Half A Heart ☄ (Dahmo)

Capítulo 56

  ¿Te has sentido tan bien con una persona? Tan a gusto, que podrías estar hablando horas, haciendo cualquier cosa, y nunca te aburres, nunca te cansas.

  La noche en la playa había terminado cuando la marea comenzó a tocar los pies de las chicas. Mañana sería otro día, así que podrían ir a descansar ahora.

  Como era de costumbre en esas fechas, pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer mientras se preparaban para dormir. Y no pudo ser mejor momento, porque ambas estaban demasiado cansadas.
Sólo se acomodaron, lo más juntas que pudieron, se abrazaron, entrelazaron sus piernas, y se quedaron dormidas, al hermoso ruido de la lluvia caer, el viento golpeaba contra los árboles que rodeaban la cabaña. Y esa fue su primer noche de novias. Perfecta. Como debería de haber sido esa noche de año nuevo.

(...)

— Extraño molestar a Momo — dijo Sana, con un puchero, mientras jugaba con el cuchillo que usó Mina para las verduras.

— Yo me siento bien de no escuchar sus peleas de bebés todo el día...

— Pues entonces vete a vivir con Chaeyoung... — le sacó la lengua.

— Estamos trabajando en eso. — sonrió.

— ¿En serio? — le devolvió la sonrisa; pero pronto se desvaneció.

— Si, pero ¿Por qué esa cara?

— Quisiera poder decir que Tzuyu y yo estamos trabajando en nuestra relación, pero, últimamente ya ni siquiera nos besamos. — soltó el cuchillo y apoyó sus codos sobre el mostrador.

— ¿Y eso?

— Siento que es por la chica de su escuela, Elkie... Aunque según Chae, no son más que amigas.

— ¿Es la chica con la que sale siempre? ¿Por la que siempre nos cancela las pijamadas? — se sentó al lado de su amiga.

— Esa misma... — asintió, triste. — Pero está bien, al menos la vemos mejor, hasta incluso con menos miedo.

— En verdad te gusta Tzuyu ¿Eh? — Intentó mirarla a los ojos.

— Nunca me había sentido así con alguien...

— No creí que alguien se atrevería a perder una oportunidad con Minatozaki Sana — tomó su mano.

— Tzuyu no es como los demás... Espero que sea lo que sea, al menos la hagan feliz.

— Todo saldrá bien hermanita, ya verás.

(...)

— ¿Cuánto por comprárselo?

— No está a la venta.

— Le doy lo que sea, lo que me pida.

— ¿Por qué querría esta cabaña toda putrefacta? Apuesto a que no le queda ni medio año de resistencia.

— No es la cabaña lo que quiero, sino que la locación, se me es muy importante.

— ¿A 3 horas de la ciudad? Lo más cerca de este lugar es la playa, y eso está a una hora.

— Me gusta la soledad, además, sirve para un buen descanso. — dijo el hombre, observando como los árboles cubrían todo al rededor.

— Contácteme en una semana ¿Le parece? Tengo que hablarlo con mi familia.

— En cuanto sea antes del término de clases, está bien. Tengo que decorarla para mí huésped.

— Oh, pero todavía no le he confirmado nada, no arme tantos planes.