Me encontraba sentada en una de las mesas del jardín junto a Denver y Moscú mientras hablábamos después de terminar nuestra merienda, Denver se excusó para ir por unas cervezas dejándonos a mí y a Moscú solos.
—Eh, niña —El hombre me llamó por lo que levanté mi mirada del cuaderno donde estaba dibujando.
—¿Qué pasa Moscú? —pregunté preocupada de que algo estuviera mal con él.
—Que ese tío... ¿Cómo se llama? —preguntó mirando detrás mío.
—¿Berlín? —pregunté girándome a ver al hombre, quien me dio una sonrisa que yo no correspondí.
—Ese, Berlín, te está mirando hace un buen rato —informó.
—Ya, lo que pasa es que seguramente es un acosador —Me burlé haciendo que Moscú riera.
—Es que esa mirada ya la he visto antes, esa misma mirada era la que yo le daba a la madre de Denver —Dejé de dibujar cuando escuché sus palabras.
—No insinúes cosas imposibles —advertí—. En mi puta vida terminaría con un tipo como él.
—¿Y se puede saber por qué no terminarías con un tipo como yo? —Berlín se sentó a mí lado pasando su brazo sobre mis hombros logrando sacarme un pequeño susto.
—Porque los tipos como tú son los que al final terminan lastimando a todo el mundo, solo hay que verte, un hombre que odia a todos, egocéntrico, impulsivo y que solo busca lo mejor para sí mismo sin importarle los demás —respondí mientras tomaba su brazo y lo apartaba de mí.
—Auch —Se llevó una mano al pecho como si mis palabras le hubieran dolido.
—Y por eso mi querido Berlín es más probable que termine con el profesor antes que contigo —Me burlé empezando a recoger mis cosas de la mesa.
—¿Eso quiere decir que prefieres a un tipo insípido y aburrido antes que alguien con quién puedes pasar los mejores días de tu vida? —preguntó ofendido.
—Prefiero pasar el resto de mis días con alguien que si sabe usar el cerebro —Le guiñé un ojo antes de caminar hacia Nairobi.
—Vas a tener que esforzarte más con esa cría —Moscú le aconsejó a Berlín dándole unas palmadas en la espalda.
—¿De qué cría hablan? —Denver llegó cargando tres cervezas en sus manos.
—De Potsdam —Moscú respondió recibiéndole una de las cervezas.
—Pero si le llevas como quince años tío —Denver miró con repulsión a Berlín.
Andrés se levantó de la mesa y entró a la casa ignorando las palabras de Denver, la verdad es que estaba loco por aquella chiquilla y no podía soportar el hecho de que ella lo rechazara cada vez que tenía la oportunidad, que solía ser bastante seguido.
Después de un largo día por fin llegó la hora de dormir por lo que me encontraba lavando mis dientes en el baño de la segunda planta que todos compartíamos.
—Uy, pero que bien te queda esa pijama —Denver me tomó de la mano y me hizo dar una vuelta sobre mi eje.
—Quisiera decir lo mismo de la tuya —Me burlé de él al verlo solamente en calzoncillos.
—Pero lo que está debajo de la mía sí que te va a gustar —Me guiñó un ojo antes de salir del baño.
—¡Eres un pervertido! —grité antes de que desapareciera completamente por el pasillo.
Al terminar de lavarme los dientes me encaminé a mi habitación mientras tarareaba una canción, cuando entré a esta solté un grito de pánico al ver a alguien sobre mi cama.
—La puta que te parió —Brinqué en mi lugar al ver a Berlín sobre mi cama y con mi cuaderno de dibujo en sus manos.
—Buenas noches hubiera sonado más bonito —Me miró antes de volver su vista al cuaderno.
—¿Qué mierda haces en mi habitación? —pregunté enojada, en seguida traté de quitarle mi cuaderno pero él se levantó y estiró su mano para que no pudiera alcanzarlo debido a nuestra diferencia de altura.
—Buenas noches hubiera sonado más bonito —Repitió con una sonrisa burlona en sus labios.
—Creo que hay otros sonidos que sonarían más bonitos saliendo de tu boca —Me acerqué a él para pasar mis brazos sobre su cuello, dejando descansar mis manos en la parte posterior de su cuello.
—¿Ah sí? —Me miró seductoramente mientras bajaba una de sus manos a mi cintura y dejaba la otra alzada.
—Si, la verdad es que creo que hoy podríamos pasar una buena noche —Dejé un beso húmedo en su barbilla—. Ya sabes a lo que me refiero —hablé a pocos centímetros de sus labios.
—Esa idea me gusta —Finalmente bajó la mano donde sostenía mi cuaderno hasta mi cintura.
—Pues entonces comencemos —Me puse de puntas para besarlo mientras caminaba hacia la puerta que aún se encontraba abierta.
Berlín me devolvió el beso con necesidad mientras yo me dejaba llevar y acariciaba su cabello con la punta de mis dedos, cuando estuvimos en la puerta me separé de él y le quité mi cuaderno a la vez que lo empujaba fuera de la habitación para cerrar la puerta con seguro.
—¡Potsdam! —gritó golpeando la puerta.
—A ver si te queda claro que no quiero ni una mierda que tenga que ver contigo —contesté mirando la puerta.
Caminé lejos de esta para dejar mi cuaderno sobre una silla, en seguida me acomodé en la cama lista para dormir mientras escuchaba a Berlín rogarme para que le abriera. Inconscientemente llevé mis dedos a mis labios recordando lo bien que se sintió juntar nuestras labios.
—
—¿En qué piensas? —Berlín me abrazó por la espalda dejando un beso en mi mejilla.
—En una de las muchas veces que te rechacé anciano —Me separé de él para reírme en su cara.
—Para que veas que al final la experiencia termina ganando —contestó refiriéndose a nuestras diferencias de edad.
—Si bueno, aún pienso que podrías ser mi abuelo —Dejé un beso en sus labios antes de salir en busca de Nairobi.
Andrés se quedó con una sonrisa plasmada en sus labios recordando todo lo que tuvo que hacer para que yo accediera a salir con él y posteriormente para que aceptara ser su pareja.
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La Casa de Papel - One Shots
FanficPequeñas historias con tus personajes favoritos de la casa de papel. Encontraras historias tanto de algunas escenas de la serie como algunas inventadas por mi.