Capítulo 63

563 49 59
                                    

   Era el día de volver a casa, y aunque la mayoría no quería irse, el autobús ya había llegado a esperar la hora. Lo curioso fue el auto que estacionó detrás, era igual al de Momo, pensó Chaeyoung que observaba todo mientras tomaba su malteada de desayuno.

— Hey Dubu — llamó a la chica que estaba a su lado.

Dahyun alzó la vista de su libro y miró a Chae.

— ¿No se parece al auto de Momo? — señaló con un movimiento de cabeza al lugar.

La rubia fruncio el ceño. — No se parece, ES su auto.

— Son las chicas. — Entre abrió su boca. — ¿Siguieron el autobús? — trataba de contener una risa.

— Vamos.
Se levantó y tomó de la mano a la pelinegra, que hizo como pudo para llevar su malteada con ella.

La primera en bajar del auto fue Sana.

— La tierra es el lugar más hermoso del mundo. — se quejaba, abrazándose al árbol en la acera. — No quiero volver a dejarte, me siento a salvo aquí abajo.

Momo bajó y miró a su amiga con cara de confusión. Le restó importancia y volteó para ver a las chicas llegando con una expresión divertida por las exclamaciones de Sana.

— ¡DAHYUUUUN! — Gritó, casi parecía llorar.

La menor extendió sus brazos con una sonrisa y Momo llegó para abrazarla muy fuerte, levantándola del suelo.

— Momoo — soltó entre risas, nerviosa por estar lejos del suelo y que a la pelinegra se le resbalara de la mano.

— Te extrañé mucho — la miró con ojos brillantes y un puchero.

— Tambien te extrañé — la tomó de las mejillas. — Mucho mucho — acercó sus rostros y besó su nariz.

Momo apretó la cintura de la rubia entre sus brazos, sujetándola con fuerza. — ¿Si? — Dahyun asintió repetidamente. — Por favor no vuelvas a irte y dejarme sin tí. — y Dahyun negó repetidamente.

— No quiero hacerlo — infló sus mejillas.

La pelinegra sonrió y le pidió un beso, asomando sus labios; Dahyun no dudó un segundo y se dirigió inmediatamente a ellos, tomándolos con brusquedad, aunque el siguiente movimiento sería lento y tierno. La sensación de haberse necesitado toda la semana recorría desde la piel de sus labios hasta el interior de sus cuerpos, sus pechos, pasaba por todos lados, hasta brazos y piernas, sobre todo en sus corazones, una sensación inexplicable. Para los demás podría parecer una simple y corta semana, pero ellas ya no querían separarse, no querían extrañarse y no querían dejar de besarse, no y no. El roce de los pequeños y suaves pulgares de Dahyun, contra las mejillas tibias de Momo, los dedos de ésta última presionandose delicadamente en la espalda de la rubia. Si no fuera porque Sana las interrumpió preguntando por Tzuyu, y Chaeyoung por Mina, habrían olvidado que estaban paradas justo detrás del autobús escolar donde estaban por asomarse las profesoras.
Momo suspiró, sonrió sobre los labios de Dahyun, y ésta la imitó, luego desprendió sus piernas de las caderas de su novia y buscó el suelo.

— ¿Mina? — y la pelinegra mayor señaló el auto.

— ¿Por qué no me avisaste? — entrecerró los ojos.
Momo simplemente no le hizo caso, estaba perdida mirando los sonrientes ojos de su novia.

— ¡Hey! — Sana aplaudió en sus oídos.

Momo la miró con mala gana, Dahyun seguía sonriendo.

— ¿Y Tzuyu?

La sonrisa de la rubia se borró.

— Tzu... — mordió su labio.

Half A Heart ☄ (Dahmo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora