30.Fiesta de té.

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Leonardo tomó la barbilla de Olivia entre sus manos y posó sus cálidos labios sobre los de ella dándole un beso suave y lleno de dulzura, Olivia se sintió tan bien que respondió a su beso y la intensidad de su beso fue creciendo poco a poco.

Sus lenguas chocaban una contra la otra, Olivia sentía que todo su cuerpo se iba calentando, y al separarse por un momento para tomar aire, Olivia vio a Mari que cubría sus ojos con sus manos para no verlos besarse.

Olivia se había olvidado por completo que Mari estaba ahí y cuándo el duque quiso volver a besarla ella apartó su cara, se levantó bruscamente y le dijo.

_ Muchas gracias por permitir que me lo quedé.

A Leonard nunca ninguna mujer lo había rechazado sin embargo Olivia no hacía más que huir de él en todo momento, y eso era algo que hacía que su deseo de poseerla creciera aún más, Leonard aún tenía mucho trabajo así que se levantó de donde había estado sentado, se acercó a Olivia le dio un beso en la frente y le dijo.

_ Te veo después aún tengo mucho trabajo que hacer.

Olivia se quedó mirando la espalda de su esposo alejándose de ella, cuando ya no pudo verle se volvió a sentar en el banco y siguió acariciándole las orejas al cachorro y le dijo.

_ Haber que nombre podría ponerte ahora.

El cachorro tenía el pelaje blanco como la nieve y suave como el algodón pero también era un lobo así que debía darle un nombre que fuera maravilloso y que le quedara bien, Olivia se quedó pensando un buen rato en un nombre para el cachorro pero por más que lo intentaba no se le ocurría ninguno.

Mientras Olivia estaba en el jardín un sirviente del palacio real llegó con una invitación para ella, tras que Alfred la recibió fue corriendo a decirle al duque ya que él no sabía si estaba bien entregarle la invitación a la duquesa.

Leonard acababa de regresar a su estudio cuando vio a Alfred entrar muy agitado y le dijo.

_ Mi lord, ha venido un sirviente de palacio con una invitación para la duquesa.

La esposa del príncipe heredero le había dicho a Olivia que le enviaría una invitación para una fiesta de té que estaría organizando, pero Leonard no se imaginó que sería tan pronto.

El no sabía si Olivia estaba preparada para ir a la fiesta de té ya que esas fiestas eran solo para mujeres y eso significaba que ella iba a estar completamente sola.

Leonard se quedó mirando por la ventana a Olivia que acariciaba al cachorro que tenía en su regazo, y pensó que quizá sería una buena idea que ella saliera de la mansión y socializara con las demás nobles, así que le dijo a Alfred.

_ Llevale la invitación a Olivia y que ella decida si quiere asistir o no.

_ Como usted ordene mi lord.

Alfred se dio la vuelta y cerró la puerta al salir, y se dirigió al jardín A llevarle la invitación a la duquesa, cuando él se acercó a ella la pequeña bola de pelos que tenía en su regazo se levantó y comenzó a gruñir,ella le dio palmaditas en la espalda al cachorro y él volvió a hacerse un ovillo en su regazo, y ella le preguntó.

_ ¿Qué sucede Alfred, necesitas algo?

Alfred aprovechó que el cachorro se había calmado para darle la invitación a Olivia y volvió a alejarse de su lado y le dijo.

_ Mi lady, le ha llegado una invitación de palacio para usted.

Olivia se quedó mirando el elaborado sobre rojo con un sello dorado, y lo abrió, la invitación era para una fiesta de té, que la esposa del príncipe heredero estaría celebrado en unos días, a Olivia le había agradado mucho la princesa así que le pareció buena idea el asistir, así que le dijo a Alfred.

_ Quiero que confirmes que asistiré.

_ Como ordene mi lady.

Alfred se marchó inmediatamente y a enviar una carta para confirmar que la duquesa estaría asistiendo a la fiesta de té, después de tanto pensar en un nombre para su cachorro Olivia se dio por vencida ya que no se le ocurría ninguno lo suficientemente bueno para él, así que regresó a dentro de la mansión, le dijo a las sirvientas que le ayudarán a buscar un vestido ya que estaría asistiendo a una fiesta de té en unos días.

Las sirvientas al enterarse de que la duquesa planeaba asistir a una fiesta de té, corrieron de un lado a otro sacando vestidos del armario, pero en su mayoría todos estaban pasados de moda o eran demasiados sencillos, así que al final Olivia tuvo que mandar a llamar a madam Margaret para que le llevará nuevos vestidos.

Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora