La Casa de Papel - One Shots

14. Lisboa

Subí las escaleras corriendo tan rápido como mi cuerpo me lo permitía, el trayecto se me hizo eterno, pues al llegar a la cima de las escaleras me encontré jadeando y con algunas gotas de sudor en la frente, me senté en el suelo mientras esperaba las ordenes de Palermo para salir.

—¡Osaka! Vos salís con Río —Ordenó mientras me alcanzaba un cargador azul para mi rifle. Recargué el arma antes de colocarme la careta junto al chaleco antibalas para salir al techo del edificio.

—¡Va! —Bogotá gritó mientras abría la puerta, Río fue el primero en salir y en posicionarse en el lado izquierdo del tejado empezando a disparar hacia Denver, quien se había disfrazado como Gandía para despistar a la policía.

—¡Vamos Osaka! —Palermo me empujó apurándome, rápidamente salí al exterior y me ubiqué al lado contrario de Río quedando expuesta ante los francotiradores.

Tokio se encargó de dispararle a los francotiradores antes de que ellos lograran dispararnos a nosotros, al notar que no estábamos bajo peligro y que el helicóptero sobrevolaba el techo del edificio avancé. Una cuerda cayó de este y por ella se deslizó Lisboa, cuando sus pies tocaron el suelo se apresuró a ubicarse junto a Denver para que continuáramos con la supuesta pelea.

Mientras aquello ocurría sobre el tejado Marsella se alejó en el helicóptero para continuar con el plan, después de unos cuantos disparos más corrí hasta estar en el interior del banco, al entrar me encontré con la escena de Bogotá dándole una golpiza a Gandía.

—¿Qué mierda está pasando aquí? —pregunté confundida, de inmediato Bogotá soltó el cuerpo de Gandía mientras me miraba alterado—. ¿Estás bien? —Me acerqué a él para tomarlo de los brazos mientras los demás entraban.

El primero en ingresar fue Río, seguido de Denver y Lisboa, quienes se quitaron parte de su traje dejando sus rostros al descubierto. Raquel nos miró a todos impresionada por lo que acabábamos de lograr mientras Denver suspiraba aliviado de que hubiésemos logrado ejecutar el alocado plan del profesor.

—¡Si! —Denver gritó por lo que todos lo imitáramos celebrando por la llegada de Lisboa.

—¡Hermana! —Me lancé a los brazos de Raquel soltando algunas lágrimas.

—Te extrañé tanto —susurró acariciando mi cabello, detrás nuestro todos se abrazaron entre sí emocionados.

—¡Profesor! Lisboa está con nosotros —informé por la radio.

—Escuchadme, esta guerra... La vamos a ganar —Sergio contestó, todos asentimos al escucharlo por los auriculares.

—Por Nairobi —Lisboa me acarició el dorso de la mano mientras hablaba mirando a los demás.

—Por Nairobi —respondí en un susurro.

—Por Nairobi —Río me imitó cuando Raquel poso su mirada en él.

—Por Nairobi —Denver y Estocolmo hablaron al tiempo.

—Por Nairobi —Finalizaron Helsinki, Bogotá y Palermo.

—¡Por Nairobi! —Denver gritó repitiendo la misma frase.

—¡Por Nairobi! —Todos gritamos varias veces levantando nuestras manos al cielo. Cuando nos cansamos de gritar comenzamos a bajar las escaleras unos detrás de otros, por mi parte me quedé al final con Lisboa a mi lado.

—Perdón por no haber podido apoyarte con lo de Nairobi —Raquel me acarició la espalda disculpándose, ella era consciente de lo importante que había sido Nairobi para mí, pues me trataba todo el tiempo como si fuera su hija.

—Bueno, ya estás aquí que es lo importante —susurré tratando de tranquilizarla—. Ahora las hermanas Murillo van contra todo —Le sonreí antes de seguir bajando las escaleras para alcanzar a los demás.

—Vamos a destruir a Alicia Sierra —Me apoyó siguiéndome pocos pasos detrás.

Con lo que ninguna de las dos contaba era con que la dichosa inspectora se encontrara apuntándole a Sergio en las bodegas mientras este la miraba asustado sin saber que hacer.

—Jaqué mate hijo de puta —Alicia habló con una sonrisa enorme en su rostro.