Half A Heart ☄ (Dahmo)

Capítulo 52

— Irene te besó... Y tú ¿La dejaste hacerlo? — pareciera que esa sonrisa que Momo tenía hace algunos segundos; nunca existió.

— Yo no sabía que era ella. — trataba de hablar calmada, pero podía oír su voz temblorosa.

— Te besó sin siquiera pedirte permiso. ¿Eso hizo?

Dahyun no respondió.
Hubo un momento de silencio entre ellas, donde sólo se podía oír la música de fondo, un par de voces al micrófono... Si, los padres de Dahyun.

— Al menos ellos se están divirtiendo. — dijo la rubia. Mejor dicho, pensó en voz alta.

— No planeaba que fuera así. Yo planeaba... — decidió callarse.

— ¿Qué planeabas, Momo?

— Nada. — volteó su vista al lago.

Si, claro, si "Nada" significaba que estuvo nerviosa todo el día, intentando encontrar la manera de no arruinar su pedido para que sean novias. Sabía que iba a temblar, sabía que iba a sudar, tal vez lloraría antes de terminar la frase  "¿Quieres ser mi..." Mil ideas de arruinar todo se le pasaron por la cabeza, pero no imaginó que fuera Irene una de esas razones.

— Estás mintiendo... — sabía cuando Momo mentía. Siempre esquivaba su mirada, y escondía sus manos entre su ropa, justo como en ese momento.

— Tú también mientes, Dahyunie. Sabías que era Irene.

— ¿Qué? No, yo, no lo sabía...

— Cuando bajaste del auto, lo sabías, pero decidiste decírmelo ahora.

— Te lo dije, te lo conté... No pude entender lo que estaba pasando ¡Nunca me pasó! — moviendo sus manos en el aire.

— Mírame — se arrodilló, acercándose más a Dahyun.

— ¿Qué? — parpadeó un par de veces, antes de mirarla.

— ¿Te gustó?

— ¿De qué hablas?

— El beso.

— No. ¿Tú también me preguntas eso?

— ¿También? — alzó las cejas.

— Ella me lo preguntó.

— ¿Qué le respondiste?

— Que no. — miró sus manos, temblaban entre sus piernas.

— Mientes, no tienes que hacerlo.

— No quiero hacerlo.

— Entonces ¿Por qué lo haces?

— Mis ojos estaban vendados, no sabía quién era ¿Cómo puedo sentir algo?

— Tenemos más de un sentido.

— ¿Acaso quieres que te diga que si me gustó?

— Sólo lo que le respondíste.

— Le respondí que no sé lo que sentí ¡No-lo-sé!

Momo se alejó. Volvió a sentarse en su lugar.

— No puedo creer que ella hizo en un día, lo que yo traté en años.

— Momo... — esta vez, Dahyun se acercó, arrodillándose frente a ella, quedando a la misma altura.

— Planeé esto todo el día...

— Jamás podría sentir ¡Por nadie! Lo que yo siento por tí... Por nadie. — la miraba fijamente, aunque Momo tenía la cabeza gacha.

— ¿Puedo estar sola un momento? Necesito pensar.