93. Algo maravilloso.

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Darius se quedó abrazando a Dafne un buen rato y cuando escuchó las campanas del reloj dando la una se separó de ella al darse cuenta de lo tarde que era y le dijo.

_ Será mejor que te vayas, ya es muy tarde.

Dafne se sintió un poco triste de tener que irse y le dijo.

_ Está bien, te veré mañana.

Darius se asomó a la puerta para asegurarse de que no hubiera nadie en el pasillo, él le dio un beso en la frente a Dafne y le dijo.

_ Hasta mañana, que duermas bien.

Dafne salió de la habitación de Darius y se fue a la suya, cuando llegó a su habitación ella bebió un poco de agua ya que aun sentía la cara caliente por haber estado tan cerca de Darius hacía solo unos minutos y se metió en la cama, esa noche ella no pudo dormir ya que cada vez que recordaba el beso que le había dado Darius su corazón latía con fuerza y sentía que le faltaba el aire.

A la mañana siguiente Dafne se levantó cansada, ya que solo había logrado dormir unas cuantas horas, Rose había ido a ayudarla a vestirse Ella se levantó rápidamente y bajó al comedor ya que sería el último día en el que iba a desayunar con Darius ya que ese día regresaba a su casa.

Cuando Dafne bajó Darius ya estaba en el comedor, ese día a Dafne le pareció que él se veía increíblemente guapo, él llevaba una camisa blanca y unos pantalones color marrón, ella se acercó a él y le dijo.

_ Buenos días.

Él le sonrió y Dafne sintió que todo su mundo se detuvo en ese momento y al recordar que solo unas horas atrás su boca se había unido con la de ella se sintió un poco avergonzada y le dijo.

_ Buenos días Darius.

Ellos se quedaron viendo con anhelo y en eso llegó el duque y les dijo.

_ Buenos días.

Darius al ver al duque se puso muy nervioso ya que él había roto las condiciones que la duquesa le había puesto para darle su permiso para cortejar a Dafne.

El duque al ver a Darius tan nervioso le dijo.

_ ¿Te pasa algo, pareces un poco nervioso?

_ Hum... No, estoy bien.

_ Bueno entonces siéntense.

Dafne al no ver a Olivia le preguntó a Leonard.

_ ¿ Olivia no bajará a desayunar?

_ No, ella aun seguía dormida así que no quise despertarla.

Dafne se sentó y dijo.

_ Iré después a verle.

_ Eso me parece bien, yo tengo que ir al palacio así que lo más seguro es que no regrese hasta la noche, cuida de ella mientras no estoy.

Le dijo Leonard.

_ Si, por supuesto.

_ Darius tú también vendrás conmigo necesito que vayas al cuartel a trabajar.

_ Si mi lord.

Después de desayunar Darius se despidió de Dafne y se fue junto al duque, Dafne estaba un poco triste ya que no iba a poder ver a Darius cada día como lo había estado haciendo, ella se fue a jugar un rato con Vándalo quien ya había crecido he intimidaba bastante a las personas que lo veían, sin embargo a Dafne le parecía que el era hermoso con su bello pelaje blanco como la nieve y con sus ojos azules como el cielo.

A ella le encantaba jugar con él cada vez que tenía tiempo y muchas veces incluso dormía con ella en la misma cama, las sirvientas solían regañarla todo el tiempo por hacer eso ya que temían que el fuera atacarla mientras dormía, sin embargo ella sabía que Vándalo nunca haría eso así que cuando las sirvientas no veían ella lo metía a su cuarto a escondidas.

La mayor parte del tiempo Vándalo se la pasaba echado a los pies de Olivia, cuidando de ella ya que al fin y al cabo ella era su dueña.

Olivia solía acariciar su cabeza y cuando él se subía al sofá ya que debido a su embarazo ella ya no podía agacharse.

En ocasiones Vándalo desaparecía un rato y después volvía, a Dafne le daba mucha curiosidad saber a dónde se dirigía y un dia cuando preguntó Olivia le dijo que Vándalo solía ir a cazar al bosque de vez en cuando, aunque él solo lo hacía por diversión ya que en la mansión siempre se le alimentaba muy bien.

Después de jugar un rato con Vándalo ambos fueron a ver a Olivia en su habitación, ella estaba terminando de desayunar cuando Dafne se asomó por la puerta y le dijo.

_ ¿Puedo pasar?

_ Por supuesto, pasa.

Antes de que entrará Dafne Vándalo se abrió pasó y se echó a los pies de Olivia, ella acarició sus orejas y le dijo.

_ Me alegra verte pequeñín.

_ ¿Te encuentras bien? Preguntó Dafne.

_ Si estoy bien, es solo que cada día me cuesta más levantarme, ha... Jamás me imaginé que estar embarazada era algo tan complicado, primero eran las náuseas y ahora ni siquiera me puedo ver los pies y siempre tengo hambre y lo peor de todo es que no me dejan comer lo que quiera.

_ Tan malo es.

_ Sí pero también tienes sus cosas buenas, cada vez que siento que mi bebé se mueve no puedo esperar la hora de poder tenerlo en mis brazos, es algo realmente maravilloso.

Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora