11. Deseando Unas Vacaciones.

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Por la mañana Rose fue a despertar a Olivia, ella había elegido un vestido amarillo suave con encajes y volantes, el cual Olivia rechazo en el momento en el que lo vio, aunque el duque estaba de regreso ella no pensaba cambiar su forma de vestir, al final Rose se había dado por vencida y escogió un conjunto de túnica y pantalón para ella y peino su cabello atándolo en una trenza . 

Después de desayunar Olivia tuvo que retomar sus clases con el profesor Wilson por orden del duque. 

El profesor Wilson le dio un repaso rápido de etiqueta y se centró más en enseñarle a bailar, algo en lo que Olivia era un completo desastre y terminó pisando varias veces al profesor, hasta que él se había cansado y había dado por finalizada la clase. 

Madam Margaret llegó en las horas de la tarde con varios vestidos para Olivia, los cuales eran muy hermosos, ese día Olivia se midió varios vestidos y al final no había podido escoger ninguno ya que todos le parecían incómodos, voluminosos o demasiado exuberantes, así que al final Madam Margaret se había marchado y había prometido que haría un vestido con el cual ella quedaría satisfecha. 

Para Madam Margaret el atender a la duquesa era un gran honor y un reto, ya que ella solía descartar todos los vestidos que le mostraba, pero eso solo hacía que ella quisiera crear más diseños hasta crear algo con lo que la duquesa estuviera satisfecha. 

En las horas que Olivia tenía libre las sirvientas se dedicaron a cuidar de sus uñas, de darle masajes y de ponerle mascarillas en la cara. 

Cuando llegó la hora de la cena Olivia se sentía muy cansada y lo único que deseaba era ir a la cama y dormir, ella había esperado al duque para cenar pero al final él no llegó y tuvo que cenar sola y luego se fue a dormir. 

Cuando Leonard llegó al cuartel General, Darius quien era su segundo al mando le estaba esperando en la entrada, y le informó de que los soldados le esperaban en el campo de entrenamiento. 

Ese día Leonard obligó a los soldados a entrenar hasta que algunos de ellos empezaron a desmayarse, después se dirigió a su oficina a encargarse del tedioso papeleo que tenía pendiente, él estaba muy concentrado en su trabajo cuando llegó Darius a informarle que el príncipe heredero solicitaba su presencia en el palacio. 

A Leonard que el príncipe lo mandara a llamar era algo que le estaba empezando a fastidiar ya que atrasaba su trabajo y en ocasiones solo lo mandaba a llamar para cosas irrelevantes que no necesitaban de su presencia. 

Leonard estaba pensando seriamente en tomar unas vacaciones después del baile y alejarse del príncipe por un tiempo ya que si lo seguía molestando de aquella manera, él terminaría por romperle el cuello. 

Al llegar al palacio el príncipe estaba esperándolo en la terraza, y al enterarse de la razón por la que le había mandado a llamar a Leonardo le dieron ganas de lanzarlo por el balcón. 

Habían llegado varios diplomáticos del reino vecino para hablar el asunto del tratado de paz, cosa con la cual Leonard no tenía nada que hacer ya que de eso se tenía que encargar la familia real, pero él príncipe había insistido en que él tenía que estar presente para así intimidar a los diplomáticos, no tuvo más opción que aceptar. 

Leonard se vio obligado a quedarse en el palacio hasta altas horas de la noche, aguantando una sarta de tonterías que decía los diplomáticos, cuando por fin se retiraron el quiso salir lo más rápido posible para así no matar al príncipe, pero antes de que marchara él le interceptó y le dijo. 

_ Leonard estaré contando contigo mañana también, que pases una feliz noche. 

El príncipe ni siquiera le dio tiempo de replicar cuando se dio la vuelta y se marchó. Ese día Leonard deseaba sacarle el corazón con sus propias manos y aplastarlo como una uva, pero se contuvo y se fue de regreso a la mansión. 

Al llegar se fue directo a la habitación de Olivia quien estaba durmiendo plácidamente y estaba babeando, el dormir a su lado se estaba volviendo una costumbre, se metió en la cama la rodeó con sus brazos y se quedó dormido respirando su aroma. 

Leonard estuvo una semana soportando aburridas reuniones y conversaciones de los diplomáticos, en las que salía muy temprano por la mañana y regresaba a media noche, cansado de escuchar la sarta de tonterías que decían los diplomáticos. 

Siempre que regresaba se dirigía directamente a la habitación de Olivia quien dormía de manera desordenada, él siempre la acomodaba en la cama y dormía con ella en sus brazos toda la noche. 

Los diplomáticos estarían marchando esa semana y por fin podría volver a su vida normal y ponerse al día con el trabajo que no hacía más que acumularse cada día. 

Durante toda la semana Olivia pasó tomando clases de baile con el profesor Wilson quien estaba pensando seriamente en renunciar ya que Olivia no hacía más que pisarlo durante sus lecciones, ella era muy torpe y sus pies siempre se equivocaban y tropezaban y terminaban pisando al profesor Wilson. 

Ese día después de su clase de baile, Madam Margaret, la estaba esperando para mostrarle el vestido que había hecho especialmente para Olivia, ella había tardado una semana en regresar a la Mansión y mostrarle más vestidos, al ver a Olivia entrar por la puerta madam Margaret y su asistente hicieron una reverencia y le dijeron. 

_ Buenas tardes duquesa. 

_ Buenas tardes madam Margaret. 

_ He traído un vestido que estoy segura de que le encantará, es algo que he creado especialmente para usted. 

Al escuchar eso Olivia deseo que fuera verdad ya que solo faltaba una semana para el baile, así que tendría que escoger un vestido para ese día aunque lo que le mostrará madam Margaret no fuera de su agrado,Olivia al ver la emoción de la diseñadora le dijo. 

_ Estoy ansiosa por ver sus maravillosos diseños. 

_ Estoy segura que la duquesa está vez estará complacida con lo que le he traído, Sofía trae el vestido para mostrárselo a la duquesa. 

La asistente de madam Margaret trajo una gran caja en la cual estaba el vestido que había hecho para Olivia, ella le ayudó a ponerse el vestido, cuando ella se vio en el espejo quedó completamente maravillada y encantada con el hermoso vestido, era completamente diferente a lo que madam Margaret le había mostrado unos días atrás, el vestido era ligero y de un hermoso color blanco, un tanto ceñido al cuerpo mostrado las curvas de Olivia las cuales ni siquiera ella sabía que tenía, ella se veía muy hermosa y con gran alegría le dijo a madame Margaret. 

_ Este vestido es realmente hermoso, me encanta. 

Al ver la cara de felicidad de la duquesa la diseñadora dió un respiro de alivio y le dijo. 

_ Me alegra que este vestido si haya sido del agrado de la duquesa. 

Olivia estaba dando vueltas enfrente del espejo admirando la hermosa creación de la diseñadora y muy contenta de que no fuera voluminoso, ni extravagante como solían usar las nobles. 

Después de ayudarle a quitarse el vestido la diseñadora lo volvió a guardar en la caja y lo dejó sobre la mesa y se despidió de ella, Olivia estaba tan emocionada por su vestido que lo llevó a su habitación y lo guardó en el armario ella misma. 

Ese día se tomó lo que restaba de la tarde para tomar el té en el jardín y descansar un rato. Durante la cena volvió a comer sola ya que el duque estaba tan ocupado que se iba antes de que ella se despertará y regresaba cuando ella ya dormía, cuando terminó de cenar regreso a su habitación se dio un baño de rosas con aceites esenciales que las sirvientas le habían preparado, se puso un ligero camisón blanco que dejaba sus hombros al descubierto y como no tenía sueño se quedó en una pequeña sala que había en su habitación y se puso a leer un libro junto a la chimenea, después de un rato el sueño se apoderó de ella y se quedó dormida en el sillón. 



Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora