13. Helsinki/Nairobi

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Acabábamos de perder a Nairobi y la única reacción que pasó por mi mente fue correr a esconderme en uno de los baños para que nadie me encontrara mientras intentaba desahogarme, o al menos eso era de lo que intentaba convencerme a mí misma.

Hace tan solo unos minutos había perdido al amor de mi vida y no sabía cómo seguiría viviendo sin ella a mi lado, miles de pensamientos como aquel pasaban por mi cabeza mientras dejaba que la miseria se apoderara de mí; Al poco tiempo Helsinki me encontró y sin decir nada se sentó junto a mi mientras ambos sufríamos en silencio, pues no existían palabras que pudiesen expresar el dolor que nos recorría de pies a cabeza en ese momento.

—Lo siento, yo debí ser quien debió haber muerto en lugar de Nairobi —Me disculpé con Helsinki.

—No digas eso, tu cuidar bien de ella —El serbio me tomó de la mano dejando leves caricias sobre esta.

—No, dejé que Gandía la matara, a quien quería era a mi —Al finalizar la oración me permití soltar varias lagrimas que cubrieron por completo mis mejillas.

—Él siempre quiso Nairobi, tu no tener ninguna culpa —Helsinki se acercó poco a poco a mi hasta dejar que mi cabeza reposara en su pecho.

—Me dijo que quería tener un hijo Helsi —Comencé a llorar más fuerte al recordar aquella situación—. Por fin habíamos conseguido que Sergio nos donara un poco de su esperma.

—Tu hiciste muy feliz a Nairobi —Helsinki apretó levemente mi hombro a modo de apoyo.

—Tú también lo hiciste —Intenté animarlo apartando las lágrimas de mis mejillas—. Puedes llorar Helsinki, sabes que no voy a juzgarte.

—Yo aguanto mucho dolor Lyon —contestó volteando su cara para no mirarme.

—Pero este dolor es diferente, la guerra duele pero el amor hace mil veces más daño —susurré mientras acariciaba su cabeza—. No voy a dejarte solo en esto Helsi.

—Lo sé, lo he sabido desde el principio —Asintió con la cabeza antes de dejar que las lágrimas recorrieran sus mejillas.

—Me llamo Louisiana, si, como el estado —Reí mientras lo miraba a los ojos—. Nací en Santander, en Colombia y viví la mayor parte de mi vida en Lyon —Comencé a lagrimear al recordar mi vida antes de conocer a la banda—. Nunca se lo conté a Nairobi pero... mis padres me echaron de casa cuando supieron que me gustaban las mujeres —confesé—. Y pienso sacar a todo el mundo de aquí con vida aunque tenga que entregar la mía.

—Mi nombre es Mirko Dragic, soy de Belgrado —Él imitó mi frase—. Perdido Oslo en Fábrica de Moneda y Timbre, perdido Nairobi y no pienso perder a nadie más, tampoco a ti Louisiana —Sin poder evitarlo comenzamos a llorar en los brazos del otro.

—Vamos a salir de aquí juntos y vamos a hacer justicia por Nairobi Helsi —Me separé del abrazo cuando ya estuve un poco más calmada.

—Pero primero, tú y yo vamos a matar Gandía —Helsinki afirmó decidido.

—Vamos a hacerlo sufrir el doble de lo que sufrió ella —Me levanté para tenderle la mano a Helsinki, quien aceptó mi ayuda antes de entregarme mi rifle cuando estuvo de pie.

Al salir de aquella habitación solo un pensamiento cruzaba por nuestras cabezas, hacer pagar a Gandía por todo el infierno que nos había hecho pasar en nuestra corta estadía en el banco de España.

La Casa de Papel - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora