán para ti, no te olvides de ellas por estar mal con Momo. — agregó el papá.

— Ellas no tienen nada que ver, esto pasará y podré enamorarme, tal vez, de alguien más. No quiero pensar en eso ahora, solo me enfocaré en mi último año de secundaria.

— Me alegra la decisión que tomaste, porque lo pensaste y estás segura ¿Verdad? — volvió a preguntar la mamá.

Dahyun y su papá rieron.

— Estoy segura mamá, tranquila — sonrió y tomó la mano de ambos padres.

— Tienes que cuidarte mucho, en especial de Mark, por favor Dahyunie — dijo el padre, y luego se acercó para dejar un tierno beso en la nuca de su pequeña hija.

— Lo prometo, y prometanme que ustedes también se cuidarán mucho muchísimo ¿Si? — dijo dulcemente, y con una sonrisa. Los padres asintieron y seguidamente se abrazaron los tres.

(...)

— Si, segura que dijeron eso... — dijo Tzuyu.

— Pero ¿Así como así? — Chaeyoung aún no lo asimilaba.

— Hablarán con nosotras cuando hayan llegado.

— Bueno, tendré que quedarme hasta que lleguen — agregó Jihyo, y sorbió su café con crema.

— ¿Y si llamas a Dahyun? Ella debe saber... — insistió Chaeyoung.

— Chaeyoung... — la miró.

— Bueno, ya. Esperaré que lleguen. — se rindió.

— ¿Cuántos días estarán por aquí? — Juls  entró en la sala.

— Es que no sabemos nada, ni siquiera por qué vienen... — insistió Tzuyu.

— Como sea, siempre serán bien recibidas aquí ¿Verdad?

Chaeyoung y Tzuyu asintieron.

— Ahora seremos más, al menos por unos días — Dijo Jihyo, con una sonrisa.

(...)

— Lo bueno es que ahora podré tocar mi hermoso piano, lo extrañé. — Dahyun tocó una tecla de su preciado instrumento, recordando cuando era su única compañía.
Obviamente había estado tocando algunas melodías en los días que estuvo en su casa. Sus papás le pedían que tocara para ellos, en especial su mamá, y Dahyun lo hacía con gusto.

— Canta algo para mí — pidió la mamá, sentándose al lado de su hija.

— Está bien...

(...)

— La extraño mucho — dijo Momo, con una expresión triste, mientras se aferraba a un gran peluche.

— Pero si yo estoy aquí — contestó Sana.

Estaban las dos sentadas en la cama de Sana. Momo había ido con su amiga en la madrugada, porque no podía dormir.

Momo sonrió — A tí no, tonta — codeó a la rubia.

— Lo sé, te perseguiré hasta el fin de tus días... — le devolvió la sonrisa.

— Yo igual. — se abrazó fuerte a la cintura de Sana.

Half A Heart ☄ (Dahmo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora