15. Sentimiento De Felicidad.

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Leonard, salió de la habitación de Olivia y como estaba preocupado por ella, le dijo a Amelia la esposa de Alfred que fuera a ver como se encontraba ella.

Olivia le había dicho que no quería ver al médico sin embargo, Amelia no era médico simplemente una señora mayor con experiencia así que ella no podría negarse a que ella la revisará.

Leonard tuvo que partir a la cita que tenía con los diplomáticos y con el príncipe heredero, ese era uno de los días en los que menos deseaba tratar con él, sin embargo no le quedaba de otra.

El príncipe al verlo le dijo.

_ Tienes muy mala cara, que te ha pasado.

_ He tenido una noche un tanto ajetreada.

El príncipe al escuchar eso con una sonrisa le dijo.

_ No me digas que la pequeña duquesa no te ha dejado dormir.

Leonard no contestó a la pregunta del príncipe y simplemente le cambió el tema.

_ Tengo mucho trabajo atrasado espero que mi presencia ya no sea requerida aquí.

_ Hoy será el último día que tendrás que soportar esto, mañana se irán por la mañana así que podrás volver hacer vida normal.

_ Eso espero esto ya me está cansando.

_ Lo sé...

Leonard los acompañó lo que restaba de la tarde y regresó a casa después de la hora de cenar, al entrar le dijo a Alfred que le pidiera a Amelia que fuera a verle a su estudio.

Alfred hizo lo que él le pidió y se fue a buscar a su esposa, cuando Amelia entró en el estudio el duque estaba terminando de firmar unos papeles y al verla le preguntó.

_ ¿Cómo se encuentra mi esposa?

Amelia muy enfadada lo riño.

_ La pobre duquesa no podrá levantarse de la cama durante una semana y durante ese tiempo ni se le ocurra tocarla.

Leonard al escuchar eso le pregunto.

_ ¿Qué le ha pasado?

_ Mi señor usted Debería de saberlo mejor que yo, trato con mucha rudeza a la lady y ni siquiera se puede mantener en pie.

Leonard se sintió culpable y le dijo.

_ Dile a Alfred que mande a llamar al médico inmediatamente.

Amelia al ver la actitud del duque le dijo.

_ Mi señor no hace falta que haga eso, la duquesa solo necesita descansar ya le he preparado un té de hierbas para el dolor, si ella descansa estará bien en una semana pero ni se le ocurra tocarla antes y la próxima vez no sea tan bruto con ella.

Amelia era una de las pocas personas que podían hablarle al duque de aquella manera, ella había cuidado de él desde que era un niño al igual que Alfred, ella lo conocía muy bien y le tenía un gran cariño por eso siempre le reprendía cuando hacía algo que ella no consideraba bien.

_ Haré caso a lo que me dices, ya puedes retirarte a descansar.

_ Que duerma bien mi señor y recuerde ser amable con la duquesa.

Amelia después de decir eso se marchó y lo dejó solo en su estudio.

Leonard término los papeles que eran más urgentes y se fue a ver como se encontraba Olivia, ella estaba dormida, y por primera vez dormía de manera ordenada, él se sentó en la cama y la observó mientras dormía su cabello estaba alborotado y estaba babeando se veía tan pequeña e inocente en aquella gran cama, al recordar las marcas que había dejado en su pequeño cuerpo él se sintió terriblemente mal y aún más cuando Amelia le había dicho que él había sido tan bruto con ella que tendría que quedarse una semana en cama porque no se podía mantener en pie.

Leonard acarició suavemente el rostro de Olivia y le dijo.

_ Lamento haberte lastimado.

Sus palabras no fueron más que un susurro, le dio un beso en la frente y se metió en la cama.

Esa noche Olivia no se movió en toda la noche, por la mañana Leonard estaba tan cansado que se había quedado dormido, Olivia al despertarse sintió que unos brazos fuertes y firmes la rodeaban, era el duque quien dormía a su lado, el rostro de él se veía sumamente hermoso mientras dormía y Olivia se preguntó si sería algún sueño, ella no podía creer que existiera alguien tan hermoso en este mundo, ella intentó tocar su rostro para ver si era real, su piel era tan suave y sus hermosas pestañas parecía que brillarán, tocó su cabello el cual era suave como la seda, la sensación de sus dedos en el cabello del duque le gustó tanto que se quedó acariciándolo un buen rato, hasta que el duque abrió sus ojos, Olivia se exalto y quiso separarse de él pero estaba atrapada entre sus brazos y no pudo.

_ No te muevas tan bruscamente o puedes lastimarte.

El rostro de Olivia se tiñó de rojo y como no tenía ningún lugar hacia al cual escapar, ella enterró su rostro en el pecho del duque, lo cual después de hacerlo no le pareció tan buena idea, el duque no llevaba puesta camisa así que su rostro estaba tocando directamente su piel, su pecho era ancho y firme, su vergüenza no hacía más que ir en aumento.

Leonard se había despertado desde que ella le había tocado el rostro, pero no quiso avergonzarla así que fingió estar dormido, pero después ella siguió tocando su cabellos y sus pequeños dedos enterrándose en su cabellos estaban haciendo que su deseo por ella se despertará así que no tuvo más opción que abrir los ojos antes de que pudiera perder el control.

Ella estaba ahora enterrada en su pecho con el cuello y las orejas rojas de la vergüenza, lo cual era aún peor ella era tan tierna que no pudo evitar abrazarla aún más fuerte, Olivia se estaba ahogando en sus brazos y con gran desespero comenzó a darle golpes en la espalda al duque para que la soltara, él se apartó de ella y Olivia tomó una bocanada de aire, su respiración era entrecortada y Leonard le dijo.

_ Lo siento, pero es que eres tan adorable que no lo pude evitar.

Olivia estaba tan sorprendida por las palabras del duque que no supo si era eso lo que había dicho o si la falta de aire la había hecho alucinar, el duque le había dicho que se veía adorable.

Aquel terrible y bello hombre la veía con gran preocupación y Olivia no pudo evitar reírse y le dijo.

_ Estoy bien mi señor no se preocupe.

_ ¡Ha! Ya te he dicho que me llames por mi nombre.

Olivia al recordar la manera en la que le había obligado para que ella dijera su nombre su rostro volvió a teñirse ligeramente de rojo.

_ Estoy bien, Leonard.

El se acerco a ella y la beso apasionadamente.

_ Así me gusta.

Leonard siguió besándola y sus manos bajaron hasta sus pechos acariciándola suavemente, Olivia clamó su nombre.

_ ¡~Leonard ~!

Él deseaba devorarla pero luego recordó lo que le había dicho Amelia y se obligó a parar, apoyó su cabeza en el hombro de Olivia, dio un gran suspiro y dijo.

_ ¡Ha! supongo que tendré que esperar hasta que te encuentres bien.

Ante Olivia el duque parecía un niño al cual le ha dicho que no puede comer más dulces y no le queda más opción resignarse, eso a ella le pareció lindo y una risita se escapó de sus labios.

El duque al escucharla reír levantó su rostro.

_ Parece que disfrutas mucho con mi sufrimiento.

Olivia se puso nerviosa porque no sabía si eso lo había ofendido y dijo.

_ Claro que no, es solo que me pareció lindo.

Leonard le dio un suave beso y le dijo.

_ No me importa que te burles de mí, si eso hace que tengas una sonrisa en tus labios.

El duque veía con una mirada llena de dulzura y el corazón de Olivia se estremeció, cuando se había casado jamás se imaginó que algún día podría estar de aquella manera con el duque y se sintió muy feliz.

Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora