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Chandler veía a Madison dormir y solo sonrió tontamente. Luego de la cena con su madre, el castaño le pidió que durmieran juntos, con la excusa que le debía una noche entera porque no pudo besarla tantas veces como él quería. Y la rubia no se negó, porque le encantaba dormir con él.

Luego de unos minutos la ve abrir los ojos y su sonrisa se ensanchó. —Buenos días, amor.

—Buenos días—dice la rubia con una sonrisa tímida. —¿Cuánto llevas despierto?

—Lo suficiente para llegar a la conclusión de que quiero despertar así todos los días. —luego de decir eso, Chandler besó los labios de la chica.

La rubia rió cuando las manos de Chandler pasaron por su estómago y se separó mirando fijamente a los ojos del chico. —Chandler Bing, eres lo mejor que me ha pasado.

—Lo sé—dice besándola haciendo que ella riera, alegrando la mañana de el chico. —Ya vuelvo.

La rubia asintió y suspiró enamorada cuando lo vio salir. Al cabo de unos minutos escucha gritos por lo que sale corriendo a ver qué había pasado. —¡Chandler!—pero se detuvo al ver que solo eran sus amigos.

—¿Ustedes qué hacen aquí?—pregunta Chandler con el ceño fruncido, y Madison sonrió porque en serio se había asustado.

—Hola chicos.

—Hola Madi—saluda Ross mirando a la rubia y luego a su amigo. —Nosotros teníamos pensado ir a jugar raquetball. Pero alguien se quedó dormido.

—Sí, bueno, y tú no trajiste tu raqueta—dice Joey y Madison frunció el ceño al verlos hablar, ella se había dado cuenta que algo pasaba.

—No. No la traje porque la están arreglando. Se supone que alguien iba a traer una.

La pareja se miró y luego a los dos chicos que estaban al frente. —Bueno, no llamaste para indicar el tamaño del mango.

La sonrisa que Joey le dio a Ross le confirmó que algo había pasado. —Sí, de hecho no tienen la ropa adecuada para jugar.

Los dos se miraron y luego a la rubia dándole una sonrisa, ella rodó los ojos. —Creo que ustedes pasan demasiado tiempo juntos.

Chandler tomó a Madison de la cintura y ambos entraron nuevamente al departamento cerrando la puerta. —Se comportaban muy extraño esos dos, ¿no?

—Son Ross y Joey. Claro que sus comportamientos son extraños. —Madison sonrió negando y el chico la atrajo hacia él. —¿Te había dicho que luces hermosa al despertar?

—Por Dios, Chandler. Nadie es lindo al despertar—dijo y miro a su novio detalladamente. —Me retracto, tú eres la excepción de esa regla. Estás muy guapo, mi amor. —ambos se sonrieron y se besaron.

—¿Irás a trabajar hoy?—ella niega ante la pregunta. —Perfecto, hoy será nuestro día.

Madison lo ve bailando y caminando hacia el teléfono. —¿Qué vas hacer?—pregunta riendo bajo, él levanta su mano silenciandola.

—Hola, jefe. Eh sí, hoy amanecí muy enfermo—dice por el teléfono y empieza a toser y Madison se tapa la boca para no arruinar su excusa. —Mi bella novia me llevará al hospital.

El guiño que le dio Chandler a Madison la derritió por completo y su corazón empezó a ir muy rápido. Lo ve mover sus labios y la sonrisa del castaño se ensancha cuando le dan el día libre.

—Muchas gracias, señor. —eso sacó a Madison de su ensoñación y tomó de la mano a Chandler y sin dudar empezó a besarlo, sorprendiendo y emocionando al joven que seguía el beso lleno de amor y de pasión. —Creo que mañana también me sentiré enfermo.

—Cállate y vamos a la habitación antes de que entre Joey.

°°°

En la tarde estaban Madison, Chandler y Joey viendo su programa favorito. The Baywatch. Pero el hambre de Joey hizo que Madison se levantara hacer algo de comer, alegrando mucho al joven Tribbiani. Luego de su mañana, la pareja decidió pasar el resto del día con su amigo, ya que había dicho que no tenía nada que hacer y que si lo dejaban solo, moriría de aburrimiento.

En eso la puerta se abre, haciendo que todos se giraran a ver quién era, el cual solo era su amigo Ross, quién se había puesto nervioso al ver a los tres ahí, mirándolo detalladamente.

—Ross, hola. ¿Quieres ver Baywatch?—pregunta amablemente Madison y él solo negó.

—Vengo hablar con Chandler. —la rubia miró a su novio y luego a su amigo.

—De acuerdo—dice confundida, pero aún así decide darles privacidad. Sale del departamento pero es detenida por el joven Bing.

—Yo te llamo cuando termine. —la chica asintió y sonrió ante el beso que Chandler le dio en su frente. El joven suspiró con una sonrisa y se giró a sus amigos. —Espero que sea muy importante lo que me vayas a decir para echar a mi novia.

Entonces Ross le empezó a contar como Paolo había "besado" a su mamá, pero el único que sabía quién había besado a Nora Bing era Joey, quién había tomado el lugar de Madison y seguir preparando los emparedados.

—¡Dios mío!—exclama Chandler sentándose en su sillón.

—Eres mi amigo. Tenía que decírtelo.

—No puedo creerlo. —Joey estaba serio por lo que Ross estaba haciendo. Chandler estaba asombrado por la nueva información que le estaba dando su amigo. —¿Paolo besó a mi mamá?

—No sé si tu lo notaste, pero él había bebido mucho—dice riendo un poco. —Ya sabes cómo se pone uno cuando está borracho... —dejó de hablar para ver el rostro de su amigo mientras que le untaba mantequilla al pan. —No puedo hacer esto. Fui yo. Lo siento, yo besé a tu mamá.

—¿Qué?

—Estaba enojado por lo de Rachel y Paolo y bebí mucho tequila y Nora, la Sra. Mamá, digo, tu Bing, estaba... —Chandler tenía el ceño fruncido al escucharlo balbucear. —... se portó tan bien. Pero no pasó nada. Nada, pregúntale a Joey. —el nombrado abrió los ojos y negó rápido hacia Ross. —Joey entró...

—¿Ya sabías de esto?—pregunta Chandler girándose realmente sorprendido.

—Sabes, el saber es algo engañoso.

—Pasé todo el día contigo, hasta Madison iba a prepararte comida—exclama sintiéndose ofendido. —¿Por qué no me lo dijiste?

—Oye, afortunadamente los sorprendí o quién sabe que hubiese pasado—se excusa.

—Gracias por tu ayuda—dice Ross levantando los pulgares.

—¡No puedo creerlo! ¿Qué pensabas?—pregunta Chandler acercándose a él, hasta que se acuerda de la noche. —Primero Madison y ahora, ¿mi madre? Luego ¿quién sigue?

—Lo de Madison fue un error y lo sabes, y con tu mamá, no pensaba. No sé, yo...

Chandler hace una mueca y respira profundo. —Nadie más que tú sabe los problemas que tengo con mi madre.

—Lo sé.

—¡No puedo creer lo que hiciste!—exclama caminando hacia la puerta.

—Yo tampoco.

—Estoy enojado porque no me dijiste—habla Chandler señalando esta vez a Joey.

—¿Por qué estás enojado...?

—¡Déjame cerrar la puerta!—grita mirando a los dos jóvenes para luego cerrar la puerta e ir al departamento de al lado. —Mads...

—¿Qué pasó? Escuché gritos—dijo la rubia en cuánto abrió la puerta y lo vio, pero se sorprendió cuando Chandler la abrazó escondiendo su rostro en su cuello. —¿Qué te hizo Ross?

—Besó a mi madre y Joey lo sabía.

| GOT YOU | 《Chandler Bing》[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora