Half A Heart ☄ (Dahmo)

Capitulo 46

— Señoritas ¿Alguien debería estar siguiendonos? — preguntó el chofer.

Se miraron, y miraron confundidas al hombre — ¿Eh? — respondieron al unísono.

— Así es, he estado dando vueltas para verificar, y ese taxi aún sigue tras nosotros... — apuntó la parte trasera del vehículo, indicando a las chicas que observaran.

— Oh por Dios — soltó Momo.

Habían estado tan felices y distraídas, que no notaron nada de lo que estaba pasando.

— Debimos prestar más atención... — se quejó la rubia.

— ¿Crees que puedas perderlo? — preguntó Momo al chofer.

— Solo denme cinco minutos...

— ¿Por qué alguien estaría siguiendonos? — Preguntó Momo. Fue más una pregunta para ella misma.

— Creo que quizá sea sólo un error. — Dahyun miraba para atrás de vez en cuando, sólo para verificar si el auto seguía tras ellas. Sujetó la mano de Momo.

— ¿Puedes dejarnos en la casa de mi hermana? — Preguntó la pelinegra, al chofer.

— ¿Segura? — Momo asintió — Enseguida...

En unos minutos, estuvieron frente a una de las casas de Hana. El chofer bajó primero, y pudo ver como el taxi estacionaba unos metros más atrás.

— Entren, rápido... — el hombre las escoltó velozmente hasta la entrada del lugar, y ahí estaba esperando la mayor de las hermanas Hirai.

— Gracias — dijeron ambas chicas, y enteraron, sin siquiera saludar a Hana, por los nervios.

La rubia mayor agradeció rápidamente al hombre, miró en la dirección donde el taxi estaba estacionado, sin siquiera disimular, y entró a la casa. Momo y Dahyun ya habían entrado.

— ¿Por qué tanto revuelo? — Dijo Hana, cerrando la gran puerta.

— Hola Hana, tanto tiempo hermanita... — irónica.

— ¡Pequeña Dahyunie! — Por el contrario, Hana sonó alegre.

Dahyun sonrió — Hana — Se acercó tímida, pero la chica solo la tomó por los codos, y la abrazó con confianza. — Ha pasado tanto tiempo... — atinó a decir, en el apretado abrazo, de la no tan grande Hana.

Se separó un poco para tener una vista clara — Al menos podemos decir eso. No sabes cuánto me alegra volver a verte — volvió a abrazarla, pero está vez solo un instante.

— Nadie está más feliz que yo — dijo Momo, más bien, gruñó.

— Lo sabemos Momoring — se acercó a sacudir cariñosamente salvaje el cabello de su hermana.

Momo la miró de mala manera. — Sé que este debería ser un momento de anécdotas y bla bla bla, pero, les recuerdo que había alguien siguiéndonos todo el camino, hace solo unos minutos.

— ¿Cómo es eso? ¿No pudieron ver de quién se trataba? — Preguntó, consternada.

— Ah, claro, me bajaré del auto y le preguntaré ¿Por qué es que nos estás siguiendo como un loco psicópata? Estamos acostumbradas a esto, o al menos deberíamos. — se cruzó de brazos, frustrada.

— ¿Por qué deberían estar acostumbradas? — Preguntó Dahyun.

— Nuestros padres adoptivos son gente muy importante aquí en Japón, la gente importante y con dinero, siempre tiene a otra gente que los odian, envidian, quieren sus posiciones — dijo Hana.