Capítulo 67

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   Vivir en un departamento tiene sus desventajas, como la de no poder escuchar a las pequeñas y diversas aves cantar, o la desventaja de escuchar constantes ruidos de motores a primera luz del día, incluidos los humos tóxicos que llegaban hasta las olvidadas ventanas abiertas. Momo estaba segura de que eso no les seguiría pasando cuando regresaran a Japón. Compraría una encantadora y hogareña casa para las dos, oh, perdón, para los tres, porque obviamente se llevarían a el pequeño Brownie con ellas. Escucharían a las aves cantar sobre los árboles que rodearan la casa, probablemente escucharían el sonido de las olas chocar entre sí, tambien sentirían el aroma llegar hasta sus ventanas en las mañanas. Serían la familia más feliz, sería lo feliz que no logró ser con su familia en la infancia. Ya lo era.

— Como siempre, es un placer que tú seas lo primero que veo al abrir mis perezosos ojos en la mañana. — Dijo Momo, en un hilo de voz, mientras acariciaba el cabello despeinado de Dahyun.

La rubia se movió un poco en la cama, aún estaba dormida. Momo se quedó viéndola por algunos minutos, o tal vez horas. Nunca se cansaba.
Su piel se ve tan suave, es tan suave; creo que así se sentiría dormir en una esponjosa nube, su rostro es tan precioso.
Sin darse cuenta, perdida en Dahyun, Momo llevó su mano por todo el brazo de ésta, acariciándola delicadamente, como cuando acaricias algo que amas pero sientes que es tan delicado y frágil que temes dañarlo. Su mano fue desde el cabello de Dahyun, siguiendo lentamente hasta su hombro, bajando por todo su brazo, apenas rozándole la piel, pero lo suficientemente para sentirla, terminando en sus pequeña mano, jugó con sus dedos, entrelazándose con los de ella. Unió sus manos y llevó su mirada al tranquilo y dormido rostro de Dahyun, quien aún tenía los labios ligeramente separados; Momo sonrió inconscientemente.
Ese momento tan tranquilo, tan alejado de todo lo terrenal, tuvo que terminar por los ladridos interminables de el pequeño Brownie. La pelinegra lo miró con ojos entrecerrados y luego se levantó muy despacio, no sin antes depositar un beso en la frente de su novia. Los intentos para que Dahyun no se despertara fueron en vano, ya que ni bien Momo se bajó de la cama piso lo que antes era comida de perro, gritó (sin querer) muy fuerte, asustando a Brownie y también a Dahyun.

— ¿Estás bien? — Se sentó rápido en la cama.

— Estaría mejor si no tuviera diez kilos de ¡Popó de perro en mis pies! — le gritó a Brownie.

Dahyun se llevó las manos al pecho, aliviada, y sonrió.

— Sólo es eso.

— ¿Qué más podría ser? — la miró.

— Ve a limpiarte esos preciosos y benditos pies. — dijo, estirándose en su lugar. — Ah~ — suspiró aliviada. — ¿No es genial estirarse?

— Estupendo — dijo Momo a regañadientes, mientras caminaba al baño de una manera muy extraña.

Dahyun contuvo una carcajada y Momo la fulminó con la mirada antes de entrar al baño. Dahyun le lanzó un beso.

Se levantó de la cama y limpió todo lo que Brownie hizo en tres lugares diferentes. Jugó con el por unos minutos y luego pidió servicio a la habitación. Momo aún no salía del baño, pero era porque estaba duchándose, podía escuchar el ruido del agua cayendo. La rubia lavó su rostro y cepillo sus dientes en la cocina y salió al balcón con Brownie.

— La vista es hermosa desde aquí ¿No? — acariciaba la barbilla del cachorro sentado a su lado. Éste sacudió su cola entusiasmado.

— Salí de bañarme — Momo llegó a su lado, secando su cabello.

— Enseguida regreso. — se levantó para irse pero antes de desaparecer tras la pared, volteó — Atiende el servicio a la habitación.

Momo sonrió y asintió. El empleado llegó dos minutos después con todo un desayuno; Momo preparó una pequeña manta en el suelo del balcón y acomodó todo muy bonito. Dahyun salió de bañarse cuando su novia jugaba con el perrito.

Half A Heart ☄ (Dahmo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora