Capítulo 18

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-¿Les dijiste?-  Mark llevaba a Tzuyu a casa, en su auto.

- Si - habló en un susurro la pelinegra.

- ¿Tal y como te dije? - Mirándola un momento, y volviendo su vista al camino.

- Si.- miraba por la ventana.

- Si no nos vuelven a molestar, no les haré daño. Pero si siguen así, la maldita perra de Nayeon y tus dos amiguitas, terminarán mal.- Apretando con fuerza el volante.

*

Quedaban dos semanas de clase, y en esas semanas que habían pasado, solo una vez pudieron hablar con Tzuyu, pero ella solo les dijo que se alejen.
Por otra parte, Dahyun había tenido una breve conversación con Jeongyeon, acerca de si había usado el cuaderno que le regaló, y lo bonita que era su letra. Lastimosamente no estaba escribiendo en el cuaderno que ella le dió, así que no pudo saber si era ella la de la carta a Nayeon. Y con respecto a esta última, no le había vuelto a hablar, solo se dedicaban miradas en los pasillos, a veces la veía molestando a algunos chicos, pero parecía estar bromeando.
Chaeyoung estaba realmente enojada con ella, por no poner toda su atención en el problema con Tzuyu, y desperdiciar tiempo en la sala de artes múltiples.

- Estoy haciendo lo que puedo, Chaeyoung- Estaban en el cuarto de Dahyun. La pequeña pelinegra llevaba una hora reprochandole que no estaba haciendo lo suficiente para ayudar a Tzuyu.

- ¡No estás haciéndolo bien, tienes que tratar mas. No puedo hacerlo todo sola.!-  Estaba muy enojada.

- ¡Tú sabes que no puedo. Sabes que me cuesta esto! Dame tiempo.- Dahyun comenzaba a frustrarse. No era su culpa ser tan inservible cuando se trataba de socializar. No había podido acercarse lo suficiente a Jeongyeon. Habían hablado de que sea ella quien se acerque a Tzuyu, para que su madre la deje salir, pero Dahyun no sabía cómo.

- ¡Deja tus malditos traumas a un lado!- Gritó. Dahyun se quedó helada, pero luego de un instante respondió.

- ¡Maldición Chaeyoung, hazlo tú! - se dió la vuelta, encerrándose en el baño.

- ¡Lo intenté!...- gritando- Lo intenté.- bajó el tono de voz y fue deslizándose por la pared, cayendo al suelo y tapándose el rostro. Estaba llorando.
Dahyun salió del baño y al ver la escena, fue rápidamente a consolar a su amiga, olvidando velozmente su enojo.

-Sé que duele mucho, lo sé. Haré todo para que Tzuyu salga de esto.- levantando el mentón de su amiga y limpiando las lágrimas que caían suavemente por sus mejillas.

- Te creo, perdóname.- la abrazó y duraron así unos segundos. Dahyun estaba pensando en algo...

- Chae, levántate.- Separándose del abrazo y levantando a su amiga que ahora estaba confundida.

- ¿Qué sucede? - sobandose la nariz.

- Iremos a hablar con la mamá de Tzuyu, si esa mujer quiere a su hija, nos atenderá.- parecía muy decidida pero Chaeyoung dudaba mucho que esa mujer quisiera escucharla.

- No creo que eso funcione, pero toda idea es una esperanza- asintiendo. La rubia revoloteó el largo y lacio cabello de su amiga.

- Hagamos la tarea de arte ahora. Mañana podremos ir a su casa.- Debían hacer un collage con fotos de algo que les guste mucho, así que Chaeyoung había traído las fotos que sacó con su cámara Polaroid que le regaló Tzuyu al cumplir 14 años. La mayoría de las fotos eran de Tzuyu sonriendo a la cámara, de frutillas, de temperas, de Tzuyu posando, Tzuyu y Chae sonriendo, y Dahyun y Tzuyu mirando a la cámara, mientras tomaban un batido (de frutillas.) Pero había una que le llamó la atención a la rubia, una del día que Chae fue a su casa luego del cine. Dahyun estaba tocando el piano, y sobre el, estaba el cuaderno que le dió a Jeongyeon, estaba abierto. La chica tomó la foto y la observó, Chae la miraba extrañada, mientras la otra se levantó y fue en busca de la carta de Nayeon.

Half A Heart ☄ (Dahmo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora