015

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Madison se despidió de todos y fue a su departamento a darse una ducha. Entonces todos miraron a Chandler, quién tomaba agua, cuando notó la mirada de todos frunció el ceño.

—En serio, ¿qué ve Madison en ti?—pregunta Phoebe negando, él la miró mal y dejo todo para salir de lo de Mónica e ir a la casa de Madison.

—Vamos, Bing. No tienes a nadie para que arruine esto—dice y toca la puerta, espera unos segundos y se queda seco al ver a Madison con una toalla y unas gotas caer por su cuello hasta perderse en su pecho.

—¿Chandler? ¿Qué pasa?—pregunta la rubia asegurándose de que la toalla no se vaya a caer.

—Yo... Ah... —balbucea y en su mente se recrimina—: ¿Vas a verte con Josh?

—No, ya no. Su vuelo se adelantó y se fue ayer. ¿Quién te dijo eso?

—Rachel. 

La rubia entendió y asintió. —: ¿Necesitas algo más o...?

Chandler suspiró y apretó sus manos. —¿Quieres salir conmigo esta noche?

Madison abrió los ojos sorprendida y ahora fue ella la que empezó a balbucear. —: Eh... yo, ¿ésta noche?—el castaño asintió y sintió desfallecer cuando la vio sonreír. —Sí, me gustaría salir contigo.

—Genial, te veo esta noche—dijo sonriendo y celebró cuando ya no estaba la rubia en su campo ocular, secó sus manos y miró la puerta de la rubia y sonrió a más no poder. Por su parte, Madison se apoyó en la puerta y suspiró colocando su mano en su pecho.

—Cálmate. No debes ilusionarte—dijo golpeándose levemente el pecho y movió su cabeza al sentir sus mejillas sonrojarse.

Ambos estaban nerviosos.


•••


Madison se miró nuevamente en el espejo y arregló su cabello otra vez, nerviosa era poco a lo que estaba sintiendo en ese momento. Arregló su vestido y mordió su labio cuando tocaron la puerta.

Fue abrir y sonrió al ver al castaño. —Te ves hermosa.

—Gracias, tu también te ves guapo—dijo para luego tomar su pequeño bolso y salió del departamento. —¿A dónde iremos?

—Al restaurante que me habías dicho que quería ir—dijo tomando su mano tímidamente luego de batallar si hacerlo o no. Se miraron por unos segundos dándose una sonrisa. —La verdad es que no pensé que aceptarias.

—De hecho, no pensé que me invitarias. Pero me alegro que la hayas hecho—dijo bajando su mirada con una sonrisa nerviosa, acto que enterneció al joven.

Durante el camino al restaurante hablaron de todo un poco, disminuyendo los nervios que ambos sentían en ese momento. Aún no hablaban de lo que verdaderamente importaba por la misma razón de no querer arruinar el momento con incomodidad.

Al llegar al restaurante, se sentaron en una mesa alejada del ruido, y Madison agradeció eso. La rubia de verdad quería ese momento y no quería que nada, ni nadie lo interrumpiera.

Chandler por su parte no apartaba su mirada de Madison, aún no se creía que estaba saliendo con ella. Estaba nervioso, sí. Pero definitivamente, la quería a ella. Estar con ella.

—¿Qué pedirán?—la pregunta del camarero los saco de sus pensamientos, revisaron la carta y ambos pidieron la especialidad de la casa, y para acompañar, un vino blanco.

—Este lugar es precioso. Fue buena idea venir aquí—dijo Madison mirando las decoraciones, Chandler sonrió y asintió.

Ambos se mantuvieron en silencio. Solo mirándose. —Eres hermosa. Creo que ya te lo he dicho. —ambos rieron bajo y Madison no pudo estar más feliz.

—Gracias, Chand. Por cierto, ¿cómo te está yendo en el trabajo?—entonces empezaron hablar de todo. De sus sueños, de sus miedos, de sus planes futuros; aunque ya supieran esas cosas, estuvieron atentos a lo que decían cada uno.

Y durante la cena, no pudo faltar las risas por parte de Madison por lo que se le podría aparecerse por la mente de Chandler.

—Dios, no me dejarás comer—dijo Madison riendo a carcajadas, tapó su boca, haciendo que luciera tierna.

—Entonces, dile a Joey que no se coquetee cuando esté en el departamento. —volvieron a reír al imaginarse a su mejor amigo en frente del espejo.

—Se lo diré. —terminaron de cenar luego de 2 anécdotas de Madison de su infancia. Pidieron la cuenta y ambos pagaron, aunque Chandler no quería, Madison prácticamente lo obligó a no negarse.

El joven tomó la mano de la chica y salieron del restaurante muy juntos, debido al frío que empezaba hacer en la ciudad. Chandler suspiró feliz y caminaron hacia el parque por petición de la rubia.

—Mads, yo... estuve conteniéndome toda la noche, y creo que desde que te conocí, pero... me gustas—dijo muy nervioso por cómo podría reaccionar la chica, pero ella estaba seria. —Fui un idiota al hablarle a Aurora. Fui un idiota al tratar de estar contigo estando con Janice. Y sería un imbécil si no hablo de lo que siento por ti. Siempre fuiste tú, y espero que lo seas siempre porque no me imagino una vida sin ti.

Chandler apretó sus dientes, no por el frío si no porque Madison no decía nada, solo lo miraba con tanta intensidad que por un momento él se sintió intimidado. Pero se relajo al verla a ella tomar sus manos y por fin sonrió levemente.

—Eres un idiota, Bing.

—Bueno, no esperaba eso pero me conformo—dijo sarcástico y ambos rieron, Madison tragó saliva y con los nervios a flor a piel, atrajo a Chandler.

—Pero, aún así... me gustas—dijo y sin esperar respuesta del castaño, atrapó sus labios sorprendiendolo completamente, pero como pudo respondió el beso que tanto anhelaba.

Madison sintió sus piernas temblar, por lo que Chandler la sostuvo por la cintura y apegandola más a él. Sonrieron en medio del beso y al separarse juntaron sus frentes y se mantuvieron así por unos segundos con los ojos cerrados.

—Me has hecho el hombre más feliz. —abrieron los ojos y se miraron por varios segundos. No querían que ese momento se terminara.

—Me gustas mucho, Chandler Bing. Y eres un idiota por demorarte mucho—dijo haciendo un puchero y el nombrado no supo que hacer solo tomarla por sus mejillas y atrapar sus labios en un beso lento y apasionado.

—Creo que puedo acostumbrarme a esto—dijo Chandler acariciando su cabello, ella sonrió y lo abrazó, acelerando el corazón del joven. —Dios, no quiero que esto acabe.

—Tampoco yo, pero, nadie se puede enterar de esto—dijo y Chandler frunció el ceño alejándose un poco de ella.

—¿Por qué?

—Porque sabes cómo son los chicos, y no quiero que nuestras primeras semanas sean con burlas de ellos. Además, se supone que ambos estamos devastados por las recientes rupturas. —Chandler hizo una mueca dándole la razón, Madison suspiró. —Esperemos unas semanas más y luego les diremos.

Chandler lo pensó, y luego de varios besos de Madison, asintió de acuerdo. —Entonces, ¿somos pareja?—ambos sonrieron y Madison asintió. —Dios, estoy saliendo con la mujer más hermosa e inteligente de este mundo. —él solamente la acercó para besarla nuevamente.

Ahora el problema era que, ¿Cómo se controlarán en frente de sus amigos?

| GOT YOU | 《Chandler Bing》[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora