everybody loves him (harry styles)

big girls don't cry

Harry era el consejero de la escuela, siempre estaba preocupado porque sus estudiantes recibieran el mejor trato, que resolvieran todas sus dudas respecto a la vida en general, sabía que era complicado y más cuando eran adolescentes. Fue a tomar un poco de café y se tomó un descanso, le dolía la cabeza, a veces simplemente era demasiado y los chicos eran un poco estúpidos.

Se dirigió a su oficina y vió a una chica mirando fijamente a la puerta, sonrió y la saludó, tomándola desprevenida.

-Lo siento... ¿Quieres pasar?-ella negó con la cabeza y salió prácticamente corriendo de ahí, Harry notó sus lágrimas.

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Harry empezó a observarla en la cafetería y siempre estaba sola, a veces leía, a veces escuchaba música, pero nunca sonreía. Le preguntó a un maestro por su nombre, pero ni siquiera él lo recordó.

La volvió a ver en su casillero, mirando la puerta de su oficina, está vez se acercó con más cautela.

-Puedes hablar conmigo cuando quieras.-ella lo miró y simplemente asintió.-¿Cómo te llamas?

-Zoey.-su voz sonó casi como un susurró y él le sonrió, ella intentó devolverle la sonrisa.-Debo... debo ir a clase.

-Está bien, ten un lindo día, Zoey.-ella sonrió verdaderamente y Harry sintió que su día mejoraba por completo.

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Recibió a otro alumno que había tenido problemas de convivencia, se había golpeado con un chico por su novia y en la escuela no toleraban la violencia, de hecho, las peleas no eran recurrentes en la institución, pero Harry sabía que fuera de ella todo cambiaba.

Vió a Zoey en la puerta con sus libros, le indicó que pasará e hizo que el otro estudiante saliera, el chico le dedicó una mirada de arriba a abajo. Idiota.

-Hola Harry.-ella cerró la puerta y le sonrió, su actitud había cambiado mucho desde que empezaron con sus sesiones hace unos meses y Harry se preocupaba mucho por ella, más de lo que debería.

-¿Cómo estás cariño?-ella tomó asiento y dejó sus libros sobre la mesa.

-Muy bien.-Harry asintió y se quitó los lentes.

-¿Qué tal si retomamos con el tema de ayer?-Zoey mordió sus labios y él lo notó.-¿Sucede algo?

-Yo... Quería hablar de otra cosa.-Harry asintió y la miró atento, él era tan amable y Zoey se sentía mal, porque sabía que era su trabajo, ella no era especial, pero aún así lo adoraba, era lo único bueno en su vida. Él único que recordaba su nombre y que le preguntaba sobre su día.

-Me gusta alguien.-retiró el cabello de su cara y Harry por alguna razón sintió como su corazón decaía.

-Oh... Eso es bueno, Zoey. ¿Lo conozco?¿Él gusta de tí?-ella suspiró, había sido una mala idea.

-No.... él nunca se va a fijar en mí.-lo miró directamente a los ojos y tuvo ganas de salir de allí.

-No digas eso, Zoey. Eres una chica extraordinaria.-tomó sus manos y ella suspiró ¿Extraordinaria?

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Zoey estaba llorando, la molestaban y en su casa nadie se preocupaba por ella. Una chica había regado a propósito su refresco sobre ella, justo ese día, había llevado un lindo vestido para que Harry la notará y tuvo que tomar una sudadera gigante que tenía en su casillero para cubrirse.

-Eres una estúpida. Nadie te va a querer nunca.-se miró directamente al espejo y se quitó el maquillaje furiosa, todo el esfuerzo que había hecho ese día y ni siquiera Harry la había podido ver. Sus cuadernos se cayeron y algunos alcanzaron a mojarse, golpeó el espejo y vió como empezaba a sangrar.-Joder.

Se sentó en el piso del baño y siguió llorando, mientras que su mano sangraba.

-¿Zoey?-escuchó la voz de Harry y vió como entraba, él cerró la puerta con seguro y se acercó a ella, había visto lo que había sucedido y fue directamente a reprender a la chica delante de todos, luego fue a buscar a Zoey, verla así, le partía el corazón.-Siento mucho lo que sucedió.

Tomó su mano que estaba sangrando y ella continúo llorando. Harry la abrazó y acarició su espalda.

-¿Ya estoy aquí, bien?-Zoey hubiera querido tener la valentía suficiente para decirle que le gustaba y besarlo, ahí mismo, pero solo pudo asentir y dejar que Harry la acompañará a la enfermería.

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Harry extrañaba a Zoey, no había vuelto a sus sesiones y lo evitaba cada vez que podía ¿Había hecho algo mal?
Empezó a retraerse de nuevo y volvió a usar la ropa ancha de antes. Harry no quería permitir que su autoestima volviera a ese punto sin retorno, así que la esperó hasta que ella salió de la escuela y estaba en la parada de autobús.

-¿Qué haces aquí?-ella susurró y lo observó sorprendida, no quería que la volviera a ver, había sido patética.

-¿Hice algo mal?-Zoey se sorprendió, Harry en verdad estaba preocupado y eso la hacía sentir culpable, ella negó con la cabeza.

-Esto no tiene nada que ver contigo, es personal...Mi interior y yo.-Harry suspiró y tomó sus manos.

-Dejame ayudarte, Zoey.- sí, puedes tomar mis manos sí así lo deseas, porque yo también quiero sujetar las tuyas.

-Es hora de que me vaya a casa, se está haciendo tarde.-necesito estar conmigo misma, en lugar del desastre, quiero paz, serenidad.

-Zoey.-ella continúo caminando intentando alejarse de Harry, las lágrimas empapaban su rostro. Las chicas grandes no lloran, las chicas grandes no lloran.

Sintió como Harry la tomó del brazo y la besó, tomó su rostro con adoración y ella permitió que él la besará, porque en realidad lo quería.

-Dios, te quiero. Me preocupas, quiero ayudarte y... Que tú también te preocupes por mí y me quieras.-suspiró y maldijo entre dientes.-Se que está mal pero... ¿Está mal que te quiera tanto?

Zoey lo besó y ambos callaron las voces de sus cabezas, ahora estaban embelesados el uno con el otro.