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Chandler al abrir los ojos lo primero que vio fue la cabellera rubia de Madison, quién estaba descansado plácidamente al lado de él. Se levantó lentamente y camino hacia la salida sin hacer mucho ruido. Cuando cerró la puerta de su habitación el teléfono sonó, rápidamente, tomó la llamada esperando que no despertara a la chica.

—¿Diga?

—Chandler, hola. Pásame a Joey—dice la señora Tribbiani. El castaño va a la habitación de su amigo pero estaba vacía, entonces, salió del apartamento para ir al del Mónica, sabiendo que estaría ahí.

—¿Y Joey? Es su mamá.

—Está en el bano—le respondió Monica, el castaño asintió emprendiendo camino hacia el baño. —¡No quieres entrar!

—Vamos, compartimos un apartamento—dijo y sin importar abrió la puerta del baño pero se arrepintió al instante, y sin dudar le dio el teléfono aún gritando. —¡Mis ojos! ¡Mis ojos!

—Te lo advertí.

—¿Quién hace tanto ruido?—pregunta Rachel saliendo de su habitación. Chandler se enderezó y señaló a Monica.

—Ah, esa es Monica. —La castaña hizo una mueca y se dirigió a la cocina. —¿Podría tomar unas cosas? Haré desayuno para... eh... Aurora.

Pero al decir el nombre se arrepintió, sabiendo que a Madison no le gustaría. —¿Aurora? ¿Está ahí? Pensé que habías dicho que no.

Las chicas se miraron, pero en ese momento, no le dieron importancia. —Te dio toda la noche.

—Eh sí, y ahora faltan solo 20 minutos para el turno de Ethan... —dicho esto busco en el refrigerador lo que más le gustaba Madison.

—Uh, ¿noto cierto resentimiento?

—No, no, no. Ningún resentimiento. Créeme—dijo con una sonrisa, aún con las cosas en las manos. —Esto, vale la pena.

Las chicas se miraron muy confundidas y preocupadas por la rubia. —¿Y qué sucedió con Madison?

—¿Qué? Oh sí, ella ésta bien—dijo recordando cómo pasaron la noche acurrucados hablando y besándose. —Monica, ¿puedes abrir la puerta?

—Claro, y Chandler, la Monica de antes te recordaría que laves la sartén de teflón con el cepillo de plástico—habló la pelinegra recordando la conversación anterior. —Pero yo no haré eso.

El castaño asintió y con ayuda de Monica entró a su apartamento. Y entonces cuando cerró la puerta se dispuso a preparar el desayuno, vio que Madison se asomaba lentamente.

—No está. Fue a ducharse en lo de Monica—dijo con una sonrisa, que fue bien respondida por Madison. —Buenos días.

Se dieron un casto beso, para luego volver a ver lo que estaba haciendo Chandler. —¿Qué vas a preparar?—pregunta abrazándolo por la espalda.

—Mi especialidad. Huevos con tocino y waffles con miel.



•••



Luego de desayunar en la habitación, se tumbaron en la cama hacerse mimos. Chandler besaba el cuello de Madison y ella solo sonreía y disfrutaba. Ambos no podían pedir más, porque ya se tenían el uno al otro.

—Dios, amo esos dedos—dijo moviendo sus dedos junto a los de ella.

—Gracias.

—De hecho, me refería a los míos—dijo sacándole una risa a Madison—: Míralos, están muy alegres. —la rubia se giró y lo abrazó.

| GOT YOU | 《Chandler Bing》[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora