El ambiente estaba bastante tenso, pues Sergio y yo habíamos peleado no hace mucho y no teníamos ganas de hablar con el otro hasta dentro de unas cuantas horas cuando ambos ya estuviésemos calmados. Estiré mi mano para cambiar la estación a una de música clásica, de inmediato Sergio se giró a verme enojado.
—¿Qué? ¿Ahora tampoco puedo cambiar la radio? —Bufé molesta para volver a poner lo que él estaba escuchando.
De repente la música se vio interrumpida por la voz de una reportera, quien informaba sobre la filtración de varios secretos de estado, sin pensarlo saqué mi tableta para buscar sobre el tema en internet.
—Está en todos los putos medios digitales —Me quejé al ver los resultados de mi búsqueda.
—Esos secretos son falsos —Sergio habló enojado.
—Están destruyendo lo mejor que tenemos para recuperar a Río —susurré empezando a perder las esperanzas de recuperar al chico de rulos.
—No, no es eso —Me corrigió—. Nos están quitando el escudo, van a entrar —Al hablar se giró a verme preocupado.
—La madre que me parió, contacta a Palermo —hablé pasándole la radio.
—Palermo, ¿me recibes? —preguntó al tomar el aparato.
—Lo escucho, profesor —contestó el hombre por la radio.
—Van a entrar, necesito que reúnas a todos, repito, van a entrar —Sergio habló rápido debido a su nerviosismo.
—¿Cuándo? ¿Qué tipo de ataque?
—Todavía no lo sé, atento a la escucha —El profesor cortó la comunicación antes de recibir respuesta del otro lado.
Sin esperar un solo segundo más tomé uno de los teléfonos móviles y llamé a Marsella.
—Marsella, van a entrar y necesitamos saber por dónde, repórtame todo lo que veas —informé antes de colgar el teléfono.
—Tenemos que salir de la comarcal, busca un camino —Sergio me ordenó por lo que empecé a buscar en el mapa de inmediato.
—A trescientos metros a la izquierda —anuncié con mi vista en el mapa—. Vía agropecuaria, ¿qué está pasando? —pregunté preocupada y confundida.
—A ese coche nos lo cruzamos a noventa kilómetros ayer —Señaló el espejo de su lado antes de girar bruscamente por un sendero de tierra.
—¿Estás seguro de que es el mismo? —pregunté sin creerle del todo.
—M5354XX ¡Es el mismo! —gritó obviando mi pregunta.
—¡No me grites!¡No tengo buena memoria y lo sabes! —reclamé enojada.
—¡Ahora no! —gritó de vuelta haciendo que mi enojo incrementara.
—¡Ahora no!¡Hurensohn! —Lo imité para luego soltar una grosería en mi idioma natal.
—¡A mí no me hables en alemán! —Volvió a gritarme señalándome acusadoramente.
Estaba por contestarle cuando sentimos un golpe seco sobre el auto y el sonido de algo cayendo al chocar con un árbol.
—Mierda, la antena —hablé al detenernos a unos pocos metros del árbol.
—Palermo, Palermo, ¿me recibes? —Sergio intentó comunicarse sin éxito.
Sin siquiera premeditarlo se bajó para ir a recoger la antena y al volver para meterse en el auto y acelerar se dio cuenta de que estábamos estancados en una enorme cantidad de barro.
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La Casa de Papel - One Shots
FanfictionPequeñas historias con tus personajes favoritos de la casa de papel. Encontraras historias tanto de algunas escenas de la serie como algunas inventadas por mi.