45. Montrier.

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Cuando llegó el médico y revisó el golpe que tenía Olivia en la cabeza, dijo que no era tan grave, que ella solo tenía una pequeña contusión en la cabeza y que con unos cuantos días de descanso estaría bien.

Durante esos días Leonard ordenó que sacarán a Vándalo de la casa ya que en parte lo culpaba a él por el golpe de Olivia, ella tuvo que quedarse en cama casi una semana ya que cada vez que se levantaba muy rápido se mareaba, durante ese tiempo Leonard se quedaba con ella todas las noches y la abrazaba acariciando su espalda hasta que ella se quedaba dormida.

Cuando Olivia se hubo recuperado por completo Leonard le pidió a los sirvientes que prepararon todo para su viaje a la ciudad de Montrier.

Olivia estaba muy emocionada ya que sería la primera vez que iba a hacer un viaje tan largo, estaba deseosa de lo que vería en aquel lugar, como pronto comenzaría el otoño Olivia tuvo que pedirle a Madam Margaret que hiciera nuevos conjuntos de ropa los cuales fueran más cálidos, y unos cuantos vestidos ya que Leonard le había dicho que quería presentarle a alguien así que no podía usar sus ropas habituales cuando él le presentará a esa persona. 

Olivia estaba muy curiosa de quien podía ser esa persona pero entre las cosas del viaje no había tenido tiempo de seguir insistiendo en que le dijera a quién iba a conocer. 

El día del viaje usaron tres carruajes uno en el que iba ella, Leonard y vándalo ya que ella no quiso separarse tanto tiempo de él, y los otros dos iban algunos sirvientes y los baúles con sus ropas ya que el viaje a la ciudad de Montrier duraba seis días. 

Varias veces tuvieron que dormir en el carruaje, y cuando pasaban por un lugar que Olivia consideraba hermosos siempre le pedía a Leonard que se detuvieran un momento para poder admirar mejor el paisaje, poder estirar las piernas, y aprovechar para que vándalo diera una vuelta ya que se ponía nervioso al ir en el carruaje todo el día, Leonard le había sugerido varias veces que lo dejara libre en el bosque ya que Vándalo tenía los colmillos más fuertes y no paraba de mordisquear , los pantalones de Leonard. 

Varias veces intentó tirar a Vándalo por la ventana sin embargo Olivia se puso como una fiera y no le dejó hacerlo. 

Así que al final tuvo que resignarse a tener que viajar con él. 

Cuando por fin llegaron a la ciudad de Montrier Leonard dio gracias a Dios de haber llegado por fin, los carruajes se detuvieron en una hermosa mansión llena de rosas en la entrada y en los Jardines, a Olivia aquel lugar le pareció casi mágico era como si esa mansión hubiera sido sacada de algún libro de fantasía. 

Cuando ellos bajaron de los carruajes unos sirvientes se acercaron a ellos para recibirles, y unos minutos después una hermosa mujer de mediana edad que tenía el cabello rubio y los ojos color avellana como los de Leonard se acercó corriendo a él y lo abrazó diciéndole. 

_ Por fin te dignas a regresar a casa, no sabes cuanto te he extrañado. 

Un señor de mediana edad con el cabello negro y con varias canas, de complexión robusta y de ojos verdes se acercó a ellos y le dijo a Leonard.

_ Gracias por haber venido. 

Aquella señora después de separarse de Leonard se fijó en Olivia y dijo. 

_ ¿Quién es esta jovencita que te acompaña?

Leonard pasó una mano por la cintura de Olivia y dijo. 

_ Ella es mi esposa Olivia. 

Aquella señora cuando Leonard le dijo eso se tambaleo e hizo ademán a desmayarse, su esposo se acercó a ella y le dijo. 

_ Cariño te dije que no salieras corriendo sabes que eso no te hace bien. 

_ Leonard tus bromas no son nada divertidas. Dijo aquel hombre mientras sostenía a su esposa por los hombros. 

_ No es ninguna broma, ella es mi esposa. 

_ ¿Qué?, Desde cuando estás casado. 

_ Hum... No lo recuerdo muy bien pero creo que hace año y medio. 

aquella señora al escuchar a Leonard cuánto tiempo tenía de casado se desmayó en los brazos de su esposo. 

Él la tomó en sus brazos y la llevó dentro de la casa y le dijo. 

_ Ya hablaremos de esto después. 

Antes de entrar a la casa Olivia tomó a Leonard del brazo y le preguntó.

_ ¿Quienes son estas personas?

Leonard dio un suspiro.

_ Ha... Ellos son mis padres,  te he traído aquí para que les conozcas. 

Olivia al escuchar que aquella pareja eran sus suegros le dijo a Leonard. 

_ ¿Qué?, ¿Porque no me lo has dicho antes?, por Dios he de estar hecha un desastre. 

Leonard le dio un beso en la mejilla a Olivia y le dijo.

 _ Te ves hermosa, tranquilízate. 

Al entrar a la casa a Olivia le empezaron a sudar las manos, ella estaba muy nerviosa ya que su suegra se había desmayado cuando se había enterado de que su hijo estaba casado. 

El padre de Leonard había depositado a su esposa en un sofá que había en el recibidor, los sirvientes le dieron algo para reanimarla y cuando ella hubo abierto los ojos, se sentó en el sofá y sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

_ Te has casado y no nos has invitado a la boda, ni siquiera te has dignado de mandar una carta durante todo este tiempo, eres un hijo ingrato. 

El padre de Leonard le pasó un pañuelo a su esposa y le dijo. 

_ Calmante cariño eso no te hace bien. 

_ Cómo me pides que me calme, mi único hijo se ha casado y no me invitó a su boda. 

_ Madre cálmate por favor. 

_ Hijo ingrato sólo has venido para darme un disgusto, ¿no es verdad?

_ Claro que no, he estado muy ocupado por eso no había podido venir, y no quise darte la noticia por medio de una carta, por eso hemos hecho todo el viaje hasta aquí. 

Mi vida como la esposa del duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora