19.Baile.

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Cuando la mirada de Leonard se encontró con la de Olivia se puso tan nerviosa que no se fijo donde pisaba y se tropezó con el vestido, pero antes de caer al suelo el duque la atrapó, ella por eso odiaba los vestidos siempre había sido muy torpe y no hacía más que tropezar con ellos todo el tiempo, Leonard le preguntó.

_ ¿Estás bien ?

_ Si estoy bien.... 

Leonard le ayudo a incorporarse y le extendió su brazo para que se agarrarla de él, Olivia agradeció el gesto ya que temía volver a caerse, al salir de la casa un gran carruaje negro con la insignia de un águila el cual era emblema de la familia Forest los estaba esperando. 

Leonard le ayudó a subirse y se sentaron uno enfrente del otro, desde que Olivia se había casado nunca había salido de la mansión, las Palmas de sus manos sudaban por los nervios, Leonard al percatarse de eso la tomó de la mano y tiró de ella haciendo que se sentará en su regazo. 

Leonard rodeó su cintura con sus brazos y le dijo. 

_ No tienes que estar tan nerviosa si alguien se atreve a ofenderte no dudes en decírmelo, yo me encargaré de esa persona. 

Olivia al sentir el calor del cuerpo del duque se sintió más tranquila, al llegar al palacio cuando ellos bajaron del carruaje todas las personas que estaban cerca se voltearon para ver quién era la persona que iba del brazo del duque. 

Al entrar al salón sus nombres fueron anunciados, y por un momento el salón se quedó en completo silencio, todos estaban centrados en la pareja ducal que acaban de llegar, Olivia al ser el centro de las miradas se sintió muy nerviosa. 

Bajaron las escaleras y se dirigieron a donde se encontraba la familia real para dar sus respetos, Olivia no se atrevía a levantar la cabeza, ella hizo una reverencia, tal y como le había enseñado el profesor Wilson y volvió a aferrarse al brazo de Leonard. 

En el salón todos miraban a Olivia, algunas damas con envidia por haberse casado con el duque, y las mujeres mayores con lástima por haberse casado con el temible duque de Forest. 

Varias personas se acercaron a ellos para saludarlos, pero todo se limitaba a eso, ya que Leonard tenía un aura amenazante a su alrededor y ninguno se atrevía a decir nada más. 

El que se acercó con una sonrisa en su rostro y le dio unas cuantas palmadas en la espalda fue el príncipe heredero quien al percatarse de la presencia de Olivia la miró fijamente y dijo. 

_ Tú debes de ser la pequeña duquesa de Forest, eres más hermosa de lo que me había imaginado. 

Olivia hizo una pequeña reverencia y se presentó. 

_ Mi nombre es Olivia Carter encantada de conocerle. 

Al terminar de presentarse Leonard por alguna razón se le quedó viendo al igual que el príncipe heredero, una hermosa mujer de cabello rubio que llevaba un hermoso vestido rosado con volantes y encajes se les acercó y entrelazo su brazo con el del príncipe heredero y dijo. 

_ Cariño no molestes a la pareja ducal. 

El príncipe heredero le dio un beso en la frente y le dijo. 

_ No estoy haciendo eso... 

Ella lo miró con una mirada acusadora, él se veía un poco nervioso ya que efectivamente había ido hasta donde ellos estaban porque quería molestar a Leonard, al parecer aquella mujer era la esposa del príncipe, la princesa se les quedó viendo un momento y se presentó. 

_ ¡Oh! Lamento ser descortés, mi nombre es Leticia, es un placer para mí poder conocerla duquesa. 

Olivia dio una pequeña reverencia y le dijo. 

_ El placer es todo mío su majestad. 

_ No tienes que ser tan formal conmigo puedes llamarme Leticia. Me alegro de que haya podido asistir al baile había escuchado que su salud era débil. 

_ Si por suerte ahora me encuentro mucho mejor. 

_ Espero que la duquesa pueda asistir a la fiesta de té que ofreceré en unos días. 

_ Estaría encantada de poder asistir.

Varios nobles se acercaron a Leonard y al príncipe, mientras Olivia hablaba con Leticia y otro grupo de damas se arremolinaron a su alrededor, todas le hacían preguntas y Olivia terminó mareándose, por el montón de preguntas que le estaban haciendo. 

Leonard al ver a Olivia pálida se acercó a ella y la rodeo por la cintura con su brazo, ella se sobresaltó y al ver que era él se relajó un poco, pero ver a tantas personas hizo que se marearse, todos los presentes se quedaron muy sorprendidos por la demostración de afecto que Leonard mostraba, él la tomó y les dijo a las damas que estaban rodeando a Olivia. 

_ Lamentó la interrupción pero mi esposa no parece sentirse bien, la llevaré a que tome un poco de aire. 

A las demás mujeres no les dio tiempo de decir nada cuando Leonard se marchó con Olivia y se dirigieron al balcón, Olivia al sentir el aire frío que tocaba su rostro se sintió un poco mejor. 

_ ¿Estás bien?, Te veías muy pálida hace un momento. 

Olivia dio un largo suspiro y dijo. 

_ Ha, Ahora me encuentro mucho mejor gracias por sacarme de ahí. 

Leonard se acercó por detrás de Olivia y rodeo su cintura con sus grandes brazos, apoyó su barbilla en su hombro y le dijo. 

_ Luces muy hermosa esta noche. 

Olivia pudo sentir como el cálido aliento del duque en su oreja y su cuerpo se estremeció al escuchar sus palabras, se quedaron así un rato observando el jardín hasta que Olivia se sintió mejor, al escuchar el sonido de la música regresaron al salón varias parejas ya habían comenzado a bailar y Leonard se dobló por la cintura y le dijo.

_ Me concederías el honor de bailar conmigo. 

Olivia se puso rígida ya que el bailar era lo que ella más temía, pero antes de que ella se negara a bailar Leonard la tomó del brazo y la llevó hasta la pista de baile.

En ese momento Olivia se quedó parada sin moverse Leonard la rodeó por la cintura y le dijo al oído. 

_ Relájate, lo harás bien. 

Olivia lo dudaba pero estando en la pista de baile sería grosero dejar al duque solo, así que hizo lo que el profesor Wilson le había enseñado y puso una mano en el hombro de Leonard, ella tenía la cabeza agachada y se veía los pies todo el rato para intentar no pisarlo pero él le levantó el rostro y le dijo. 

_ Debes ver a tu pareja cuando bailas no tus pies. 

_ Es que tengo miedo de pasarte.

_ Tu pesas tan poco que aunque lo hicieras no me harías daño, así que no te preocupes por eso. 

Olivia se sintió más relajada después de las palabras del duque y dejó de prestarle atención a sus pies y se centró en el hermoso rostro de su esposo. 



Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora