Me encontraba recostada en la cama con mi pequeña sobrina a mi lado, pues ambas estábamos tomando una siesta cuando el ringtone de mi celular me despertó.
—¿Qué quieres? —contesté mal humorada tras ver el nombre de la mujer en la pantalla.
—Vaya, pero que humor el que llevas hoy —Se burló con un tono alegre que no era usual en ella.
—¿Por qué siento que irradias brillo y arcoíris ahora mismo?
—Pues por eso te llamaba, hoy voy a presentaros al hombre del que te he estado hablando —contestó alegre.
—Ah, así que estás tan feliz por tu nuevo noviecito —Me burlé escuchando su risa del otro lado de la línea.
—Pues si —respondió con simpleza.
—Me alegra que estés feliz, ahora para que yo también lo este, voy a volver a mi siesta hasta que llegues —Sin esperar respuesta de su parte finalicé la llamada y me volví a ubicar en mi lado de la cama.
—¿Quién era tía? —La niña preguntó refregando sus ojos con cansancio.
—Tu madre, nos tiene una sorpresa —susurré acariciando su cabello intentando que volviera a dormir.
—Vale —susurró cerrando sus ojos para quedar dormida de nuevo, pocos minutos después imité su acción al sentir el calor de la niña abrigarme.
—Paulina —Mamá me llamó varias veces hasta que abrí los ojos—. Paulina despierta, tu hermana ya debe estar por llegar.
—Vale, vale, ya estoy despierta —murmuré cuando la mujer llamó a mi sobrina para que me despertara completamente.
—Mamá ya está cerca tía —La niña habló con tono alegre mientras se sentaba junto a mí madre para cambiar los canales del televisor.
—La verdad, no lo creo, ahora mismo debe estar besuquean... —Dejé mi frase a medio camino cuando alguien abrió la puerta de la habitación.
—Mamá, Paulina, ¿qué hacéis tan tarde? —Raquel habló luego de abrir la puerta.
—Mami —La niña llamó emocionada haciendo que la mujer olvidara su pregunta inicial.
—Corazón, ven acá, ven —Raquel caminó hacia ella y la envolvió entre sus brazos.
—¿Qué tal? —Mamá saludó al novio de Raquel en un susurro, rápidamente lo recorrí con la mirada fijándome en la barba perfectamente peinada que poseía y en los anteojos un poco antiguos que usaba.
—Pero bueno, pero tú... A ver, ¿qué haces aquí tan tarde? —Raquel siguió hablando con su hija sin notar que no había presentado a su nuevo amiguito.
—No quería irme a la cama sin verte —La niña mintió, reí lo más silencioso que pude al saber que se había quedado despierta por la sorpresa que yo le había prometido en la tarde.
—Ni yo a ti, mi vida —Raquel habló alegre dejando varios besos en sus mejillas.
—¿Y bien? —hablé cuando todos se quedaron en silencio sin saber que decir.
—Hola —Paula saludó al amigo de su madre al notar su presencia en la habitación.
—Hola —contestó de vuelta posando su mirada en la niña y luego en mí.
—Bueno, ¿y por qué no habéis avisado? Os hubiera preparado cena —Mi madre se entrometió en la conversación ignorando mis miradas de reproche—. Porque habéis venido a cenar, ¿no?
—Si, bueno, a cenar y a dormir igual también, ¿no? —Raquel contestó nerviosa.
—¿Estáis saliendo? —Paula preguntó sin tapujos haciéndome soltar una carcajada que intenté ocultar.
—Uy, que incómodo —susurré hacia mí hermana aún con una sonrisa en los labios.
—Bueno, eh... Si, ¿no? Un poco —El hombre contestó haciéndome reír de nuevo.
—¿Pero se lo has pedido? —La niña siguió con sus preguntas.
—Pues no, la verdad es que no, pero... nos hemos besado, que es, que es casi lo mismo —respondió ganándose una sonrisa aprobatoria de la pequeña.
—Venga Paulita, cariño, vamos —La niña negó ante la petición de su abuela—. Venga, que mañana tienes cole —Finalmente accedió para salir de la habitación.
—Bueno, creo que ya debería irme yo también —susurré levantándome de la cama.
—Eh, espera Paulina —Raquel me detuvo tomándome del brazo—. ¿Tienes un momento?
—Seguro —respondí extrañada—. Un gusto conocerte —Sonreí hacia el novio de mi hermana antes de salir de la habitación para quedarme parada en el pasillo.
—Y... ¿Qué te parece? —Raquel preguntó con una sonrisa nerviosa tras cerrar la puerta de su habitación.
—Bueno, ignorando el hecho de que intercambié dos palabras con él, me parece que está bastante bien —respondí sincera.
—Es bueno saberlo —Raquel habló después de soltar un suspiro de alivio.
—Mira, aquí lo único que importa es que a ti te haga feliz —Acaricié sus brazos mientras la obligaba a mirarme—. Además es lindo verte con una sonrisa sincera, hace mucho no veía una de esas.
Sin pensarlo Raquel me envolvió entre sus brazos mientras yo acariciaba su espalda a manera de apoyo, luego de separarnos del abrazo ambas nos dimos una pequeña sonrisa para caminar en sentidos contrarios hacia nuestras respectivas habitaciones.
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La Casa de Papel - One Shots
ФанфикPequeñas historias con tus personajes favoritos de la casa de papel. Encontraras historias tanto de algunas escenas de la serie como algunas inventadas por mi.