44. Helsinki

2.7K 118 0
                                    

—¡Nairobi! —grité mientras corría tan rápido como me era posible a pesar de mis heridas, pues la preocupación nublaba todas mis dolencias.

Seguí corriendo unos cuantos metros, siendo seguida por Helsinki, Tokio y Bogotá, antes de divisar la habitación de Nairobi, sin pensarlo dos veces entré encontrándome con ella intentando tomar aire desesperadamente.

—Ya estamos aquí —Llegué junto a Nairobi con la respiración agitada.

—Tranquila, respira —Escuché la voz de Helsinki a mi lado.

—Gandía anda suelto —Nairobi nos dijo como pudo debido a su respiración agitada.

—La madre que lo parió —Me quejé para voltear a ver a Tokio esperando sus órdenes.

—¡Bogotá! Te quedas con Nairobi —ordenó—. Si vuelve a entrar, le revientas la cabeza, ¿oído? —Bogotá asintió levemente—. Helsinki, Filadelfia a por él —Tomé mi arma antes de dejar un beso sobre la frente de Nairobi para salir de la habitación.

Salimos al pasillo junto a Tokio apuntando a todos lados por si veíamos al escolta y revisamos varias habitaciones que resultaron estar vacías, más cuando llegamos casi al final del pasillo Tokio nos dio la orden de que cada uno entrara a una habitación para cubrir mayor terreno.

—Ten cuidado —Gesticulé hacia Helsinki por lo que él asintió dándome una sonrisa tranquilizadora.

Tardé menos de dos minutos revisando todos los rincones de mi habitación sin encontrar nada sospechoso por lo que decidí salir al pasillo y revisar la biblioteca donde había entrado Helsinki. Caminé silenciosamente por el pasillo antes de girarme bruscamente en la puerta encontrándome con Helsinki colgando de una soga que se encontraba atada alrededor de su cuello.

—¡Helsinki! —grité asustada tirando mi rifle al suelo para tratar de elevarlo por los pies—. ¡Aguanta, tú puedes!¡Tokio!¡A la biblioteca! —grité repetidas veces quedándome sin aire, escuché varios pasos corriendo por lo que hice aún más fuerza tratando de que Helsinki no se quedara sin aire—. ¡Tokio, rápido! —grité cuando ella entró al lugar, de inmediato le pasé una navaja mientras empujaba aún a Helsinki por las piernas.

—¡Va, va, aguanta! —Tokio gritó subiendo las escaleras a toda velocidad.

—Tú puedes Helsi —susurré sintiendo mis brazos arder debido a la fuerza que estaba ejerciendo.

—¡Aguanta! —Tokio gritó al llegar al lugar donde estaba amarrada la soga.

—¡Rápido!¡Corta la puta cuerda! —grité desesperada al ver como la cara del serbio se iba tornando cada vez más morada—. ¡Aguanta un poco más! —grité hacia Helsinki. Finalmente Tokio logró cortar la cuerda haciendo que Helsinki cayera al suelo conmigo a su lado, rápidamente me levanté y aparté la soga de su cuello para escuchar como intentaba recuperar el aire perdido—. La puta que te parió Gandía —susurré recostando mi cabeza sobre su pecho.

—¿Estás bien Filadelfia? —Tokio llegó a mi lado con su rifle en alto.

—Si, hay que llevar a Helsinki —Levanté mi cabeza para volver a revisar el cuello de Helsinki donde se empezaban a formar moretones. Acaricié su rostro mientras Tokio se encargaba de traer agua, Helsinki finalmente se sentó para tomarme por los brazos y atraerme a su cuerpo en un abrazo—. Ya estás bien Helsi —Lo abracé enterrando mi cara en su cuello—. Me sacaste un susto de mierda.

—Gracias —susurró con la voz rasposa acariciando mi cabello.

—No hay de que, ahora vamos a que te revisen —Me levanté y le brindé mi mano para ayudarlo.

Bogotá llegó a los pocos segundos para ayudar a Helsinki a caminar hacia la habitación donde se encontraba Nairobi, por mi parte me quedé recogiendo mi rifle mientras Tokio me miraba atentamente.

—¿Qué pasa Tokio? —pregunté al ver que no apartaba su mirada de encima mío.

—Si sabes que es gay, ¿no? —preguntó con tono suave.

—Ya lo sé —contesté bajando la mirada—. Pero no puedo evitar preocuparme por él —Me encogí de hombros mirándola con una pequeña sonrisa.

—Algún día vas a encontrar a alguien que te merezca —Tokio pasó su brazo sobre mis hombros para que empezáramos a caminar—. Y se lo van a pasar de puta madre.

—Eso espero —susurré antes de separarme de ella para ir a revisar a Helsinki.

La Casa de Papel - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora